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Revista Digital de El Quinto Hombre
SOMOS ETERNOS - LA MUERTE NO EXISTE
Si somos eternos; y por supuesto, la muerte no existe. Decirlo así en el
mundo occidental atado al razonamiento, a la lógica, al no ver "más
allá", suena un poco raro, o quizá loco, como un concepto ubicado
en un plano de lo no inteligible, de lo no "real". |
por Fabio Zerpa |
En nuestra cultura, la occidental, carecemos de medios
para comprobar esta afirmación, porque la ciencia tradicional, académica
y ortodoxa, se mueve con parámetros que atañen a lo físico, y la palabra
metafísica suena a especulación, a vana dialéctica, y no a hechos
"verdaderos".
Por el contrario, en Oriente,
a la mayoría de los individuos le es muy familiar hablar de la "otra vida";
que la muerte no existe y que los individuos tengan muchas vidas, tanto
anteriores como posteriores a la actual, es para ellos tan real como el
aire que respiran o el corazón que late.
Para los esotéricos y ocultistas
bien avanzados, nuestro bautizado Mar de la Tranquilidad y de la Serenidad,
adonde van los espíritus después de su muerte física, es tan conocido
en sus profundidades, islas, corrientes y características generales, como
el océano lo es para el avezado marino que ha atravesado varias veces
el Atlántico entre América y Europa.
Además, para todo oriental
instruido, ocultista o esotérico, los fenómenos del otro mundo no
son materia de fe sino de conocimiento efectivo.
Ya que el occidental no ha
realizado positivas experiencias en determinados fenómenos psíquicos y
espirituales (siempre se estructura todo en lo material y en el conocimiento, y no en lo espiritual
y el saber) exige pruebas concluyentes de dichos fenómenos.
En consecuencia, el occidental,
o bien acepta por fe estas afirmaciones, o las discute con especulaciones
y conjeturas; y como diría mi maestro en estas cosas, un adelantado en
razones espirituales, el Doctor Juan Antonio Pérez del Cerro: "Una hipótesis es tan buena como
otra".
Por eso, todo este libro tratará
de sumergirlo a usted, mi amigo lector, en un mundo que a mí personalmente
me costó comprender y aún más asimilar, Pero con esa palabrita, que ha
sido y será Norte de mi vida, Investigación, trataré de hacerle entender que la naturaleza de las cosas que tratamos impide dar pruebas materiales
de ellas.
Hay sí pautas
de conocimiento, debidamente comprobadas, que se acercan mucho a la
realidad metafísica, de fácil comprensión para la gente iniciada en estos
temas. Así como es de gran valor, la aceptación intrínseca muy fuerte, de cada
uno de los consultados que estuvieron conmigo y con mis asesores científicos
en 18 países de América y Europa; ellos sienten esa gran certeza y por
más que le expresen que pueden ser alucinaciones, no lo aceptan, tienen
una gran convicción.
Pienso que este libro debe
ser tomado en cuenta, como dice el magnífico y accesible Yogi Ramacharaka, como "Un relato de un viajero que vuelve de un
país extraño y exótico, que cuenta las peripecias de su viaje y todo lo
que allí ha visto".
Yo he vuelto de un viaje de
veinte años, donde la luz se me encendió cuando conocí al doctor Hammendras
Nat Banarjee, en el año 1971. Con él empecé a comprender la
memoria extracerebral, esa memoria inconciente que guarda celosamente
nuestras vidas anteriores y también nuestro futuro, siguiendo la ley de la causalidad.
Después me tomaron de la mano
y me guiaron mis médicos amigos y maestros: el ya mencionado Juan
Antonio Perez del Cerro, Enrique Briggiler, Norberto Arias, José Daniel
Mabromata, Helen Wambach, Chet Snow, Victorio Mazzeo, Eladio Santos, Eduardo
Mata y algún otro que se me queda en el tintero, en el largo recorrido
investigativo a través de 18 países de América y Europa.
Así balbuceé mi primer libro
sobre este tema: "El mundo de las
vidas anteriores (la vida está allá arriba)", en 1990, y que felizmente
tuvo mucho éxito hasta convertirse en best seller. Y ese éxito fué reiterado con mi segundo libro "Morir
es volver a casa"
Además, a través de muchas
cartas recibidas en este último tiempo, sentí, percibí y entendí que todos
comprendieron que yo no trato de
exigirle a nadie que acepte ciegamente lo que le muestro, o si quiere,
enseño. Pienso que uno, funciona
como un faro que señala el camino o como el que mueve la pelota para empezar
el "partido" de la vida y el saber.
Quizá sólo le pido que transite el camino señalado para que lo conozca
por sí mismo. A lo mejor, en un lugar de ese sendero, usted comprenderá
y podrá saber más que yo.
También le pido prudencia, para aprovechar los consejos y experiencias
del que lo transitó precedentemente, como lo hicieron muchos otros.
Pienso que siempre, en cada
etapa, alguien deja señales y marcas para el conocimiento de los que vienen
atrás. El hombre prudente aprovecha
estas señales, no se queda en el sí ni en el no, sino que piensa,
investiga.
Sigo creyendo, como siempre,
que toda enseñanza o muestra de camino cognoscitivo es un proceso de siembra;
algunos cosecharán, otros no.
Sí, les puedo decir con total
convicción y certeza, que las pautas de comportamiento que en este libro expongo, han sido comprobadas
con los parámetros de la repetición sistemática, método muy aproximado
al pesar, calcular y medir los hechos físicos, aunque sé que la métrica
física y material no sirve para "medir" los hechos espirituales.
También expreso que en este
libro no hay absurdas afirmaciones
porque sí. Es más: ya que la razón por sí sola no es capaz de rasgar
el gran velo que separa la vida de la supuesta muerte, puede, usted mi
querido lector, libre de prejuicios y preconceptos, percibir cierta racionalidad en las afirmaciones de
este mundo invisible, y puede constatar también que los ejemplos y
pautas se concilian con hechos en apariencia antagónicos, enlazándose
así muchos puntos oscuros con la lógica y el ordenamiento mental.
Estoy seguro que el lector
abierto a inquietudes, no dogmático ni aquilosado, al terminar el libro
le va a pasar lo mismo que cuando leyera "El
mundo de las vidas anteriores" o "Morir es volver a casa". Lo volverá
a leer muchas veces y se preguntará: Todo
esto, ¿en qué medida es lógico y probable?.
Estoy cada vez más convencido
de que lo expuesto en este libro resultará cada vez más razonable con
el transcurrir de los años (al
tiempo hay que darle tiempo, mi repetida frase), ya que este Quinto Hombre ha comenzado un nuevo tiempo,
una nueva razón de vida, un nuevo comportamiento individual y social,
un nuevo accionar espiritual. Sus experiencias futuras traerán nuevos
conceptos, para terminar con los viejos y rutinarios que nos sometieran
en la ya finalizada Era de Piscis.
La etapa del saber y del aguador suplanta a la etapa de los miedos y tabúes
en este siglo XXI.
Pienso que todas las grandes
verdades han estado subyacentes en la conciencia del individuo, ubicadas
allí, en su inconciente, y que paulatinamente van aflorando al plano de
lo conciente, para brotar y florecer.
Sé que como siempre, estas
semillas caerán en piedras y campos no fértiles: otras, estarán al borde
del camino, para tomarlas o dejarlas; otras en mares estériles, pero otras,
y deseo que sean muchas, caerán en un terreno fértil para que florezcan
y se multipliquen.
¿Sabe por qué es éste mi deseo? Porque el final del
camino es muy bello; la luz del saber todo lo iluminará; la paz y la serenidad
serán muy, pero muy benéficas.
¿Nos sumergimos juntos en
este hermoso avatar investigativo que me ha tocado vivir en los últimos
treinta años? Te dejo ahora con el mejor de los tuteos y las pautas de comportamiento, que están avaladas
por tres decenios de experiencias
en la investigación y en el justo medio entre Sí y el No.
Ha sido de gran apoyo para
esta investigación el realizar sofrosis con distintos médicos, que aplicaron esta llamada hipnosis atenta que tantos frutos nos
ha dado y que es y será un auxiliar
extraordinario para el conocer intrínseco del hombre.
Si sólo un concepto tuviera
que quedar de este libro sin dudar yo elegiría el siguiente:
Somos eternos, la muerte... no existe.
Y más que un concepto, es
una verdad revelada por años de estudio y experiencia, no un mero consuelo
prefabricado para los débiles que nos apegamos a esta rica, pero relativa
vida material.
Somos eternos. La muerte... no existe.
Nota de Redacción
Para profundizar más este tema puedes hacerlo con EL MUNDO DE LAS VIDAS
ANTERIORES de Fabio Zerpa, que está en libro, video o DVD.
Puedes solicitarlo a fundación@fabiozerpa.com
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