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Revista Digital de El Quinto Hombre
El mensaje de Krishnamurti: penetración y vivencia
VER EL PROPIO PELIGRO - Nota V
La vida es la energía o INTENSIDAD -en constante movimiento y transformación-
de TODO el infinito.
Por Jacobo Zaslavsky
Si comprendemos que -en lo psicológico- no podemos hacer nada,
si comprendemos que cualquier esfuerzo o movimiento de este maligno ensueño
no hará más que agregar leña al fuego, entonces es
posible que el esfuerzo cese. Y se detenga nuestra lucha y agotamiento.
Y es posible también que la mente entre en quietud. Y la violencia
se disipe. Comprender la propia estupidez, es inteligencia, afecto. Entonces,
el silencio se hace solo. Espontáneamente. Sin proponérnoslo,
de pronto estamos en una interrupción, un descanso en la atención...
estamos en el escuchar, ver, observar, sin ninguna resistencia... las
aguas imprevistamente están en calma, en paz.
Y en la atención, los hechos se ven como son. Y en la calma de
la atención, hay renovación de la energía.
Entonces la verdad libera su afecto, o se libera el afecto que todo nuevo
instante contiene. Los dos niveles iguales son uno solo. Sólo el
afecto puede captar al afecto. O la alegría. Es un ámbito
natural, o espontáneo, aunque des-conocido.
La eternidad se hace nuevamente.
Porque ver la verdad -cualquiera sea- en este caso, nuestra locura, error,
maldad, confusión, es entrar en comunión con el reto. Y
en la comunión o comprensión, ha terminado el rechazo, el
dolor. Ver el mal, sin rechazarlo, es liberar afecto, el mal ha terminado.
En el ver o en la atención hay afecto.
Y también un gran alivio. La pesada carga se desprende. Y el afecto
brota otra vez, a mares...
Ver nuestra verdad. Ver el propio peligro. En el ver está el milagro.
"atención es amor" (Krishnamurti). Ver que no hay amor,
que el egoísmo es crueldad. Ver sin atenuantes. Tal vez eso sea,
o libere, el amor o la humildad. Observar, escuchar totalmente el pensamiento
y el sentimiento, hasta su fin, sin reprimir ni rechazar, y el silencio
que hay entre -y detrás- de los pensamientos y que viene de lo
infinito, es percibir en atención, dice Krishnamurti. "Es
como un juego y en eso hay un gran júbilo". Y esta alegría
es la que enfrenta nuevos retos. La comprensión requiere el afecto
de la atención, o sea ver las cosas como son, sin crítica
ni elogio, sin pensamientos, sin amor ni odio, sin la impaciencia del
mal humor.
¿Percibimos así nuestra lucha sin luchar? ¿Percibimos
así nuestra soledad, vacío, sentimientos, violencia o conflicto?
¿Lo percibimos sin conflicto?
Porque si así lo percibimos no es difícil que terminen solos
nuestros esfuerzos y temores. Percibir el miedo sin miedo, es el fin del
miedo. Percibir la ilusión del yo, pone fin a la locura. Y hay
un hondo afecto. La atención o percepción de la verdad sin
ninguna lucha es, en sí, una completa transformación. En
el silencio, todo es nuevo, potente, fresco, y sólo hay fresca
-aunque cálida- energía.
Y cuando no huimos del vacío, nada hay que temer; se ha vuelto
lleno. El vacío psicológico es el mar de calidez y pasión
de la vida.
El problema termina. Y hay un gran júbilo con el terminar, en la
muerte psicológica. El éxtasis de la paz se libera, surge
un regocijo, una sonrisa...
Cuando el día termina, la honda puesta del Sol libera toda la belleza
contenida. No hay más deseos. La belleza es una extraña
cualidad, un estado en que no existe ninguna búsqueda ni esfuerzo.
En el afecto, ahora es la eternidad, no hay nada más que buscar,
una lluvia de bendición y paz desciende sobre la tierra. Entonces,
vivir o morir, psicológicamente son lo mismo.
Y nace un mundo nuevo, otra manera de vivir; de pronto hay un hondo, inmenso,
sacro respeto.
Krishnamurti habla de una atención, pasión o silencio que
se renueva fuera del "tiempo", eternamente.
Y todo cobra vida; se renueva la alegría, la hondura o el sentido
de la vida.
Entonces vivir es el gran éxtasis: caminar, respirar, ver la gente,
los rostros que pasan, algún amigo, el vuelo de los pájaros,
las estrellas, el infinito, el penetrante silencio o "vacío"
tan lleno de ternura, compasión o generosidad, las extrañas
cualidades de la eternidad, las que son nada y nada buscan. La muerte
del deseo personal, es el "retorno" al viaje de la eternidad,
en la atención o renovación de afecto de cada nuevo instante
de la vida.
"No trate de estar atento. Preste atención a la inatención".
"Cuando se escucha el ruido se produce un gran silencio." (K).
Cuando se desvanece la comunicación en la separación, en
la comunión hay calidez o amor. De ahí su eterno surgir:
al morir, en su fuego ha renacido. Es lo que está renovado ahora,
lo que surgirá siempre y lo que renovará cuando el organismo
llegue al fin. No hace falta morir para comprobarlo. Podemos percibirlo
ahora mismo en la armonía, atención o humildad del corazón.
Tal vez haya que comenzar por ver nuestra total inmadurez, nuestra ilusión
y egoísmo que lejos estamos de una verdadera relación humana.
Y para ello es necesario el ver de cada instante, la constante renovación
del acercamiento, del fuego de la vida.
Entonces, es posible que no haya nada más que agregar. Una mente
así es su propia luz, su propio reto y no precisa estímulos,
desafíos ni explicaciones. El amor no puede ser "explicado"
sino vivido, porque mientras se explica lo que sucede en un veloz instante,
éste ya se ha desvanecido. Un mar de ternura está explotando
siempre. Es la "voz", el mensaje del sacro fuego, del eterno
silencio. No se puede explicar. Pero si lo vemos, es posible que el drama
humano pueda ser trascendido. Y que el Hombre despierte de su letargo.
"Detrás" de cada ser humano hay un infinito de energía,
pero el afecto o el amor no entran en acción antes de disiparse
el egoísmo.
"Había hondura en aquel árbol. Sus colores estaban
mil veces intensificados y sus ramas parecían sostener todos los
cielos".
"Aquel silencio se extendía sin fin, sin que para nada fuera
perturbado por las voces o sonidos de alrededor. Su intensidad no era
de la mente: surgía de las profundidades de la creación
y nunca cesaría".
(Krishnamurti)
"Entonces aparece algo que es lo más sagrado".
(Krishnamurti)
FIN
El Quinto Hombre
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