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Revista Digital de El Quinto Hombre
OPERACION RESCATE EN TACUAREMBO ¿UN CASO CUASI-PERFECTO?
Introducción
El incidente de marras culmina con 11 años de seguimiento
investigativo. Desde aquel 1977 que viajamos por primera vez a
Tacuarembó, hasta 1988 con la OPERACIÓN RESCATE.
Pero semejante espera tuvo su premio, ya que los 165 gramos de
restos metálicos traídos desde Uruguay, sobre un
total de 4,700 kilogramos recolectados, pasan a constituirse en
un RECORD ARGENTINO DE PESQUISAS (¿y del mundo?), si nos
atenemos a los menos de 20 gramos recogidos del promocionado caso
Ubatuba, Brasil (1957) y de otros similares
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Por Luis Burgos |
Comienza la historia...
Una tarde de mayo de 1973, en momentos que llovía a mares en las
cuchillas uruguayas de Pueblo Achar, pequeña localidad rural del
departamento de Tacuarembó, una gran explosión, "similar
a la caída de un rayo", se percibió en los alrededores
de la estancia arrendada por Isidro Tito, hecho que fue acompañado
por un fuerte olor "como a cable quemado
"
OVNI a la vista...
Paralelamente, varios pobladores ubicados en distintos sitios del pueblo
y caminos adyacentes, ven descender "como un globo de luz rojiza"
que se perdió tras las cuchillas. En completo silencio y sin maniobras
extrañas, el fenómeno no presentaba una caída libre
y su tamaño era apreciable...
Las evidencias físicas
A la mañana siguiente, don Isidro Tito, sale a recorrer el campo
tratando a la vez de localizar la supuesta caída "del rayo
de anoche". Pero grande fue la sorpresa al toparse con un extraño
pozo con pedregullo que semejaba a un cráter. La formación
consistía en un boquete de 50 cm. de profundidad, aún cubiertos
por agua, en cuyo alrededor se levantaba un montículo de piedras
que se esparcían en un diámetro de 6 metros. De sus bordes,
se extendían 8 surcos de unos 30/40 cm. de ancho y 12 metros de
largo. Parecía como el molde de "una rueda de un carro de
caballos". La impronta de estos rayos en el terreno no pasaba el
par de centímetros. Tanto en el cráter como en dichos surcos
se observaba un polvillo blancuzco, similar al talco y en los alrededores,
se notaba gran cantidad de pequeñas partículas "como
de hierro rallado" (limaduras).
Conocido el suceso en el pueblo, el Sr. Leonel Montes de Oca junto a los
vecinos Rodríguez y Fagundez, todos interesados en la problemática
OVNI, empezaron a investigar la huella, comprobando que poseía
un interesante campo magnético, superior al que desde ya contiene
el suelo zonal, compuesto de la rojiza losa basáltica debido al
hierro.
Pero salvo los curiosos lugareños, atraídos por la historia
de que según Montes de Oca y su gente había un OVNI enterrado,
NADIE (léase bien, NADIE) se apersonó en aquellos desolados
parajes y por lo tanto, el caso fue pasando al olvido...
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Los OVNIS siempre vuelven...
De allí nuestra Hipótesis Decimal. Pero lo concreto es
que en los primeros meses de 1976, comienzan a visualizarse en varias
localidades del Departamento de Tacuarembó repetitivas manifestaciones
OVNI. Así las cosas, llegan reportes de Peralta, Curtina, Arroyo
del Medio, etc., que tienen su pico máximo en la segunda mitad
del año, cuando una verdadera "invasión de Ovnis"
se abate en la región. Pero había un epicentro. Y era Achar.
Y en Achar estaba el cráter de otrora. Y en los alrededores del
cráter se formaba las 100 marcas de aterrizajes... Y estas huellas
eran idénticas a las de otros descensos de platillos. Circulares,
ovales y hasta una herradura de 18 metros, todas con un pasto verde intenso
y la siempre presencia de hongos alrededor, adornaban un paisaje atípico.
A partir de ese momento, el Fenómeno se extiende y llega al Departamento
de Salto, también con las mismas características. Y nace
por ende, el caso La Aurora. Pero eso es otra historia... con algo de
SI, con algo de NO, con algo...
Y viajamos...
Una vez establecidos los contactos con Montes de Oca y preocupados por
lo que nos contaba, decidimos llegar al lugar, sea como sea...
Pero... ¿qué nos decía don Leonel en sus cartas?
Avistajes todas las noches, decenas de marcas en los campos, fotografías
y hasta una película obtenida que había sido "retenida"
por los militares, que ya a esta altura, estaban merodeando y tapando
lo que afirmaban los vecinos de ése y otros pueblos, era parte
de la correspondencia recibida, amén de la visita de un arqueólogo
americano (?). En fin, el caso presentaba todo lo que se puede pedir.
Y llegamos...
Y después de largas peripecias por tierras uruguayas llegamos
a Pueblo Achar a principios de 1977. Mis compañeros Daniel Galatro
y Omar Becerro tenían las mismas expectativas que yo. La noche
era tranquila. El micro que une la ruta Tacuarembó - Montevideo
paró y nos bajamos en medio de una total oscuridad. No se distinguía
una luz. Minutos después observamos luces que se acercaban. Y un
grito: "¿Burgos?". Era Montes de Oca y "Pinocho"
Rodríguez. Avisados por la Policía del pueblo, que habían
recibido la comunicación desde Tacuarembó nos habían
ido a recoger. Pero lo curioso es que hacía una hora y pico, "había
pasado el Ovni de todas las noches". Así de simple. Como tren
que para en una estación diariamente. O quizás, mejor. De
allí que estaban con los largavistas al cuello "para verlo
mejor..."
Investigación In Situ
Por la mañana iniciamos las investigaciones. Decenas de testimonios
de los avistajes coincidían en sus descripciones: "como una
luna rojiza..."
Las huellas en los campos superaban las 100 y se constituían en
un nuevo récord mundial, luego desplazado por las 150 marcas de
Atalaya, Provincia de Buenos Aires, en 1985. Algunas fotos si bien no
eran determinantes, resultaban interesantes. Del famoso film, "ni
rastros", y aún muchos vecinos mostraban cierta reticencia
para declarar. Ocurre que el paso de los militares por la zona había
hecho "olvidar" algunos avistamientos OVNI...
Así las cosas, concentramos el eje del estudio en las 2 pruebas
de mayor consistencia: el cráter y las huellas. Atrás quedaban
ya los relatos de objetos luminosos que subían y bajaban, que aterrizaban,
los OVNIS transparentes, la noche en que un sinfín de "puntos
de luz, similares a luciérnagas, que emitían rayos lumínicos"
invadieron el pueblo, los contactos con extraterrestres, etc., etc. En
otras palabras, prácticamente ratificábamos lo que Montes
de Oca nos había comentado...
El cráter
Si bien el paso de los años había deformado el pozo original,
ya que no se notaban los surcos ni menos aún, polvillo y limaduras
de hierro, comprobamos que el montículo de tierra conservaba su
forma, inclusive con su centro de algunos centímetros de profundidad.
Pero hubo dos confirmaciones significativas:
1. Las piedras del cráter, efectivamente, estaban "QUEMADAS"
y se partían ante el menor esfuerzo, contrastando con el pedregullo
del exterior, totalmente consistente, de gran dureza, propio del hierro
de las cuchillas uruguayas.
2. En el centro del pozo la brújula se desviaba 40º al Este,
o sea, aún tenía magnetismo.
Estos dos puntos, sumado a los continuos avistajes zonales y la concentración
de marcas en la superficie nos daban pie de que "algo" podría
estar enterrado y que ese "algo" también era preocupación
de los OVNIS que revoloteaban desde hacía varios meses. Ocurre
que la huella original era tan elocuente que invalidaba de hecho, la caída
de un rayo (generalmente produce una V en el terreno), la caída
de un resto satelitario (produce surco o hundimiento) y la caída
a tierra de un meteorito (tal vez, lo más parecido, pues produce
una especie de cráter o pozo). ¿Pero qué elemento
produce una marca con 8 rayos de 12 metros cada uno, quema las piedras,
libera un polvillo y limaduras, y magnetiza la superficie?
Las huellas
Del CENTENAR, la herradura de 18 metros de diámetro resulta la
más jugosa. Al igual que todas, verde resaltante, de un espesor
de 30 cm. y con hongos en derredor (los famosos Calvatia Lilacina), se
levantaba con su abertura central desde una cuchilla, días después
que desde una finca de las proximidades vieran posarse "una gran
luminosidad..."
Pero animales e insectos zonales nos confirmaban la presencia anómala.
Según don Isidro Tito, el ganado prefería más el
pasto de la huella que el del resto del campo. Y este hecho lo comprobamos,
incluso, en otros casos de descensos donde las liebres se comen dicho
pasto... y de paso lo mantienen cortito. ¿Cómo sabemos eso?
Por la notable cantidad de excrementos que encontramos en las marcas,
que disminuye en los alrededores.
También, otro fenómeno nos llamó la atención:
un hormiguero había quedado dentro de uno de los bordes de la huella,
pero dividido con una mitad en el borde y la otra, afuera. Ahora bien,
las hormigas que vivían en la parte externa, abandonaron las celdillas
y se fueron a las de la parte afectada. Con sólo observar el hormiguero
se distinguía perfectamente la distinta coloración de la
tierra.
Y nos volvimos
Con material para el análisis (tierra, piedras del cráter,
hongos, etc.) y una suposición que cada vez se acercaba más
a la realidad: "algo" había enterrado. Por ello, alentamos
a Don Leonel y su gente, a que una vez conseguido los elementos de labranza
necesarios, se dispongan a cavar el pozo... Sólo faltaba una muestra,
para que el caso se convirtiera en casi perfecto...
Pero el tiempo pasó...
Y la escasa correspondencia que recibíamos (y no por culpa de
Montes de Oca) se cortó a mediados de 1980 con una misiva proveniente
de Tambores, otra pequeña localidad al norte de Achar. En ella,
don Leonel nos informaba que se había mudado allí pero aquello
que "suponíamos del cráter" había arrojado
sus frutos: 4,700 kilogramos de material "duro como el acero y liviano
como el aluminio" era el premio rescatado por esta gente uruguaya,
merced a su esfuerzo y tesón.
De allí en más, una sola idea daba vuelta por mi cabeza:
volver a Tacuarembó... y máxime ahora, donde me aguardaban
unos gramos metálicos de ese OVNI de 1973. Pero el tiempo inexorablemente
seguía transcurriendo y las cartas no llegaban a destino. En más
de una oportunidad, estuvimos a punto de viajar, a punto, solamente.
Y 15 años no es nada...
Pues a mediados de 1988 organizábamos la denominada "Operación
rescate". Quizás el título pareciera sensacionalista,
pero la investigación posterior lo ratificaría. Ocurre que
al no tener contacto epistolar con Tambores, no sabíamos siquiera
si Montes de Oca aún vivía (físicamente), si se había
trasladado o qué...
Por tanto, el 24 de Junio (¿les dice algo la fecha elegida?) partimos
hacia Uruguay. Junto a Juan Izetta (F. A, O. La Plata), Claudio Visso
(grupo CIFEP), Daniel López y Mario Ceperda (FAO Buenos Aires)
y la asesora en Psicología/Parapsicología, Ana Pirali, iniciamos
la ida en el móvil de esta última. Luego de interminables
horas de viaje, de soportar la pérdida del cambio de la divisa
a dinero uruguayo, de admirar el paisaje de los cerros y puentes de la
ruta Paysandú - Tacuarembó, y de algunas anécdotas,
por fin llegamos a Tambores. Y no fue difícil encontrar a Don Leonel.
Bastó con preguntar si había en el pueblo algún interesado
en los Ovnis para que la respuesta fuera contundente: "Allí
enfrente vive Montes de Oca. El suele andar con esas historias..."
Y luego de la emoción del reencuentro, de la increíble amabilidad
de él y su familia, de las primeras conversaciones, nos instalamos
en el hotel que da justo frente a su residencia, que también es
Oficina del Correo de Tambores, o sea, su lugar de trabajo. Pero hete
aquí un hecho curioso, que verán posteriormente su importancia:
la calle principal del pueblo divide a los departamentos de Tacuarembó
y Paysandú. Es decir, que Montes de Oca vivía en Tacuarembó
y nosotros estábamos en Paysandú...
Por la noche, asado mediante, comenzamos con la reubicación de
los episodios a partir de 1973, los que podemos resumir así:
1. Desde 1978 a 1985 hay un período prácticamente nulo
en avistaje OVNI.
2. Este se reactiva a partir del invierno de 1985, pero siempre en menor
medida que antes.
3. A los pocos meses de partir nosotros, allá por 1977, excavaron
y extrajeron efectivamente, los restos metálicos en cuestión...
4. Estos elementos no conservaban, una vez extraídos, magnetismo
alguno (?).
5. Por aquella época, una vez se apersonó un coronel israelí
junto a miembros de su embajada en Uruguay (?)... año 1978.
6. Nos ratificó, una vez más, la presencia en la "Estancia
Churchill", de la región, de una comisión científica
china que no permitían entrar a nadie (?)... año 1976.
7. Que hubo en aquel tiempo, encuentros con seres extraterrestres y que
inclusive, él mismo, había tenido una experiencia de ese
tipo (por ser un tema complejo y que puede o no tener relación,
lo dejo para otra oportunidad).
8. Que por Tambores también habían ocurrido algunos descensos
y que aún estaban las marcas (hecho que comprobamos al observar
una "herradura", color verde, de unos 10 metros de diámetro,
pegada a una alambrada, que debía tener cierto tiempo, pues ya
se estaba borrando...).
9. Que solamente había un par de personas en el pueblo, interesadas
en el tema, y que solía verse con la gente de Achar, distante a
unos 140 km. al sur, pues estaban construyendo una edificación
para el grupo investigativo, al que habían instalado un mirador
para ubicar allí un telescopio (sin dudas, el espíritu investigativo
seguía "vivo" en Don Leonel).
10. Que de los "metales" extraídos, le quedaban aproximadamente
1,500 kg. pues muchos se habían llevado pedazos...
11. Que le habían dicho que fueron analizados en el Ministerio
de Agronomía y que resultó "un compuesto metálico
con materia orgánica y restos poliníferos (?).
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Sorpresas policiales
Pasada la medianoche, Claudio, Daniel, Juan y los hijos de Montes de
Oca con otros chicos, se fueron al baile del pueblo. Claudio, que llevaba
la cámara fotográfica, tomó un par de fotos de la
reunión (orquesta, baile, etc.) y jamás pensó que
"ese error de juventud" (frase que creo haber oído antes)
le iba a costar tan caro. ¿Por qué? Sencillo. A la mañana,
se apersonó un policía y me dijo que tenían que presentarse
Claudio y Daniel. ¿El motivo? Habían sacado fotos sin autorización
(?)...
Personalmente pensé que sería un trámite simple.
"Un tirón de orejas y nada más". Pero me equivoqué.
No sólo estuvieron demorados, sino interrogados de los pies a la
cabeza, hasta el colmo de enterarnos que debían ser trasladados
hasta el Juzgado de Tacuarembó, ya que si bien el baile fue en
jurisdicción de ese departamento, la sub-comisaría estaba
en el departamento de Paysandú y por ende, ellos tendrían
que ser juzgados en donde habían cometido la falta (?)...
Pero evidentemente, había "algo más" detrás
de este atropello. El oficial de turno me confiaba que "si no dejaba
dos rollos de fotos no iba a salir de Uruguay (?)
"
Luego de idas y venidas, de haberse arruinado el viaje en parte y de cambiar
un rollo por otro sin usar (trajimos sólo uno) y entregárselo
a la policía, tomé la decisión de partir junto al
resto del equipo, no sin antes confiar en la ayuda que podía brindarles
Montes de Oca a los chicos, ya que el Correo estaba frente a la sub-comisaría
y con la palabra del oficial de turno de que al día siguiente,
lunes, una vez tomada la declaración iban a partir.
El regreso
En ese estado de cosas, y con la "mano medio pesada" emprendimos
súbitamente el regreso. "No vaya a ser cosa de que estos milicos
se enteren de que tenemos algunas piezas metálicas..." fue
el pensamiento, al unísono, de todos. Es evidente que nuestra presencia
en el lugar, había motivado entre los policías cierta inquietud.
No sabían muy bien que habíamos ido a hacer por aquellos
parajes, ni pensaron jamás que teníamos los metales. Sin
dudas, algo de Ovnis era su preocupación, pero no era para tanto,
ya que de haberlo sabido "todavía nos están corriendo..."
Con el único rollo de fotos que nos quedaba, en un bolsillo de
mi campera, y con los restos del objeto regalados por Don Leonel, en el
otro, raudamente el auto se desplazó por la ruta hasta que
la alconafta se agotó. Se hizo de noche y con los metales y rollo
en mis bolsillos, solicité a no menos de veinte automovilistas,
"algunas gotas de combustible...". Y entre uruguayos y algún
brasileño, nos facilitaron la llegada a Paysandú. "Si
pasamos el puente, seremos felices", escuché que alguien del
grupo dijo. Y pasamos, no sin antes las lógicas preguntas de rigor
en la Aduana: "¿Qué llevan?". A lo que respondí:
"Nada importante. Restos de un PLATO VOLADOR...".
Y con el coche semi-fundido llegamos a Buenos Aires. Atrás quedaban
los chicos, al que dos días después largaron, no sin antes
pasearlos de comisaría en comisaría, deambulando por territorio
desconocido. Según Daniel, le hizo recordar la película
"La noche de los lápices" (desaparición de estudiantes).
Qué paradoja resultó el viaje. Por un lado, "estos
resabios de la dictadura uruguaya", y por otro, la amabilidad de
la gente del pueblo de Tambores, más herrero que rural, con sus
escasos 1500 habitantes y nacido a fines de siglo pasado con la llegada
del ferrocarril, debiendo su nombre o bien a la forma de tambor de los
cerros o bien a los ruidos percibidos en una cuevas entre el arroyo Blanquillo
y el río Queguay, a unos 4 km. del pueblo, que semejan precisamente,
a efectos tamboriles...
Los análisis
Una vez instalados nuevamente, el estudio se orientó a determinar
el compuesto de las piezas, por lo que primeramente le hicimos nuestro
propio análisis:
Nº de piezas traídas 3
Peso (gramos) Medida (centímetros)
Pieza 1 10,94 3,8 x 2,6
Pieza 2 41,61 6,0 x 4,0
Pieza 3 113,08 10,3 x 6,0
Peso total (gramos) 165,63
Porcentaje del total de 4,700 kg. 3,51 %
Detección de sometimiento calórico Positivo. Presencia de
burbujas.
Detección de magnetismo Negativo. Contradice la comprobación
de 1973 (?)
Detección de radiactividad Negativo
Elemento químico No determinado. Se asemeja al aluminio.
Con tan poco elementos de juicio y con muchas dudas e inquietudes, nos
dirigimos a realizar en dependencias idóneas, los primeros análisis
científicos, cuyo arancel fue de A 300 (Trescientos Australes)
("nadie te regala nada en la viña del Señor...").
Institución Instituto de Geología Aplicada (INGEA) de la
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, de la ciudad de La Plata
Catedrático responsable Licenciado Raúl E. de Barrio, geólogo,
matrícula 1418
Examen mineralógico 1. Rayos X2. Microscópico-calcográfico
Rayos X: Análisis difráctométrico por método
del polvo, en difractómetro marca Rigaku, con tubo de cobre y filtro
de níquel, a 1000 cps de escala y tiempo 1.
En el diagrama resultante se observa nítidamente 3 picos de intensidad
correspondientes al Aluminio, según la ficha A. S. T. M.
Otro pico de menor intensidad, correspondiente al Titanio y un tercer
pico, de muy baja intensidad, con valores no determinados.
Estudio calcográfico de probeta pulida: Se realizó un corte
de feta de la muestra e inclusión en resina sintética, a
los fines de hacer su devastación y pulido final, con abrasivos
especiales y pasta de alúmina.
Se identificaron tres fases sólidas:
1. Un material de alta reflectividad, baja dureza y color blanquecino,
que corresponde al Aluminio y es la base fundamental de la aleación.
2. Un material de mediana reflectividad, duro, gris azulado, que correspondería
al Titanio.
3. Un material duro, de mediana reflectividad, gris blanquecino-azulado,
que correspondería a las menores proporciones de la aleación.
Como resumen, entonces, podemos decir, que:
1. Los elementos son ARTIFICIALES, o sea, fueron construidos en laboratorios...
2. Que fueron sometidos a más de 660º C, pico donde comienza
a fundirse el Aluminio.
3. Que el primer punto "INVALIDA" la posibilidad de que se tratase
o bien de ALGO NATURAL DEL TERRENO o bien de un METEORITO, o sus restos
(ausencia total de hierro).
4. Se nos recomendó realizar análisis complementarios específicos.
Por tanto, pasamos a otra entidad científica:
Institución Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional
de La Plata
Área Laboratorio de Metalúrgica del Departamento de Mecánica
Catedrático responsable Ingeniero Alfredo C. González
Exámenes 1. Composición química2. Análisis
metalográfico
Análisis químico:
Al 84,70 % Aluminio
Mg 5,50 % Magnesio
Cu 4,50 % Cobre
Si 3,90 % Silicio
Fe 0,80 % Hierro
Pb 0,25 % Plomo
Ti 0,15 % Titanio
Mn 0,15 % Manganeso
Zn 0,05 % Zinc
Ni Trazas Níquel
Análisis metalográfico: Realizado con microscopio óptico
en un aumento de 150 x y sobre una muestra sin ataque químico y
otra atacada con HF al 0,5 %.
Como resultado se concluye que la estructura corresponde a una aleación
fundida, con segregación dentrítica típico de este
tipo de proceso.
Como vemos, este segundo análisis, si bien mantiene unas pequeñas
diferencias con el primero, especialmente en la proporción de Titanio,
corrobora lo de la aleación artificial fundida y da mayores precisiones.
Pero para una mayor seguridad de lo actuado, le realizamos por intermedio
de un asesor científico de nuestra Fundación, el profesor
José Marengo ( ya fallecido), que cumplía funciones en la
Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) de Buenos
Aires, una tercera verificación, que ratifica las anteriores:
Institución Comisión Nacional de Energía Atómica
(CNEA)
Sección Difracción de Rayos X, Laboratorio de Microanálisis
Técnica utilizada Microsonda electrónica (SX 50)Va = 20
KvIm = 30 nAXtal 1 = PETXtal 2 = TAPXtal 3 = KAPXtal 4 = ODPB
Resultados: Se realizó un barrido con cada uno de los detectores
a lo largo de todo su recorrido, con el objeto de detectar la composición
de una muestra metálica. Se detectó la presencia de Aluminio
como elemento fundamental, comparando cualitativamente su concentración
con la del patrón, siendo sus niveles aproximadamente iguales.
Como vimos, la etapa de los análisis concluyó, pero lo
más resaltante es que muy pocas veces en Ovnilogía se muestran
exámenes de esta índole, claros, sin misterios, firmados
por sus responsables y las entidades, corroborados varias veces, en fin...
Los investigadores están acostumbrados a que les vendan, resultados
"sorprendentes y sensacionalistas". "Los análisis
dijeron tal cosa...", se suele leer y escuchar. Pero ¿dónde
los hicieron? ¿Quién los avaló? ¿Cuántas
firmas responsables hay? ¿Cómo comprobamos su veracidad?
etc., etc.
Señores, aquí tenemos una Facultad, un MUSEO y un ORGANISMO
OFICIAL que dieron su veredicto.
¿Cómo que no hay nada extraterrestre? ¿O acaso Ud.
pensaba que los estudios iban a arrojar elementos "desconocidos"
en la Tierra? O que algún catedrático me abrazara y dijera:
"Lo felicito, Burgos, esto es de otro planeta
"
A no confundirse, tal vez jamás estos estudios concluyan así.
Los que evaluamos o no, la hipótesis extraterrestre, somos los
que investigamos los hechos. No debemos caer en el facilismo de lo misterioso,
de lo enigmático, de querer introducir nuevos elementos a la Tabla
Periódica de Demetrio Mendeleieff. El Universo se compone exclusivamente
de esos elementos y sus derivados, con mayor o menor pureza...
No esperemos de la ciencia clásica declaraciones de "pruebas
extraterrestres" pues ni estos metales, ni los famosos hongos, ni
la mayor o menor radiactividad y/o magnetismo, "prueban o comprueban
lo extraterrestre", que por otra parte, es UNA alternativa de las
varias que se manejan, para explicar el origen del Fenómeno OVNI.
Lamentablemente, en Argentina, son pocos los análisis serios efectuados
sobre evidencias físicas y pocos los que pensamos así. El
caso Tacuarembó, prácticamente perfecto, nos mostró
la "punta del ovillo
"
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Fin
El Quinto Hombre
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