Revista Digital de El Quinto Hombre
CARL GUSTAV JUNG - SU CONCEPCION ANTROPOLOGICA - Nota
IV
Por el Prof.
Dr. Vicente Rubino (Argentina)
La actitud general de la fenomenología husserliana, en
tanto método que se empeña en descubrir el sentido propio del fenómeno,
tal cual se manifiesta a quien lo examina e interroga, renunciando a formular
un juicio sobre el aspecto ontológico del mismo, es plenamente coherente
con las perspectivas de Jung, y responde a sus búsquedas. El también desea
estudiar los fenómenos psíquicos sin tener que preocuparse de una filosofía
que desde afuera que desde afuera les percibiera la ley y los juzgue desde
el exterior, sea que se presente como un idealismo deductivo o asuma las
apariencias de un positivo inductivo.
Jung se había visto confrontado con estas dos tendencias
predominantes de fines de siglo XIX, y ambas le parecían inaceptables.
La actitud de Husserl: "ir a las casas mismas" le pareció providencial,
por cuanto ansiaba aprender sin prejuicios lo que él llamaba los hechos
empíricos (Tatsachen).
Su fidelidad inicial al agnosticismo teórico de Kant
fue el punto de mira de muchas críticas que se le hicieron. La abstención
de todo juicio de valor - la Epojé-, en cambio, le permitió interpretar
su actividad en una forma más dúctil. De ella dimanan los verdaderos enriquecimientos
que se deben al constante esfuerzo de Jung por tener en cuenta los factores
psíquicos en su integridad. Al renunciar a cualquier juicio absoluto de
su valor, Jung supo concentrar su atención sobre la estructura y sentido
propio de universos simbólicos alejados de la consciencia occidental,
tales como el lenguaje de los sueños, la Filosofía Hermética de los alquimistas,
la historia de las religiones, las cosmovisiones orientales, cuyas representaciones
eran extrañas y hasta absurdas para un pensamiento científico puramente
causalista. Logró crear así una ciencia de los fenómenos que hasta entonces
se habían desdeñado por inadvertencia o menosprecio.
En la obra de Jung, el Alma, que había sido expulsada
de la psicología, es restituida de nuevo a su lugar; "Wirklichkeit der
Seele". Pero esta alma es siempre pensada como sólidamente encarnada:
"Organimus der Seele". Este organismo entero, lo que nos permite hablar
de un "Psiquismo espinal", el mismo que aparece en el pensamiento indio
bajo la figura de la serpiente Kundalini, que con sus siete Chakras conforma
verdaderos centros de consciencia para Jung.
Encontramos aquí una concepción jerárquica que, mucho
más que el dualismo tradicional, es una forma dispuesta a recibir toda
la Psicosomática de nuestros días. No es nueva, por cierto, es más bien
un retorno a una tradición de buen sentido: "Yo no tengo un cuerpo, sino
que soy un cuerpo".
Desde el principio, los arquetimos han sido concebidos
por Jung como trascendentes a la conciencia. Manifestados a esta por más
de una imagen, continúan inconscientes en sí mismos, de donde surge, entonces,
un dramático interrogante:
¿Es puramente psíquico el inconciente?
Cuando Jung, en sus más tardías observaciones sobre la
Sincronicidad, cree ver a ésta bajo la regulación de los arquetipos, se
pregunta si estos últimos no pertenecen a una trascendencia más radical,
en la que se dibujaría una especie de denominador común entre la materia
y el espíritu.
El Quinto Hombre
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