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Revista Digital de El Quinto Hombre
DOS LECTURAS DEL TIEMPO
María del Carmen Calvo
Psicóloga - (Argentina)
Respectos
al tema tiempo, me voy a detener en los estudios que dentro de la filosofía
tal vez sean los que más seriedad le ofrecen a la psicología. Hay un
par de filósofos interesantes hoy, de la mano de Gilles Deleuze.
Nuestra personalidad capta bloques de preceptos-sensaciones-emociones
en dos tiempos simultáneamente. Un tiempo es cronológico, es un tiempo
de causalidades, tiempo lineal, explicativo, discursivo que me permite
ordenar una línea histórica dentro de las coordenadas espacio-tiempo en
las que yo me defino protagonista de los acontecimientos que hacen a mí
día, a mí vida. Ese es el relato desde el yo egocentrado que arma una
historia en la dimensión cronológica del tiempo. Es también la construcción
de esta dimensión cronológica del tiempo la que permite construir una
personalidad con una identidad estable, ya que es este cronos, el que
se manifiesta como un gran presente que reabsorbe pasado y futuro en forma
de imágenes narradas. Por eso se dice que esta dimensión contiene un sentido
definido y un lenguaje designado. En la dimensión cronológica los sucesos
de una vida son tomados en una linealidad que está encauzada por los parámetros
de una cultura, que es la que indica qué se percibe, qué se comprende
y cómo se actúa en una época determinada. También es una cultura la que
indica hasta dónde puede desviarse una percepción, una comprensión y una
explicación, sin alterar las formas que esa cultura tiene para sostener
el andamiaje de lo humano dentro de los circuitos de poder vigentes para
una época. Entonces, cuando lo que sucede es tomado por la dimensión cronológica
del tiempo, actúa la cultura, el saber consensuado de la especie y se
desarrolla la personalidad sobre la base de un yo adaptado a su época,
a su país, a su entorno, a sus instituciones, a su familia, a su pareja.
Esto es necesario y útil sin dudas. Ya conocemos sus beneficios y también
sus maleficios.
Luego en
simultaneidad, los acontecimientos de nuestra vida son tomados por otra
dimensión de tiempo. Es la dimensión incorporal, abstracta, no lineal
(también llamada en algunos estudios, línea del Aión). Los sucesos en
esta dimensión no se enlazan a causas lineales, no toman formas materiales.
Los sucesos en esta dimensión, caen como efectos en nuestras vidas, como
una combinatoria extraña del azar, fuera de toda definición, fuera de
todo sentido racional, fuera de todo discurso cultural. Esta dimensión
abstracta es el rayo, la flecha de un suceso presente que se escapa vertiginosamente
a múltiples pasados y múltiples futuros. Es la acción de una dimensión
que cae inesperadamente sobre nosotros. Su sentido es neutro, es expresión
pura y nos deja atónitos.
El ser
humano esta atravesado por estas dos flechas de tiempo. Un tiempo horizontal
cronológico, lineal, curvo, cíclico y un tiempo vertical, recto. Es el
arte de la vida saber moverse en el cruce de los dos tiempos tomándolos
en simultaneidad. La vida se ata por la horizontal y se libera por la
vertical. Toda operación psicológica que tienda al anhelo de querer instalarse
en una dimensión sólo cronológica, conduce a los seres humanos a la degradación
de su vida por rigidez, pobreza de visión y melancolía. Toda operación
psicológica que tienda al anhelo de querer instalarse en una dimensión
de apertura sin el suficiente saber que da el enraizamiento en el Cronos,
conduce a la volatilización, a la apertura desordenada de la visión, a
la locura. El "estar en línea" es mantenerse en esta simultaneidad.
Sigamos.
Los ciclos cronológicos se miden por el movimiento de la materia y llevan
al conocimiento de la profundidad de la materia. Las líneas del abstracto
liberan al tiempo de la materia y llevan al hombre, al conocimiento de
la superficie, del plano de los campos de fuerza, de las formas puras
de energía. En este momento estudiamos el problema de "la línea", del
borde, de la superficie en donde lo profundo se proyecta y lo externo
se refleja. Nuestro mayor desafío es trabajar en ese entredos y los estudios
actuales nos llevan ahí.
Cuando
un suceso de mi vida es tomado por la dimensión cronológica del tiempo,
veo ciclos, líneas que van de punto a punto, que hacen trayectorias binarias
y permiten ordenar la vida en torno a clases y leyes que regulan el funcionamiento
de lo humano. Cuando un suceso de mi vida es tomado por la dimensión abstracta
del tiempo veo líneas, diagonales que no van de punto a punto, que no
trazan trayectorias, que bifurcan a diferentes grados de velocidad y permiten
ver la vida como un campo resonante, un orden azaroso. Gracias al Cronos
obtengo lo uno, gracias al Aión obtengo lo múltiple. El desafío de mi
vida es lograr quedar parado en ese exacto punto, que es el punto de la
visión, de la atención, de la meditación, del pensamiento (que no es razonamiento),
de la expresión correcta (que no es explicación), de la sensación pura
(que no es sentimentalismo). Es el desafío de una vida. No lo encontramos,
pero lo buscamos siempre, lo tenemos por instantes.
El Quinto Hombre
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