|
Revista Digital de El Quinto Hombre
EL MITO, VERDAD DEL HOMBRE
Como alumno primero y profesor de Historia después, me
enseñaron y tendría que enseñar, que los mitos y leyendas son "cuentos",
fabulaciones del pensamiento humano primitivo; que toda la mitología corresponde
al "decir" de sociedades primitivas no civilizadas.
El espíritu humano todavía
no ubicado en la razón concebía todo su radio de acción en un mundo primitivo,
como un teatro de drama formado por voluntades caprichosas; la "lógica"
aún no existía, y estaba ya el mito; después vinieron los filósofos y
la época de los sabios, estos últimos los "descubridores" de las verdades
racionales, objetivas, "verdaderas".
El positivismo dieciochesco ponía sus conceptos negativos sobre toda
esa etapa errónea del hombre, un período definitivamente acabado, porque
la partícula humana, ya racionalista y lógica, no podía tomar en cuenta
los valores "no científicos" de su pasado primitivo, una etapa "olvidable".
Pero en la segunda mitad del siglo XX, quizá mejor ubicados (por ahora)
en la perspectiva cultural del Homo Sapiens, empezamos a cambiar la postura;
ya no miramos a los mitos y leyendas con el desprecio general de antes;
empezamos a considerar a los mitos (lamentablemente pocos todavía) en
el mismo nivel de la ciencia, porque ambos tienen un mismo fin: comprender
los misterios de la Naturaleza, descifrarlos, ubicarlos en su exacta dimensión.
Quizá es más humano que la ciencia; explica la posición del hombre frente
a la incertidumbre o el enigma; la apertura o comprensión de lo sobrenatural,
o presumiblemente sobrenatural. La ciencia se acerca más a la insensibilidad;
buscando el norte de "descubrir", "acertar", "buscar", más allá del sufrimiento
humano; trata de abrir y esclarecer esas incomprensibles del Hombre y
su planeta.
Nos han dicho que los mitos cambian de persona a persona; cada uno tiene
"su" mito y "su" leyenda; no hay verdad firme y total; ¿Pero qué
es un hombre de laboratorio, que revoluciona, desecha y da vuelta algo
de todo lo que hasta "ayer nomás" era cierto, verdadero, casi absoluto?
No conozco nada más relativo que la Ciencia; que la CIENCIA-CIENCIA
porque esta última se basa en eso, el cambio permanente de la evolución
para ir develando cada vez más claramente lo incomprensible, lo no ubicado
dentro del plano de la razón y la lógica.
El mito tiene también una gran particularidad, o maravillosa singularidad;
es la defensa espontánea del Hombre ante el mundo inteligible, o presumiblemente
hostil; el mito tiene quizá su raíz en el propio pensamiento del niño,
que "crea", "imagina" cosas, que forman parte del mundo invisible, al
"colocarse las anteojeras"; pero ello no quiere decir que esas cosas imaginadas
NO SEAN VERDADERAS, porque en los últimos años los nuevos físicos al abrir
la frontera de su ciencia, empiezan a encontrar "REALIDADES" que antes
no veían, no encontraban, no buceaban.
Ese camino de los físicos modernos y parafísicos está jalonado de conocimientos
que tiene, más allá de la lógica y el raciocinio, el poblador primitivo
de América, ese indio americano de sabiduría muy particular, que "sabe
muchas más cosas" que este vanidoso hombre del siglo XX, que siempre cree
saberlo todo, y SOLO SE QUE NO SE NADA. Porque, por ejemplo, allá en 1975
un indio arauco de Sierra Nevada, en Colombia, me decía QUE EL SISTEMA
PLANETARIO SOLAR TENÍA DOCE PLANETAS; que él lo sabía hace miles de años,
a través de una tradición oral, dada generación a generación; para nosotros
un mito o una leyenda; lo expresaba con toda naturalidad, con una certeza
y convicción precisa y clara que muchas veces añora el propio científico
de nuestros días.
Por supuesto, se imaginaran ustedes mi cara de asombro ante esa afirmación
tan tajante; pense en los astrónomos y radioatrónomos, y en lo atrasados
que posiblemente estaríamos con nuestra "humilde" ciencia; Clyde Tombaugh
y la gente del Monte Palomar no eran nadie ante la columna afirmativa
de la realidad de miles de años.
Y mi amigo indio parece que tiene razón; en la errática del cometa Halley
se ha empezado a "descubrir" y a encontrar tres planetas que se agregarían
a los nueve conocidos; el décimo, undécimo y duodécimo.
La pregunta surge sola: ¿Cómo sabían los indígenas de América, los chamanes,
esa nueva verdad nuestra? El mito y la leyenda han comenzado a ser VERDAD;
y por que no, VERDAD CIENTÍFICA.
La irrealidad, la imaginería popular, los ancestros culturales del hombre
planetario supuestamente primitivos empiezan a tener lugar de atención
preferentemente en el pensamiento racionalista, lógico y pretendidamente
coherente del hombre contemporáneo.
Pensemos que el MITO Y LA LEYENDA siempre han tenido un nacimiento, dentro
de la realidad; igual que las "imaginaciones" infantiles, que muchas veces
hemos reconocido, no son tales, sino realidades de una sensibilidad más
pura, más abierta, "sin anteojeras".
Debemos indagar, cada vez más, en los "supuestos" mitos y leyendas para
encontrar las raíces de un PASADO PRIMITIVO, que quizá nos está
indicando las HUELLAS DEL PRÓXIMO FUTURO, DEL YA.
Gracias por estar.
El Quinto Hombre
|
|