Revista Digital de El Quinto Hombre
VIDA Y OBRA DE JESÚS
EN EL TIBET Y LA INDIA OCCIDENTAL - NOTA I
Jesús en Lasa. Conoce a Meng-Tse, que le ayuda en
la lectura de los manuscritos antiguos. Va a Ladak. Cura a un niño. Cuenta
la parábola del hijo del rey.
En la ciudad de Lasa en el Tíbet había un templo muy
importante, rico en manuscritos de la antigua doctrina.
2. El sabio indio
había leído estos manuscritos y revelaba a Jesús muchas de las lecciones
secretas que contenían, pero Jesús deseaba leerlos por sí mismos.
3. En
este templo del Tíbet se hallaba el más grande sabio de todo el Oriente,
Meng-Tse.
4. El
camino a través de los montes Emodos era muy difícil, pero Jesús se puso
en marcha Jesús se puso en marcha Vidyapati le ofreció la guía de un hombre
de confianza.
5. Y
Vidyapati envió un mensajero e Meng-Tse para que le hablara del sabio
hebreo y los sacerdotes del templo le dieran la bienvenida.
6. Después
de muchos días y grandes peligros, Jesús y su guía llegaron al templo
de Lasa en el Tíbet.
7. Meng-Tse
abrió las puertas del templo de par en par, y todos los sacerdotes y maestros
dieron la bienvenida al sabio hebreo.
8. Jesús
tenía acceso a todos los manuscritos sagrados y los leía a todos con la
ayuda de Meng-Tse.
9. A
veces Meng-Tse hablaba con Jesús de la edad venidera y del servicio sagrado
que convenía adaptar a los nuevos hombres.
10.
Jesús no enseñó en Lasa. Cuando hubo terminado sus estudios en
las escuelas del templo, comenzó a viajar hacia el oeste. Y en muchos
pueblos permanecía por un tiempo y enseñó.
11.
Al fin alcanzó un paso y en la ciudad de Ladak Leh fue recibido con honores
por los monjes mercaderes y hombres de rango inferior.
12.
Y se quedó en el monasterio, donde enseñó; luego buscó a la gente del
pueblo en los mercados, y allí también enseñó.
13.
No muy lejos vivía una mujer cuyo hijo estaba enfermo de muerte. Los
doctores habían afirmado que no había esperanzas para el niño y que debía
morir.
14.
La mujer oyó que Jesús era un maestro enviado por Dios y creyó que tenia
poderes para curar a su hijo.
15.
Así pues, tomó al niño moribundo en brazos y se fué corriendo a ver al
hombre enviado por Dios.
16.
Y Jesús, al ver su fé, alzó los ojos al cielo y dijo:
17.
Padre mío, que el poder divino me ensombrezca y que el Santo Aliento
llene a este niño de vida para que pueda vivir.
18.
Y en presencia de la multitud, posó su mano sobre el niño y dijo:
19.
Bendita seas, buena mujer; tu fé ha salvado a tu hijo. Entonces el niño
sanó.
20.
La gente estaba admirada y decían: Seguramente este es el santo hecho
carne, pues un simple hombre no puede expulsar un fiebre así y salvar
a un niño de la muerte.
21.
Y muchos traían a los enfermos, y Jesús pronunciaba la palabra y se curaban.
22.
Jesús permaneció muchos días entre las gentes de Ladak; les enseñó a
curar, a borrar los pecados y a hacer un cielo de alegría en la Tierra.
23.
La gente le amaba por sus palabras y obras, y cuando tuvo que partir,
lloraban como lloran los niños, cuando su madre se va.
24.
Y por la mañana, cuando se puso en camino, había una gran multitud que
quería estrechar su mano.
25.
Y les contó una parábola y dijo: Había un rey que amaba tanto a su pueblo
que les envió a su único hijo cargado de preciosos para todos.
26.
El hijo fue a todas partes y repartió los regalos pródigamente.
27.
Pero había sacerdotes que rendían culto a dioses extranjeros, y estaban
disgustados por que el rey no se servía de ellos para dar los regalos.
28.
Así que buscaron la forma de hacer que la gente odiara a su hijo. Dijeron:
Estos regalos no valen nada, son sólo un engaño.
29.
Entonces la gente tiró a la calle las preciosas gemas, el oro y la plata.
Y cogieron al hijo y le golpearon, le escupieron y le excluyeron de su
presencia.
30.
El hijo no se ofendió por sus insultos y crueldades, sino que oró así:
Padre mío, perdona a estas criaturas de tus manos, pues no son más que
esclavos y no saben lo que hacen.
31.
Y mientras ellos le pegaban, les daba comida y les bendecía con amor infinito.
32.
Entre algunas ciudades era recibido con alegría, y de buena gana se hubiera
quedado a bendecir aquellos hogares, pero no podía permanecer allí, pues
debía llevar esos presentes a toda la gente del reino.
33.
Y Jesús dijo: Mi Padre-Dios es el Rey de la Humanidad y me ha enviado
con la toda generosidad de su amor incomparable y de su infinita riqueza.
34.
Y debo llevar estos regalos, el agua y el pan de la vida a la gente de
toda la Tierra.
35.
Voy a partir, pero volveremos a vernos, pues en la tierra de mi padre
hay sitio para todos y allí prepararé un lugar para vosotros.
36.
Jesús alzó su mano bendiciéndolos en silencio, y luego se fué.
Cristo en su trono: detalle de un precioso
relicario bizantino
del tesoro de la Catedral Limburg an der Labn
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J esús recibe un camello como regalo. Va a
Lahore, donde vive con Ajainín, a quien le enseña. La lección de los músicos
vagabundos. Jesús emprende su viaje.
UNA caravana de mercaderes iba
de viaje por valle de Cachemira y se encontraron con Jesús, que pasaba
por allí camino a Lahore, ciudad de la mano, la tierra de los cinco ríos.
2.
Los mercaderes habían oído hablar del profeta, habían visto sus obras
milagrosas en Leh, y se alegraron de verle de nuevo.
3.
Y cuando se enteraron que iba a Lahore, pasando por el Sind a través de
Persia y el Lejano occidente, y que no tenía ningún animal para viajar,
4. le
ofrecieron gustosos una bestia noble y equipada, Jesús viajó con la caravana.
5
. Y
al llegar a Lahore, Ajanía y otros sacerdotes brahmánicos le recibieron
con alegría.
6. Ajainín
era aquel sacerdote que muchos meses atrás había visitado a Jesús por
la noche en Benarés y había oído sus palabras de verdad.
7. Jesús
fue huésped de Ajainín; le enseñó muchas cosas y le reveló los secretos
del arte de curar.
8. Le
enseñó a controlar los espíritus del aire, el fuego, y le tierra; le explicó
la doctrina secreta del perdón y el modo de borrar los pecados.
9. Un
día Ajainín estaba sentado con Jesús en el pórtico del tiempo; había un
grupo de cantores y músicos vagabundos y se pararon en aquel patio para
cantar y tocar.
10.
Su música era muy rica y delicada, y Jesús dijo: Entre la gente de alto
rango no podrás escuchar una música tan dulce como la que los niños incultos
y rústicos tocan ante nosotros.
11.
¿ De dónde proviene este talento y este poder? Seguro que en toda una
vida no pueden conseguir una voz tan melodiosa ni un conocimiento tan
exacto de las leyes de la armonía y el tono.
12.
Los hombres llaman a estas cosas prodigios. Todas las cosas existen por
ley natural.
13.
Estos cantores no son jóvenes. Mil años no serían suficientes para alcanzar
una expresividad tan divina y tan gran pureza de voz.
14.
Hace diez mil años estos cantores dominaban ya la armonía. En el pasado
tuvieron que caminar por las vías públicas, y captaron la melodía de los
pájaros y tocaron con arpas de formas perfectas.
15.
Y han vuelto otra vez para seguir aprendiendo otras lecciones de las notas
tan variadas de todos los seres.
16.
Estos vagabundos forman parte de la orquesta celestial, y en esa tierra
de perfección hasta los mismos ángeles se deleitan oyéndoles tocar y cantar.
17.
Jesús seguía enseñando al pueblo de Lahore; curaba a los enfermos y les
enseñaba a perfeccionarse mediante la ayuda mutua.
18.
Les decía: no somos ricos por lo que conseguimos y guardamos; las únicas
cosas que poseemos son las que damos
19.
Si deseáis llevar una vida perfecta, entregad vuestra vida al servicio
de vuestros semejantes y de las formas de vida que los hombres consideran
inferiores.
20.
Jesús no podía permanecer más tiempo en Lahore; se despidió de los sacerdotes
y otros amigos y cogiendo su camello, partió hacia Sind.
Continúa Nota II
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