Hace 123 años atrás se descubría el enigmático mecanismo de Antikytherapor, hallado por unos buscadores de esponjas marinas frente a la costa de la isla griega del mismo nombre en el mar Egeo. Así nacía esta historia que aún hoy intriga a todos.
Entre los restos hallados  a 45 metros bajo el agua cerca de Glyfadia, en la isla griega de Anticitera ó Anthikera  había también elementos de joyería, monedas y estatuas de bronce y mármol de una galera romana que naufragó frente a la costa. Todos estos restos estaban dentro de una caja de madera en cuyas tapas se mostraban numerosas inscripciones con información valiosísima (nombres de meses en corintio, planetas).
Los hallazgos fueron enviados al Museo Arqueológico Nacional de Atenas para su análisis y almacenamiento. El mecanismo pasó inadvertido durante dos años hasta que el arqueólogo Valerios Stais examinó los restos y se dio cuenta de que una de las piezas de roca tenía un engranaje incrustado. Por años se abandonó sus estudios hasta que en 1971 Derek John de Solla Price   y un físico nuclear llamado Charalampos Karakalos analizaron los 82 fragmentos con rayos X y rayos gamma.

Hoy los científicos han confirmado que este mecanismo estaba compuesto de una treintena de engranajes colocados sobre diez ejes que accionaban a su vez las manecillas de los dos círculos. Con esto se podían predecir eclipses solares y lunares con hasta 19 años de antelación. Para fabricarlo era necesario un excelente conocimiento de Ingeniería y de Astronomía, inimaginable a la fecha. Aún se #desconoce quién fue su constructor y para quién, aunque se cree fue desarrollado por científicos griegos El instrumento se data entre los años 150 a. C. y 100 a. C., ​y según una observación reciente, hacia el año 200 a. C. El mecanismo de Antikythera  es considerado la Primera Computadora de la Historia. Realmente intrigante.