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Revista Digital de El Quinto Hombre
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EL MISTERIO DE SAMAIPATA, Antonio Cerdán Caparrós
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EL FUERTE
A 120 km al oeste de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, en la carretera que conduce a Cochabamba, se encuentra uno de los complejos arqueológicos más importantes de América. El Fuerte de Samaipata. Un lugar frecuentado por los contactados de toda de región. Un lugar de misterio al que los lugareños miran con respeto, cuando algunos al permanecer durante la noche para dormir, sobre sus ruinas, han tenido experiencias sorprendentes: dicen haberse encontrado con seres extraterrestres, otros afirman haberse encontrado con ángeles de luz.
Pero todos están de acuerdo en describir la fuerza que emana de este lugar y el misterio que envuelve a sus piedras. En una cumbre montañosa a 1.950 metros de altura se eleva una formación de roca arenisca de 200 metros de largo y 60 metros de ancho. Está orientado de este a oeste, y fue utilizado en épocas precolombinas para construir un monumento de majestuosas proporciones. Todos los arqueólogos están de acuerdo en afirmar que en Samaipata se asentaron en distintas épocas, diferentes tipos de culturas; varios investigadores se inclinaron a pensar que el monumento fue trabajado por los incas y que lo utilizaron como punto de defensa de las migraciones guaranís. Las tribus amazónicas fueron sus primeros habitantes, tallaron en la roca imágenes de animales de la selva que eran venerados como símbolos de poder y vida. Sin embargo, en el sitio también se advierte la presencia de la cultura tiawanacota, los pumas y las serpientes aparecen tallados en sus rocas. El Fuerte fue un lugar de ceremoniales, puesto que los muros y la forma de la construcción tienen las características de templos. Samaipata en quechua significa "altura del descanso", puede ser una derivación de Samaipata "altura del matrimonio", los asientos pareados, triangulares o rectangulares que se encuentran en todo el monumento, reflejan la unión del hombre y la mujer en ritos y ceremonias.
Esta gran área rocosa arenisca fue esculpida, en su totalidad, recubriendo unos 12.000 metros cuadrados, es la parte visible de las 40 hectáreas; se cree que fueron sitios habitados. Dentro del conjunto se observan varios sectores. La parte oeste fue recinto religioso y ceremonial, presenta varias esculturas, son visibles dos pumas de más de dos metros de largo y un jaguar, tallados sobre la arenisca, el lugar está delimitado por canales;también encontramos perforaciones tubulares pulidas, de unos 20 centímetros de diámetro, penetrando verticalmente en la roca. Ascendiendo por un lado, se puede encontrar el dorso de una serpiente tallada. Los canales forman 262 rombos que desembocan en dos colectores de 4 metros, éstos simbolizan la conexión del agua con la pachamama, la madre tierra. Encima del monumento se advierte un círculo con nueve rebajos cuadrangulares y nueve triángulos alternados; dentro un círculo menor con nueve asientos rectangulares. Aquí podemos observar el ingenio de los constructores integrando las técnicas hidráulicas dentro de una ciudad templo. En el franco norte destacan cinco hornacinas de dos metros de altura, aproximadamente, y uno de ancho parecen altares de ídolos ausentes. En el franco sur, tallado desde la base hasta la cima, parecen las gradas de un estadio por la gran cantidad de asientos esculpidos. Como si los habitantes de Samaipata, se sentaran para observar lo que podría llegar del horizonte, para asistir a juegos o celebraciones.
EL DORADO
Los historiadores como Enrique Finot, Ricardo Mugia, y otros transcriben un texto del reverendo padre Felipe de Alcaya como informaciones elevadas al señor marqués de Montes Claros, virrey de estos reinos de la que el capitán Martín Sánchez de Alcaya fue descubridor y conquistador de Santa Cruz de la Sierra: "Fue asentado todo lo que en su descubrimiento sucedió y en especial de la tierra rica, que Manco Inca, segundo capitán de este nombre, tiene conquistada que hoy posee en grandísima felicidad por su gran prosperidad, llamada Paytiti, en la cual tiene descubierto todo género de metales hasta el más lucido que es el oro, saca piedra de todos los colores, de grande estima; y del Cerro Rico que el capitán Condori labró en la Cordillera de los Chiriguanos, llamados Caypuru y del oro que sacaba su hermano Guacané, rey nuevo de los Llanos de Grigotá, cuya fortaleza está hoy en pie, en testimonio de lo dicho por su gran fundamento, llamado Samaipata, que es como sigue":"Antes que a estas partes viniesen los españoles de España y los del Paraguay, el inca por su buen gobierno, como parece en todo este reino, iba conquistando cada año nuevas provincias, procurando ser siempre el solo señor. Para cuyo efecto dio su comisión a un descendiente suyo, llamado Guacané, dándole título de rey, de los que así conquistase en cual dejó un hermano llamado Condori, en la ciudad de Cuzco, y asimismo le dio suficiente gente para la conquista, enviándole a los Llanos de Grigota. A último resolvió de no perder ocasión, y tomando más vestimento entró por los valles de Pojo, Comarapa, los Sauces, Valle de Pulquina, Valle Grande y subió al asiento de Samaipata a donde asentó su real mandato en la mesa de este sitio…”El reverendo padre Adrian Melgar, quien fue párroco de Mairana, publicó un folleto sobre Samaipata: "a distancia de algo más de dos leguas, al sureste del actual pueblo de la Purificación (Samaipata) se halla el monumento incaico que denominan El Fuerte". Cita en la cumbre de la montaña que lleva su nombre, es el verdadero Samaipata, cuya etimología según unos: Dios eterno (PATTA SAMMA) y según otros (DESCANSA ARRIBA).
EL MISTERIO DE LA CHINKANA
Leo Pucher arqueólogo que en el año 1945 fue director del Museo Arqueológico de San Francisco Xavier de Chuquisaca, en sus libros habla de las características de la famosa "Chinkana", lugar que hasta la fecha sigue siendo un misterio. Dirigiéndose hacia el S.E., pasando sobre algunos andenes de construcciones megalíticas, bajando hasta llegar a una pequeña cañada y, de allí, subiendo una pequeña colina para luego bajar en unas gradas bastante inclinadas, se llega al lugar denominado "LA CHINKANA". Como ya hemos descrito la parte geológica del cerro de Samaipata, se recordará que es de roca arenisca roja grisácea, donde fue perforado un pozo distante a unos 500 metros de la colina esculpida, cuyo diámetro superficial es de 1,30 a 1,50 metros y su profundidad en el año 1937 era de 12,50 metros, medido por el que escribe. El Baron Von Nordnskiold , quien en el año 1911 visitó dichas ruinas, hizo limpiar la Chinkana hasta el fondo, pudiendo medir 15 metros exactos de profundidad; los del lugar opinan que tiene 30 metros, el Barón descubrió que la Chinkana fue construida en forma de espiral semejante a la espiral de un caracol, hasta el fondo. Es muy posible que la forma sea la reproducción de una serpiente como símbolo que sale de la Pachamama, del seno de la madre tierra, como opinan otros. Los lugareños narran las siguientes leyendas, sobre la Chinkana: unos afirman que es un sapo que vomita fuego de la boca, otros haber visto una furibunda Yoporojobobo (una gran serpiente) que cuida en su interior los secretos de los incas guardados; otros creen que es una mina de oro que esconde tesoros fabulosos; algunos que es un pozo de agua que la conduce hasta el otro lado del cerro; los más afirman que es un túnel que tiene ramificaciones subterráneas que se conectan con Tiawanaco, la Isla del Sol, Coricancha (Cuzco), etc., siendo uno de los muchos túneles que la civilización tiawanacota construyó y que pueden ser encontrados en la mayoría de las ruinas de Bolivia y Perú; otros piensan que es un pozo que se utilizada para el suplicio. Los arqueólogos constantemente buscan esclarecer la relación que ha existido entre los Andes y los valles Yungas y comprender las relaciones culturales que se han dado entre las culturas de Tiawanaco, la cultura Mollo y la Inca. Todos coinciden en que Samaipata es uno de los pocos templos que todo él fue esculpido sobre la roca.
EL SANTUARIO QUE MIRA AL CIELO
Las estructuras de avestruces y jaguares nos abren la puerta para sentir la influencia de culturas amazónicas, por otro lado se ha comprobado la presencia y reconstrucción de una parte como templo incaico. Lo que más nos llama la atención es que todo el templo está construido conformando la imagen de un ser humano para ser visto desde el cielo, podemos observar dos ojos en la esquina oeste del templo, donde están grabados los pumas, asimismo podemos diferenciar en todo el templo tres partes, la cabeza, el tronco donde se encuentra un círculo, llamado coro de sacerdotes, que se parece a un plexo solar, semejante al ser humano, y en la parte este podemos observar una zona llamada fuente de serpiente, que da la sensación de ser un órgano sexual, y en el centro una estructura semejante a lo que sería la columna vertebral; para algunos podría ser una pista de aeronaves, pues sus líneas paralelas son semejantes a otras encontradas en Nazca, y parecen estar diseñadas para ser vistas desde el cielo. Los pumas representan el fuego sagrado o energía sexual que debe ascender hasta la cabeza. Los pumas que salen de los ojos nos hablan de la clarividencia. Los nativos de la Amazonía saben que los pumas pueden ver en la oscuridad, porque poseen latente la visión de las energías de los cuerpos vitales. En el templo podemos observar las serpientes símbolo de la kundalini que al iniciado debe elevar, a través de su columna vertebral purificando sus sentimientos, emociones, liberándose de los egos o desequilibrios psicológicos para transformarse en un iniciado u hombre sol. Todos estos símbolos corresponden con la cultura tiawanacota y después con la cultura inca, donde se habla de gigantes y seres que viajaban por los aires, los ángeles andinos conocidos como los taapakas o seres bellos y resplandecientes al servicio de Wirakocha. Samaipata al igual que el lago Titicaca, las pistas de Nazca, etc. fue creado como un templo santuario y a la vez un señalizador planetario para ser visto desde el cielo. Con todos estos datos nos preguntamos ¿fue destinado también para recibir a seres de otros mundos que eventualmente visitasen nuestro planeta? ¿Fue Wirakocha su creador y constructor al igual que Tiawanaco y el lago Titicaca? ¿Quizás son los restos de una desconocida civilización de gigantes llamados en los Andes Taynas y Chullpas? El misterio todavía envuelve los restos de Samaipata donde nuevamente aparecen Chinkanas, túneles que dicen que pueden estar conectados con otras ruinas de los Andes. Es sorprendente que el pozo, Chinkana, este tallado en forma parecida a una serpiente; los antiguos iniciados de todas las culturas veneran al fuego ígneo, serpentino, como una fuerza que irradia del centro de la tierra. Todos los habitantes de la región consideran Samaipata como un santuario, muchos sensitivos afirman que tocando el suelo sienten como si existiera algo más, en el interior de las entrañas de la tierra. El miedo y la superstición irradian en muchas personas que afirman que durante la noche han visto materializarse físicamente a seres de otros mundos. Samaipata nos habla de una cultura antiquísima que se pierde en la noche de los tiempos, una civilización que constantemente miraba las estrellas.
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