Revista Digital de El Quinto Hombre

 
PROFECÍAS MAYAS:
TRADICION MAYA QUICHE

Por Mabel Flores


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Existen 23 etnias mayas reconocidas en los Consejos de Ancianos Mayas.
La Quiché es una de ellas. Se generó en el corazón de la actual Guatemala, en sus bosques y montañas.

Quiché significa “árbol dulce”, y es la que nos recuerda: “nos quitaron el fruto, nos cortaron las ramas, nos cortaron el tronco, pero la raíz está intacta, y de ella estamos retoñando”.

Éste es un mensaje para toda la vida en la Tierra, para la Madre Tierra en sí misma, para cada ser humano.

Necesitamos ser conscientes de que tenemos raíz y nutrirnos en ella. La raíz en la Madre Tierra, la raíz en el Cosmos. Un ser que pierde esa conexión transita la vida sin sentido, con los pensamientos y propósitos que le implantan otros, y para fines que habitualmente desconoce en su magnitud, y que no son sólo los aparentes.

La conexión con la raíz nos permite recuperar el don divino de la mente que puede generar el pensamiento, y desde él, la vida. Tal como está en el Popol Vuh, libro sagrado quiché.

¿Qué son las profecías? ¿Qué significan?
La tradición Maya Quiché nos ha dejado un legado que está vivo y vigente, que es para nosotros, seres que decidimos habitar la Madre Tierra con este diseño humano.

Uno de los aspectos fundamentales de ese legado, es su profundo conocimiento del tiempo, y sus ciclos. Las profecías son una de las manifestaciones de ese conocimiento, que viene de la raíz, son anuncios, advertencias a todos los planos de nuestro ser.

Los sabios originales, dedicaron vidas a observar la Creación, con Amor, respeto, admiración, y registraron esa observación. Y con tal precisión, que en pirámides de Centros Ceremoniales, se dibuja en luz la Serpiente Emplumada, el Kukulkán, en el momento exacto del equinoccio de la primavera en el hemisferio norte.

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Ésa es una profecía, es una señal del conocimiento del ciclo, el movimiento, el ritmo, la medida. Nos habla de precisión, nos habla de la verdad.

Todos somos “profetas”, todos podemos decir que habrá un amanecer, un mediodía, un atardecer, una medianoche, al menos es lo que creemos, porque también esto puede alterarse en este tiempo.

Ellos, los sabios ancestros, con su cerebro despierto,  con el Amor en acción, pudieron conocer los grandes ciclos, los de la cuenta larga. Y… está finalizando uno de ellos, de alrededor de 26.000 años. Está escrito en el hilo del tiempo y de los acontecimientos del Tiempo de la Tierra.

Es el tiempo de los huracanes, terremotos, cataclismos, hambre, enfermedades.

Mi maestro, Uakatel Utiú, el que me dio la iniciación para ser Ajqu’ij haab, sacerdotisa maya quiché, cuenta que los antiguos, al llegar este momento de cierre del ciclo, se reunían a meditar, a ofrendar y a implorar para que llegara la aurora.
Porque el sol puede ocultarse por varios días, tal vez tres, al producirse la alineación de planetas con la Tierra.

Ellos esperaban el nuevo amanecer, rogando para que sucediera, llorando, como también está expresado en el Popol Vuh y celebraban danzando, cuando el Padre Sol, comenzaba a manifestarse.

Como dice mi maestro, se abrazaban felices y deseaban feliz nuevo ciclo a toda la tierra.

¿Cuál es la diferencia para este cierre de ciclo?, la contaminación, entonces… ya no se sabe con precisión cómo será ese momento, ni qué día, ni qué año. También porque se destruyeron códices valiosos, eslabones fundamentales que guardaban mensajes.

Sí, estamos cerrando un ciclo de alrededor de 26.000 años. 

Elegimos vivir este tiempo, es una gran oportunidad para evolucionar espiritualmente, y en definitiva, ése es el principal propósito de la vida en la Madre Tierra.

Las profecías se están realizando en nosotros, somos las profecías.
Cae lo falso, lo verdadero ocupa su lugar. ¿Podemos ser conscientes de lo que esto significa?
¿Cuánto, qué de falso sostenemos?
¿Qué, cuánto de verdaderos somos?

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Sucederá… lo que está sucediendo. Nuestras moléculas, se están transformando, los espacios intermoleculares, también. Movimientos, estructuras que soltamos, o nos caemos con ellas. ¿Podemos escuchar esto? Sentimientos desconocidos hasta estos días, que nos ayudan a enfocar para soltar lo que ya es imprescindible soltar.

Generar así el vacío y tomar lo verdadero… es decir, el sueño que nos hizo nacer, y realizarlo. Recordar, saber y percibir en continuidad, que somos la Creación, que la Divinidad está en el núcleo de nuestro ser, gritándonos: sé quién eres…y sé feliz siéndolo.

Aún con desafíos, pruebas, dolor, sé feliz despertando la fortaleza que te permita amar y ser guerrero de la LUZ. Ver con tus ojos, escuchar con tus oídos la voz del corazón.
La Tierra está viviendo lo mismo… necesitamos acompañarla, necesitamos escucharla…
Las catástrofes actuales,  nos muestran la magnitud de la acción de “la ignorancia diplomada” por las consideradas mejores universidades del sistema capitalista.

 ¿Qué hacer?
Ampliar la conciencia, darnos cuenta que somos seres de espíritu. Honrar la vida, ofrendar al Fuego Sagrado.
Honrar al agua, sentir su poder, su humildad… penetrarla y que nos penetre. Aprender de ella… y pedir perdón.
Honrar la tierra… honrar al aire… Abrir la puerta para llenarnos de su luz, de su amor, de ese amor en acción que es sostener la vida.

¿Qué le ocurre a la vida en la tierra sin fuego, sin agua, sin aire, sin la misma Madre Tierra?
¿Lo sabemos? ¿O creemos que lo sabemos?

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Porque saber, porque la sabiduría, nos haría actuar YA.
Porque la sabiduría del corazón, nos hace hincar frente a la inmensidad del MISTERIO, pedir perdón en el latido, y ser actores y protagonistas de la decisión de nuestro espíritu: ser seres humanos en este fuerte y definitivo tiempo de las profecías.

 

Villahermosaredim_.jpgMABEL FLORES    
Nota de Redacción:

Reproducimos aquí un fragmento de una entrevista realizada a la Autora acerca de las profecías mayas para el 2012:

-¿Estas profecías pertenecen a todos los mayas?
 
 Yo he recibido  la TRADICIÓN MAYA QUICHÉ. Son 23 etnias mayas reconocidas, son semejantes, pero yo no puedo hablar más que de lo que es mi camino, por eso lo aclaro. Para mí es una gran responsabilidad transmitir este tema. Y sólo puedo hacerlo desde la cosmovisión maya quiché, que es la que he heredado. No es una visión ni histórica ni antropológica, es la enseñanza espiritual en el linaje quiché, donde estoy incluida. Además, son patrimonio de la humanidad, nos pertenecen  todos. Se están cumpliendo en nosotros.

-¿Dónde quedaron inscriptas?
 
En la Universidad del Fuego Sagrado, junto a él y en esa Universidad, es el verdadero despertar y el verdadero aprendizaje. En los glifos, en la transmisión oral, en la conciencia que despierta y recuerda y aprende.
Es un lenguaje distinto al antropológico e histórico, que procuran entender desde los esquemas de una mente occidental un entendimiento que incluye capacidades más amplias, y que viene desde la cosmovisión ancestral. No desde el paradigma actual.
 
- Quiénes las hicieron?
 
Los ancestros originales las encontraron escritas en el hilo del Tiempo y de los acontecimientos, que es lo que hoy llamamos ADN. Ellos, los sabios,  no las hicieron, las encontraron, las interpretaron, las registraron para nosotros, que somos sus futuras generaciones.
Ellos supieron, con su cerebro despierto y unido al corazón, leerlo. Es decir, ellos no las hicieron.
A través de su profundo  Amor, respeto, admiración a la Creación y su Maestría, lo que hicieron fue leer, interpretar y registrar ese entendimiento.
 
- Quiénes las resguardaron?
 
Los ancianos sabios,  las ancianas sabias, con su verdadero AMOR por la vida. Las cuidaron celosamente  con el sacrificio que significó resguardar la verdad en medio de la muerte, la tortura y la destrucción de la época de la conquista, que aún continúa vigente en la mente dominada de quienes tienen la mente dominada. Y esto  es parte de las profecías.
Las cuidaron para que llegaran a nosotros, y sean guía, advertencia y profunda ayuda para transitar este tiempo con sensaciones tan imperativas de cambios, de adaptación a la elevación de la vibración de la energía, lo que produce molestias físicas y emocionales, que serían, de otro modo, inexplicables.
 
- ¿Cómo llegan a la actualidad?
 
A través del Fuego Sagrado, de los códices, de la tradición oral, de la memoria que necesitamos recuperar para recordar por nosotros mismos.
 
- Por qué creer en ellas?

Yo, lo que diría, (y lo que siento y  comparto con la gente) es que necesitamos  despertar la capacidad de escuchar la voz del corazón, ella nos guía realmente a la verdad. Nos hace libres. Entonces... ya sabremos qué escuchar, y en qué confiar, que es muy diferente a creer porque otro lo dice.
 
- Qué pasa con las profecías mayas y las de otras culturas?

Las otras culturas te darán la información que guardaron y transmiten, yo transmito las mayas quiché.
 
  - Sucede en un proceso?

Consideré que estaba claro en la nota, cuando digo que estudiaron los ciclos, y los ciclos siempre son procesos. Es la espiral del caracol, la espiral de la evolución espiritual.
 
- Termina verdaderamente el ciclo el 21 de diciembre del 2012?

En la nota expreso: "...ya no se sabe con precisión cómo será ese momento, ni qué día, ni qué año. También porque se destruyeron códices valiosos, eslabones fundamentales que guardaban mensajes. Sí, estamos cerrando un ciclo de 26.000 años...."
 
Comercialmente, es decir por marketing para la venta de películas y de ciertos libros, se tergiversa el espíritu de las profecías, se ponen fechas que los mayas no validan, con lo cual se logra confundir a la gente, y se la asusta.
En la realización del cambio cíclico y que estamos viviendo (porque es un proceso, pero puede ser un cambio abrupto si la humanidad sigue dormida), como te dije en respuesta anterior, no hay fechas exactas. Tal vez... la fecha la pondremos nosotros con nuestra forma de  vida.
 
-  Y después del 21 de diciembre qué...?
 
-Qué vendrá? Cómo saberlo. ¿Acaso sabemos qué ocurrirá mañana?, "creemos" que sí lo sabemos.
La enseñanza ancestral nos anuncia justamente en las profecías, que la Madre Tierra, y toda la vida en ella, tendrá un nuevo amanecer.

Una conciencia amplia para recuperar la conexión con la verdadera raíz y desde esa nutrición, seamos seres verdaderos, recuperando la vida real, es decir que podamos abandonar con alegría todo aquello que es complicado, para ver por nosotros mismos la simplicidad y verdad profunda de la existencia, y la oportunidad que es.
Elegimos vivir este tiempo.

Y justamente lo elegimos para evolucionar, si logramos despertar la inteligencia del corazón.