LA RELACION ES UN ESPEJO
El conocimiento propio no lo es de acuerdo con alguna fórmula. Uno puede acudir a un psicólogo o a un psicoanalista para averiguar acerca de sí mismo, pero eso no es conocimiento propio.
El conocimiento propio surge cuando estamos atentos a nosotros mismos en la relación, la cual revela lo que somos de instante en instante. La relación es un espejo en el cual podemos vernos tal como realmente somos.
Pero pocos tenemos la capacidad de mirarnos tal cual somos en la relación, porque inmediatamente comenzamos a censurar o justificar lo que vemos. Juzgamos, evaluamos, comparamos, negamos o aceptamos, pero jamás observamos verdaderamente lo que es, y para la mayoría de las personas esto parece lo más difícil de hacer; no obstante, sólo esto puede dar comienzo al conocimiento propio. Si en este espejo extraordinario de la relación, el cual no deforma nada, podemos vernos así como somos, si simplemente tenemos la capacidad de mirar con atención plena en este espejo y ver realmente lo que es, estar atentos a ello sin condenar, ni juzgar, ni evaluar y uno mira así cuando hay un interés serio-, encontraremos que la mente puede liberarse de todo su condicionamiento. Sólo entonces está libre para descubrir lo que se encuentra más allá del campo del pensamiento.
Al fin y al cabo, por erudita o insignificante que la mente sea, está, consciente o inconscientemente, limitada, condicionada, y cualquier extensión de este condicionamiento sigue estando dentro del campo del pensar. Así pues, la libertad es algo por completo diferente.
Nota escrita por Krishnamurti
|