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Revista Digital de El Quinto Hombre
AEROMODELISMO EN EL ANTIGUO EGIPTO
Por César Reyes
(Argentina)
A simple vista parecía solamente un ave. Y como tal se la
exhibió durante décadas en el Museo Egipcio. Pero un estudio
casual de su diseño reveló algo sorprendente.
"Rara avis"
Corría el año 1969 cuando una pieza del Museo Egipcio de
Antigüedades de El Cairo llamó particularmente la atención
del Dr. Khalil Messiha. Se trataba de un objeto que databa por lo menos
del siglo II A.C., encontrado por el arqueólogo francés
Lauret en una tumba de Sakkarah en 1898, el cual, catalogado con el número
6347, se había estado exhibiendo durante unos cincuenta años
- entre otros de aspecto semejante - bajo el rótulo de "pájaro".
A primera vista, el tal "pájaro" 6347, construido con
ligera madera de sicomoro - de apenas 14 centímetros de longitud
y con una envergadura de 18 - no parecía desentonar con el resto
de la bandada. Pero, aun así, algunos detalles no encajaban del
todo a juicio del Dr. Messiha. Para empezar, las alas eran completamente
lisas, y su cola, muy diferente a la cualquier ave, tenía la forma
de una especie de aleta que se alzaba verticalmente. Y por lo demás,
no estaba adornado en modo alguno, a excepción de un (simbólico)
ojo derecho y de dos cortas líneas bajo las alas. Luego, un detenido
examen realizado por el mismo Messiha reveló la existencia de una
delicada inscripción donde se leía "PA - DI - IMEN
", que en la lengua del periodo faraónico significa "regalo
de Amón" ( un antiguo dios cuyo origen se halla en Tebas y
que personificaba lo oculto y era conocido también como "Padre
de todos los vientos" o "Alma del viento", representándosele
con la piel de color azul y dos grandes plumas sobre el tocado de su cabeza
; el mismo dios Imen - su nombre egipcio - , o Amón - nombre que
le dieron más tarde los griegos - , que poco a poco fue asimilándose
a Ra, y pasó así a llamarse Amónrasonter, esto es
"Amón - Ra, rey de los dioses" ).
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¡Ningún pájaro!
Así que, aficionado al aeromodelismo, el Dr. Khalil Messiha no
se demoró en construir en madera balsa un modelo con las mismas
medidas del original. De hecho, era una copia casi idéntica salvo
por un pequeño estabilizador que le había agregado en la
cola. Lo arrojó al aire y comprobó sin asombro que podía
volar sin problema unos cuantos metros...
Pero eso no era todo. Examinando la pieza en detalle, el curioso Dr. Messiha
se dio cuenta de que su forma era especialmente aerodinámica y
que el singular diseño de sus alas curvadas estaba pensado para
crear un efecto de vacío sobre ellas - para conceder un máximo
de capacidad de elevación sin frenado -, algo similar al tipo de
alas que se utilizaron en aviones como el Concorde - Caravelle. Cosa que,
a poco, su propio hermano e ingeniero de vuelo, sumándose al estudio
del objeto, precisó en términos técnicos sosteniendo
que:" El ángulo diedro negativo - refiriéndose a las
alas - cumple las mismas funciones que el positivo: una sección
muestra que la superficie del ala es parte de una elipse que proporciona
estabilidad durante el vuelo; y las formas aerodinámicas de la
estructura disminuyen la resistencia del aire, lo cual es un hecho que
fue descubierto en aeronáutica tras años de trabajos experimentales."
Y no mucho después, cuando se comprobó que algunos de los
otros "pájaros" que acompañaban a la singular
pieza 6347 reunían idénticas proporciones, el ruido finalmente
llegó a oídos del gobierno de Egipto que, con buen criterio,
ordenó de inmediato a una comisión técnica llevar
a cabo otro estudio completo de todas las piezas así etiquetadas.
Dicha comisión de expertos, nombrada el 23 de diciembre de 1971,
estaba integrada por Kamal Naguib, presidente de la Federación
Egipcia de Aeronáutica, el Dr. Henry Riad , director del Museo
de Antigüedades Egipcias, y los doctores Hishmat Nessiha y Abdul
Quader Selim, director del Departamento de Antigüedades y director
delegado del Museo Egipcio para la investigación del arte antiguo
respectivamente; quienes unánimemente y sin tardanza concluyeron
que la pieza 6347 no reproducía ningún pájaro sino,
en efecto, a ¡ un auténtico avión capaz de volar!...
Sorprendente desde cualquier punto de vista, pero a la vez incontestable,
el informe de la comisión, que incluía a varios de los otro
modelos de "pájaros", resultó en una plausible
actitud de honestidad científica de parte del gobierno Egipcio
que, apenas veinte días después de encargar los estudios
de tales maquetas, el 12 de enero de 1972, inauguró en el pabellón
de antigüedades del Museo Egipcio - con palabras alusivas a cargo
del Dr. Abdul Quader Hatem en representación del Primer Ministro
y del Ministro del Aire - la primera exposición de "aeromodelismo
del período faraónico", presentando al público
14 modelos de aeroplanos que se remontaban al Antiguo Egipto.
Extraños jeroglíficos en el Templo de Abydos.
Ahora bien, si tal y como se desprende de la opinión de autorizados
peritos en aeronáutica, estos modelos de aeroplanos revelan un
diseño de avanzadas características, que en ningún
caso puede ser considerado como fruto de la mera casualidad sino más
bien de un muy preciso conocimiento de la aerodinámica, la pregunta
que nos hacemos a continuación es tan obvia que casi parece una
perogrullada: ¿quién poseía hace más de dos
mil años este tipo de información técnica que sólo
puede acumularse a través de una prolongada experiencia en el campo
de la aeronáutica?.
Por supuesto, la historia universal nada nos dice acerca de la existencia
de aparatos voladores surcando los cielos antiguos. Sin embargo, basta
un vistazo a los extraños jeroglíficos del Templo de Abydos
- edificado por orden de Seti I hace 3.150 años - para descubrir,
con ojos actuales, notorias semejanzas con objetos que bien pueden ser
aviones o helicópteros.
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Quizá, exista de hecho un nexo entre tales jeroglíficos
de Abydos y los aeroplanos de avanzado diseño que se exhiben en
el Museo Egipcio. Es posible. Y, tal vez, una cosa y también la
otra tengan que ver, simplemente, con que aquellos dioses sabios venidos
del cielo ( de las estrellas) hayan llegado de veras desde espacio exterior...y
que por lo tanto su venerable identidad, lejos de ser una simple fábula
o ficción, se encuentre, en carne y hueso, oculta dentro de trajes
y escafandras de antiguos astronautas que nos visitaron hace milenios.
¡¿Quién sabe?!
En cualquier caso, los hechos aquí planteados, y los interrogantes
derivados, nos llevan por lo menos a suscribir las palabras del gran literato
alemán Goethe, cuando hace más de un siglo escribió
: "En nuestros días apenas puede dudarse de que resulta necesario
reescribir de cuando en cuando la historia universal. Pero tal necesidad
no deriva del descubrimiento de muchos hechos antes desconocidos, sino
de la presencia de nuevas opiniones. Es que el coetáneo de una
época de progreso en marcha se ve conducido a nuevos puntos de
vista, desde los cuales contempla y juzga el pasado de un modo renovado."
El Quinto Hombre
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