Revista Digital de El Quinto Hombre
DESENREDANDO LA CRIN DEL TAI CHI CHUAN - Nota II
Por Augusto Alcalde (Argentina)
El Libro de las Mutaciones (I CHING)
contiene un cuádruple sentido
TAO de santos y sabios
Son las mutaciones de aquello mediante lo cual
Sabio y santos alcanzaron
Las profundidades y los gérmenes
En las mutaciones existe el TAI CHI
(gran origen)
que engendra las dos energías fundamentales
(cielo y tierra, YANG Y YIN)
las dos energías fundamentales
engendran las cuatro imágenes
las cuatro imágenes
engendran los ocho signos, el PA KUA
I CHING
Existe un libro pleno de misterio, un verdadero KOAN
ZEN, cuya antigüedad rebasa la memoria histórica: el I CHING, el
Libro de las Mutaciones, en su origen un libro sin palabras; allí encontró
el TAI CHI su esencia, expresada en los textos de LOA TZU y CHUAN TZU,
Los Viejos Niños.
El I-CHING, donde se fusionan magia, poesía, movimiento
fluctuación, alegría, psicología, metafísica y conocimiento profundo,
fue el manantial donde bebió el TAI CHI en forma directa e intuitiva la
enseñanza: el Camino y la Mutación, el juego YIN YANG de la polaridad
no-dualista y complementaria. La transparencia de lo imprevisto y una
incondicional fusión con lo natural, y sus formas móviles esenciales representan
de los 64 signos, las posibilidades de la mutación.
Y el manantial del I CHING fue la vida.
El hombre sabio
No encuentra bello hacerse maestro de otros
El hombre no-sabio
Encuentra bello el material de los otros
No apreciar ser su maestro
No querer perderlos como materiales
Si iluminado, parece necio
Ese es el secreto esencial
LAO TZU.
Hoy un grupo serio de trabajo del TAI CHI es casi un milagro; los maestros
proliferan, se enseñan formas mecánicas y repetitivas de este arte que
es pura espontaneidad, se intenta su enseñanza por libros, obviando la
relación maestro-alumno y la transmisión directa, característica esencia
de este arte.
Al plantearse como ejercicio, arte marcial o expresión
corporal queda rota su unidad y se desconoce su aspecto interno, con lo
que el TAI CHI se convierte en algo simplista y su realidad se pierde
como un camino vivo del Zen y Taoísmo chinos.
Pero detrás de la nube sigue el sol; y la tradición
viva continua en aquellos conocedores profundos del arte que, desde luego
no incurren en esto, y que por lo general, no enseñan en forma masiva,
sino que, desarrollan la esencia del arte.
El peso es la raíz de lo ligero
La calma es príncipe del movimiento
El sabio al obrar
No deja jamás la calma y la gravedad.
LAO TZU.
Existen dos polos armónicos en el Taoísmo: TSO CHAN
(o ZAZEN); meditación en reposo, y el Yoga Dinámico, que contiene al HSING-I
(La Forma de la Mente) integrados por dos desplazamientos relacionados
con la filosofía de los cinco elementos: Madera, Metal, Fuego, Agua y
Tierra; y al PA KUA, (Los Ocho Signos) vinculado al I- CHING, el más importante,
integrado por movimientos circulares de manos, pies y la totalidad del
cuerpo.
Todos los elementos se hallan unificados en el TAI CHI,
que es su arquetipo y que expresa la unidad de los dos polos de inquietud
y actividad, YIN y YANG, receptividad y creatividad en una síntesis armónica
total, como en la semilla el árbol, como en la respiración la vida.
Un arribo es vida; en retorno, muerte
Morir y no perecer, es longevidad verdadera.
LAO TZU.
Caminar fortalece el cuerpo, pero no esta en esto el verdadero sentido
de caminar. TAI CHI produce efectos inmediatos y sensibles, pero no esta
en esto el verdadero sentido del TAI CHI.
Existe el circulo y existe el centro; la salud real
es la natural, no la artificial, que emplea medios externos; la salud
natural brota desde adentro; desde el centro del circulo que es nuestro
ser.
Por la posibilidad de hacer irradiar ese centro, de
producir la fusión del arribo y el retorno, obtener la verdadera longevidad,
TAIN CHI y el arte del movimiento de la Escuela Interna NEI CHIA han sido
y son empleados en geriatría, con enfermos psíquicos, en cárceles, como
medio de pacificar al ser, armonizarlo consigo mismo, su semejante y la
naturaleza; grupos de danza y teatro lo utilizan por su énfasis en la
fluidez, y cualquier ser humano puede acercarse a este pozo, y sacar su
agua, como afirma el I-CHING, si su cuerda es larga y la vasija no se
rompe.
En lo inmediato TAI CHI produce beneficios en lo físico,
biológico, psicológico y filosófico, pero esto es solo una rama; una rama
de su objetivo real: la comprensión de la Naturaleza Original (TZU JAN)
del ser humano y el cosmos es la raíz del TAI CHI CHUAN.
En el mundo en blandura y fluidez
Nada excede al agua
Y sin embargo, en atacar lo rígido y lo fuerte
Nada hay que la pueda superar
Nada la puede sustituir
Lo blando vence a lo fuerte.
Lo fluido a lo rígido
En el mundo no hay quien no lo sepa
Pero nadie lo practica
Quien alcanza el máximo del vacío
Conserva la firmeza de la paz.
LAO TZU
El WU SHU, Arte Guerrero o Arte Marcial del TAI CHI
CHUAN es como el agua, blando y fluido.
Basa su trabajo, no en el combate, sino en el desarrollo
de la sensibilidad y la fluidez en una situación de real combate; estando
el practicante en optimas condiciones físicas y psíquicas y siendo su
vida la constante actualización de lo Espontaneo, responderá al reto espontáneamente
sin violencia ni dureza, en forma efectiva.
Si hablamos de Arte Marcial, precisemos lo que es Arte.
Arte excluye la violencia, la dureza, la tensión, la
rutina, la agresividad. TAI CHI como Arte Guerrero las excluye; la vida
las excluye también. Si lo Marcial no es agresión sino posición y autodefensa;
si es vivencia de Paz, de inteligencia, y espontaneidad, si es como el
Arte Marcial, un arte guerrero efectivo en una situación real de combate;
así, pone énfasis en la flexibilidad física y psíquica, la unificación
con el enemigo, el vacío
TAI CHI WU SHU, no emplea fuerza en repeler la agresión;
su movimiento en combate es danza, como una hoja al viento.
Y no apunta a la creación de un guerrero invencible,
sino al desarrollo de una real capacidad de luchar, sin lugar, que lo
coloque más allá de la dualidad vencedor-vencido.
Y esto también es una rama; una rama en igualdad de
importancia con las otras: gimnasia interna; respiratoria energética;
el arte del movimiento en si y la Meditación ZEN; eje, tronco y savia
del trabajo.
Y aunque varias son las ramas, los frutos son uno y
uno es su saber: el Despertar a la Totalidad de Uno mismo.
TAI CHI es un árbol, no un exótico árbol chino.
No pertenece a raíz alguna; es un legado del Hombre
a la Humanidad.
En cada pueblo, cada raza indígena, especialmente las
de nuestra América, late el recuerdo primordial de una danza natural que
recrea al cosmos y al danzarín; esta danza es TAI CHI; el nombre es lo
de menos, la esencia semilla, suelo y brote son los mismos, y el fruto,
que maduro, ya no permanece en la rama, tiene el mismo sabor.
CONTINUA NOTA III
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