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Revista Digital de El Quinto Hombre
LOS MAYAS: ASTROLOGÍA, ASTRONOMÍA Y TIEMPO - Nota I
por Lic. Mónica Liliana Plataneo
Argentina
Los mayas vivieron obsesionados por la idea del tiempo. ¿Por qué?
Tal vez sus calendarios puedan acercarnos a una respuesta más o
menos lógica, teniendo presente que a estos seres a quienes tanto
les preocupaba el transcurrir de los días, mencionan acontecimientos
(Inscripción maya de Qirigua) que tuvieron lugar hace 90 y hasta
400 millones de años, a la par que relatan varias catástrofes
mundiales, cuando aún el arzobispo Ussher no había establecido
el 4004 a.C. como punto inicial de la creación.
Un interrogante es cuándo comienza la historia de los mayas. Y
acorde a sus registros, fijamos el mismo en 3113 a.C. ¿Cómo
es posible aceptar una fecha semejante y acoplarla a los millones de años
que citamos antes? Quizá la solución pueda estar no muy
lejos: cada "fin" de una edad, cerraba totalmente el Ciclo y
se iniciaba en una Cronología. Teniendo en cuenta lo anterior,
¿cuántas "veces" recomenzaron los mayas a contar
sus años?
De acuerdo a las estelas, la fecha más "antigua" que
llega hasta nosotros no sobrepasa el año 310 a.C. En verdad, sería
interesante realizar un estudio exhaustivo del tiempo precolombino, y
esto, seguramente, nos llevaría a comprender quienes eran los mayas.
Pero vayamos a su calendario.
Los mayas tenían dos: el civil y el religioso. El primero, de 365
días, dividido en 18 meses de 20 jornadas más 5 días
aciagos, complementarios. El religioso, el Tzolkin, de 260 días:
13 meses de 20 días. El origen de este calendario es un misterio.
¿Lo es?
Si calculamos un periodo de rotación de 260 días, podríamos
considerar un calendario no terrestre (365.26 días) según
algún astro ubicado entre la Tierra y Venus. ¿Pero cuál
es ese planeta?
Los mayas crearon una ciencia de Ciclos, que, tal vez pueda orientarnos
en esta búsqueda. Los mismos tenían como base los números
sagrados: 3, 4, 5, 7, 9, 13, y 20. Sinteticemos:
a) Periodo de 13 días que forman un signo; veinte de estos forman
el ciclo de 260 días;
b) Uno de 20 días, paralelo al de 13 días: 260 días.
Este y el anterior comenzaban juntos cada vez.
c) Calendario Venusiano de 584 días (Chac-Eh: la Estrella Roja).
¿Por qué roja si éste es el color que le damos a
Marte? ¿Por qué ellos otorgaban este apelativo a Venus?
d) Ciclo de 8 años solares que corresponden a 5 años venusianos
(584 x 5 es igual a 365 x 8);
e) Ciclo de 13 años solares relacionados con los cardinales. Veamos
su significación:
KAN: color amarillo, serpiente, grano de maíz........................SUR
MOLUK: reunión, aguacero y tormenta...................................ESTE
IX: jaguar y hechicero..............................................................NORTE
CANAC: lluvia y nubes............................................................OESTE
f) Ciclo de 13 años venusianos
g) Ciclo de 20 años solares, igual a 7200 días, llamados
Katunes. Dice, respecto de los katunes, Volguine: "la rueda Katúnica
se refiere a la vez a un ciclo de 20 años y a la serie de trece
ciclos sucesivos... las cifras impares de la rueda katúnica se
relacionan evidentemente con el lado evolutivo del ciclo de Júpiter
y Saturno (que es el único ciclo astronómico de veinte años),
y las cifras pares a su mitad involutiva".
Podemos observar, pues, lo "repetitivo" del factor 13. Todo
el sistema Cosmogónico parece girar en torno a este número,
y también, piedra angular de la organización de los Estados.
¿Cuál es el significado? Posiblemente: 12 planetas, y el
13 corresponde al Sol.
Por ejemplo, el estado de Mayapán estuvo regido por un consejo
de 13 príncipes, y 13 sacerdotes; era la morada DE LAS TRECE SERPIENTES.
La serpiente significa la faja zodiacal que enrosca en torno a la Tierra.
Ahora bien, Atlántida estuvo regida por un consejo de 10 reyes;
MU o Lemuria, por 10 Reyes; las tribus hebreas, eran 12; el Imperio Etrusco
era una federación de 12 ciudades.
El consejo de Dalai Lama está constituido por los 12 grandes Namshas;
de aquí podemos decir que los mayas poseían un conocimiento
completo en cuanto a conocimientos astronómicos se refiere. Es
más, en América se mencionaban 13 cielos supuestos: a la
par que, en Babilonia los cielos son 10; en China, 9; para los árabes,
8. Los primeros cielos se cree representaban los siete planetas conocidos;
el 8vo. era representación del zodiaco, estrellas fijas y cometas.
Pero en América nos sobran varios cielos. El astrólogo Kraft
halló en las ruinas de Tikal, representaciones de cuadraturas,
conjunciones y oposiciones de Urano y Neptuno. Por tanto, los mayas eran
astrónomos consumados y conocían, inclusive, Plutón.
Para alcanzar tales conocimientos se necesitan miles de años de
evolución. J. T. Goodman, dice: "¿Cuánto podría
durar una nación? Regresando diez mil años hacia atrás
los encontramos civilizados. ¿Cuántas otras decenas de miles
de años deberán haber pasado para alcanzar tal estado? Desde
el tiempo del abrupto final de sus inscripciones, cuando todo sublimemente
queda en blanco, retrocediendo hacia esa remota primera fecha, las aparentes
gradaciones en el crecimiento de su civilización son tan paulatinas
como para indicar la necesidad de los 280,800 años de sus registros
hasta alcanzar el punto de su comienzo. Manifiestamente, debemos deshacernos
de las ligaduras que limitan nuestra noción de historia. El campo
de la nacionalidad indígena en América promete, cuando sea
totalmente explorado, revelarnos tan remotos datos que requieran un amplio
campo mental para percatarse plenamente de ellos".
Dejemos un tanto la antigüedad de este pueblo y veamos cómo
aplicaban estos conocimientos a sus construcciones. Las mismas son la
imagen reducida del Cosmos. Un ejemplo de ello lo podemos observar en
el Observatorio Astronómico denominado EL CARACOL: sus medidas
llegan a alcanzar los 12.5 metros de alto, coronado por una terraza de
9.5 metros de altura. A su parte más alta se llega a través
de un pasadizo muy estrecho en forma de caracol. Esta "escalera"
conduce a una cámara de observación en cuyas paredes existen
aberturas que poseen gran importancia astronómica. El doctor Sylvanus
Morley expone el siguiente ejemplo: "una visual dirigida de la pared
del poniente corta por la mitad el sol poniente del 21 de marzo, en el
equinoccio de la primavera, y el 21 de septiembre en el equinoccio de
otoño. Otros coinciden con la puesta de la Luna en estas dos importantes
estaciones del año". Con respecto a la forma que posee este
monumento, un investigador, Guy Tarade, llega a la conclusión de
que estos edificios en forma de caracol fueron construidos a efectos de
captar las fuerzas cosmotelúricas, añadiendo con él,
los toltecas (ya se había producido la fusión de ambas culturas,
si bien muchos suponen que los toltecas, olmecas y mayas ERAN UNA SOLA)
desearon simbolizar la "vida en estado primitivo, en estado potencial",
representada en forma de huevo, lo que sería igual decir, óvulo.
La ostra del caracol era representación de este símbolo.
"Las aberturas, orientadas de modo que permiten la penetración
de ciertas raciones cósmicas, canalizaban aquella energía
celeste desconocida, el corazón mismo del monumento con el cual
venía a desposarse. La parte hueca, femenina, recibía a
la serpiente cósmica, el espermatozoide estelar".
Pero la interrupción puede llegar a resultar menos complicada si
tratamos de captar el pensamiento de estos seres, abrumados por el paso
de los años, por el eterno devenir de Ellos, creadores de, como
ya hemos expresado antes, una ciencia de los Ciclos. ¿Cómo
representamos, por ejemplo los hechos de la historia? Simplemente en forma
de caracol. Los arqueólogos han intentado asociar este monumento
al dios del Viento; sin embargo sería más conveniente hacerlo
con el SEÑOR DEL MOVIMIENTO. Y, con esto, podríamos tratar
de afirmar que esta "forma" tan discutida, simboliza el Movimiento
del Universo en su constante expansión, y, a la vez, es también
el TIEMPO, en transcurrir, un ciclo dentro de otro, y dando origen a uno
nuevo, nacimiento, desarrollo y muerte y así sucesivamente.
Una pregunta nos hemos formulado con bastante insistencia: ¿por
qué ese temor por el tiempo? ¿Por qué esa obsesión?
¿Acaso esperaban algo especial? Alguien aventuró: una misión
de rescate. Y también expresó: "No hay que preguntarse
quienes eran los mayas, sino lo que será".
CONTINUA NOTA II
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