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Revista Digital de El Quinto Hombre
ALGUNAS DEFINICIONES SOBRE ASTROLOGÍA
por Carlos Babace
(Argentina)
Innumerables definiciones y posturas se han adoptado en torno de la cuestión
astrológica. En lo relativo a las tendencias actuales podemos considerar
dos enfoques básicos. El Sistema Solar condiciona al hombre y es
el que considera al hombre y al Universo como partes individuales de un
mismo fenómeno.
Personalmente he adoptado este último criterio, y considero que
hablar de una influencia directa del planeta sobre el hombre en un sentido
estricto y absoluto es un animismo bastante infantil.
Por eso me parece mucho más apropiado considerar al Universo como
un gigantesco espejo en el que nos vemos reflejados porque, entre macro
y microcosmos, existe una total identidad funcional.
Hay un relato cósmico y un correlato humano, terrestre. Uno no
es cosa del otro, simplemente se encuentran sincronizados, identificados,
como lo están, por ejemplo, dos células del mismo tejido.
La astrología aparece entonces como una disciplina que pone al
hombre en conocimiento de ciertas estructuras, de cierto modo de ser de
su realidad, es decir que define los continentes en que desarrolla su
vida.
Queda en pie todavía la discusión sobre la condición
científica de la Astrología. Pienso que si nos ajustamos
a un criterio epistemológico estricto la Astrología no puede
ser considerada una ciencia por carecer de dos elementos básicos:
especificidad y carácter unívoco. En cuanto a la especificidad,
la
Astrología estudia al hombre bajo sus aspectos, y en cuanto a su
unívoco, hemos visto que una configuración astral se manifiesta
siempre a través de distintos acontecimientos, aunque estos se
encuentran sólidamente relacionados por vinculaciones analógicas.
En toda ciencia exacta un mismo estímulo produce idéntica
reacción en todos los casos si se opera en igualdad de condiciones.
En Astrología, no existe la igualdad de condiciones.
Quizá la función más importante de la Astrología
no sea ser precisamente una ciencia aparte sino un CONJUNTO COHERENTE
DE SÍMBOLOS QUE SIRVAN DE VASOS COMUNICANTES ENTRE LAS DIFERENTES
CIENCIAS Y CONOCIMIENTOS ACTUALES, QUE LA GRAN ESPECIALIZACIÓN
DE QUE HAN SIDO OBJETO ESTÁN PERDIENDO CADA VEZ MÁS LA POSIBILIDAD
DE INTERRELACIONARSE, DE INTEGRARSE.
La función del astrólogo debe entenderse como de clasificación
de un panorama, de un estado de cosas.
Cuando se habla de Astrología, se la asocia inmediatamente a los
signos zodiacales.
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En efecto, el Zodíaco resulta bastante familiar a todos y esta
familiaridad lleva implícita, en la mayoría de los casos,
un desconocimiento de la función que cumple el Zodíaco respecto
de los otros elementos que constituyen una carta natal.
Antes de seguir, conviene aclarar que para la Astrología, el Sol
y la Luna son considerados planetas. Este concepto surgió en la
antigüedad a partir de la necesidad de diferenciar esos cuerpos celestes
tan rápidos en su marcha aparente por la esfera celeste de las
estrellas, que fueron consideradas como "fijas".
Volvamos ahora a las casas. Una de las más importantes y también
más conocidas es el Ascendente o cúspide de la Casa I. El
Ascendente es la proporción Este del horizonte proyectándose
en el Zodíaco.
La proporción Oeste del horizonte se denomina descendente, y por
lógica se encuentra exactamente opuesta al ascendente.
Pasemos ahora a ocuparnos del rol de cada uno de estos tres elementos
antes señalados: los planetas, los signos y las casas, y para esto
acostumbro a comparar los elementos constitutivos de un horóscopo
con una lámpara. Una lámpara consta con tres elementos esenciales:
una fuente lumínica, es decir energía. Una pantalla, un
modificador de esa energía tanto en lo cuantitativo como en lo
cualitativo y, adoptando un criterio funcionalista, consta también
de un lugar al que iluminar, es decir lo que hace a su función
de lámpara.
Reemplazando esto por los elementos astrológicos precitados tenemos
que la fuente es el planeta, la pantalla es el signo y la casa es el destino
de esa energía planetaria, modificada por el signo.
Los planetas son entonces los únicos elementos energéticos
del horóscopo, los signos son la vía de manifestación
que le confiere una cierta coloratura o modalidad a esa energía
y las casas representan a los asuntos de la vida de la persona en los
que se canalizan sus pulsiones.
Tenemos entonces 10 planetas, 12 signos y 12 casas. El significado de
cada parte de un horóscopo presenta una gran relatividad respecto
de su contexto, es decir del resto del horóscopo. Y esto debe ser
así, porque si la astrología pretende representar la realidad,
debe ser necesariamente compleja e inmersa en un contante relativismo.
Paso a exponer ahora de una manera sintética los significados de
los planetas en la Astrología Personal:
Sol: es el planeta del Yo, de la voluntad.
Luna: es el planeta de la emotividad, de la experiencia.
Mercurio: es el planeta que representa a la mente en cuanto a su condicionamiento
interno.
Venus: es el planeta que simboliza el CONDICIONAMIENTO INTERNO DE LA AFECTIVIDAD,
es decir como entiende la persona a sus vinculaciones afectivas con lo
que lo rodea.
Marte: es el planeta de la energía, representa el deseo activo,
la capacidad de definirse ante la realidad. Se lo identifica con todo
lo violento. Venus y Marte representas pues la polaridad femenino-masculina
en términos de conducta.
Júpiter: así como Mercurio es el planeta de lo inmanente,
el planeta de la capacidad de abstracción y la capacidad de expansión.
Saturno: es el planeta que simboliza la consciencia de las limitaciones
y del tiempo necesario para concretar los objetivos. Es entonces el planeta
de las concreciones sólidas, de la estabilidad.
Urano: es el planeta de la capacidad de reacción instantánea.
Se lo vincula con lo ultramoderno y con el pasado remoto.
Neptuno: si la luna representa una membrana permeable entre el yo y el
yo exterior, Neptuno actúa como diluyente de esa membrana, haciendo
posible la total identificación con las situaciones. Es el planeta
de la ilusión.
Plutón: este planeta representa la capacidad de destruir o suprimir
la realidad impuesta por el medio. Se lo asocia generalmente con violentas
transformaciones.
Paralelamente a la Astrología personal, también llamada
Genetliaca o Judiciaria, se ha venido aplicando a lo largo de los signos
una Astrología de grupo, es decir de países o regiones determinadas.
Para levantar el horóscopo o carta natal de un país se toma
en consideración la fecha, hora y lugar de declaración de
su independencia.
Sin embargo para solucionar una serie de limitaciones que se presentan,
he optado por un sistema inverso al usual. Consiste en buscar la conjunción
y oposición de Medio Cielo y ascendente con todos los planetas
del ingreso, determinando luego que longitud y latitud geográficas
poseen los puntos involucrados en tales expectaciones astrológicas.
Para unificar criterios en lo que hace a la semántica planetaria
dentro de la Astrología Mundana paso a reseña sintética
los siguientes significados de cada planeta.
Sol: se lo vincula directamente con el poder.
Luna: el pueblo, por analogía con todo lo masivo.
Mercurio: los intelectuales, las comunicaciones, la enseñanza elemental
y media.
Venus: los artistas, la condición de la mujer, la diplomacia.
Marte: las fuerzas armadas y de seguridad junto con Plutón, la
metalurgia y siderurgia.
Júpiter: lo legal, lo normativo, el Poder Judicial, la Iglesia
y la estructura del país desde un punto de vista institucional.
Saturno: los bienes de la Tierra, la agricultura y ganadería, las
minas. También junto con Urano, la ingeniería.
Urano: la tecnología avanzada, la electrónica, la aviación,
la cibernética.
Neptuno: la relación con el mar, la riqueza petrolera.
Plutón: energía atómica, la industria pesada.
El Quinto Hombre
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