Revista Digital de El Quinto Hombre

DESENREDANDO LA CRIN DEL TAI CHI CHUAN - Nota IV

                                           
Por Augusto Alcalde (Argentina)



Y entonces la vida será
Comer cuando hay hambre
Dormir cuando hay sueño

PO-CHANG.

Gimnasia integral, abierta y profunda, llega el TAI CHI CHUAN a nuestros días, aportando la disminución de tensiones psicofísicas, mejoramiento de la calidad de vida, conocimiento intimo del cuerpo y su relación con el “Ello”, “Lo Otro”, y una manera cualitativamente distinta de encarar las cosas en su plano cotidiano y total, comprendiéndolas, viéndolas, y viviéndolas.

Ahí algo no es vivenciable, carece de sentido absoluto.

TAI CHI, un soplo ZEN, impregna hasta la medula la vida cotidiana.

Se vuelca en la vida y la vida se vuelca en él; TAI CHI en la vida da el real estado de comprensión; la vida en el TAI CHI da la real fluidez del agua; la fuerza de un pino joven; la quietud de una montaña.

Logré danzar el TAI CHI e diferentes velocidades alrededor de una vela, sin mover la llama con el más leve viento, fruto de algún movimiento torpe, alguna inatención, así desde el ocaso hasta el amanecer.

Concluyo el ciclo, recibí la transmisión del arte de la Escuela de HUANG PEI-CHIA; la grulla estaba en mi, y fui aceptado por la Escuela del TAO.

Recuerdo la danza de la vela, la llama y el sol ausente.

Recuerdo aquella figura de piernas cruzadas en un rincón que apagó la llama sin tocarla, y finalizó mi danza.

Y salió el sol, y las montañas, los ríos, ríos.
Y quede solo; ¿Qué hacer?
Hacer que el cuerpo y el espíritu se abracen
Y no pueden separarse
Hacer que el respiro te vuelva
Tierno y fresco como un niño
Comprendiendo todas las cosas
Ser como si no se sabe nada

LAO TZU.

                                                                                   FIN     

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