Revista Digital de El Quinto Hombre
JAINISMO, FILOSOFÍA
Y PATRIMONIO
Reproducción por gentileza del servicio informativo
de la Embajada de la India en Buenos Aires
El 14 noviembre de 1974 la
señora Indira Gandhi inauguró, en un acto público en Delhi, el año de
celebraciones con motivo de cumplirse 2.500 de que Bhagwan Mahavira alcanza
el nirvana. Mahavira es honrado por los jainistas como su vigesimocuarto
thithakara. Nirvana significa liberación, emancipación, salvación. Este
término o su sinónimo moksa, personifica la quintaesencia de casi todos
los sistemas filosóficos indios que postulan la existencia del alma -
sankhya, yoga, mimansa, vedanta, nyaya, vaisasika, bauddha y por supuesto
jaina.
Según la filosofía jainista,
el nirvana es el estado de perfecta sabiduría y eterna paz y felicidad
al que llega el alma cuando se emancipa de su esclavitud de los karmas,
llegando así a su fin el ciclo de nacimientos y muertes en todas las formas
corpóreas de éste y otros mundos. En resumen, es la liberación del espíritu
de la materia; jiva (lo viviente) se libera la ajiva (lo no viviente).
Tirthankara es también un termino
pintoresco, que literalmente significa "el hacedor del paso del río",
o "el hacedor de varados". ¿Qué es el río, cuál es el paso, y quien es
el hacedor?. En realidad esta es una prolongación de la misma idea de
nirvana aplicada a otras. Todos los seres vivientes se encuentran sumidos
inermes y sin esperanza en el río u océano de la vida, con sus constantes
torbellinos de muertes. El tirthankara es aquel que los saca de este estado
poniendo a su alcance el bote del dharma (su propio ejemplo de vida virtuosa),
y los deposita a salvo en la orilla más allá, que es el nirvana.
Se verá que conceptualmente,
el énfasis del jainismo no está dado solamente en el yo, sino en lo bueno
del mundo en su totalidad, en comunicar a los demás lo que uno ha logrado
para el bien del yo.
Han pasado 2.500 años desde
que Mahavira alcanzó el nirvana, en 527 a. C. Mahavira es el vigesimocuarto
en la línea de los tirthankaras, siendo sus tres predecesores inmediatos
Parsvanath (vigesimotercero) Nemitah o Aristanemí (vigesimosegundo) y
Naminath (vigesimoprimero). Mahavira es una personalidad histórica, al
igual que Parsvanath quien le precediera en unos 2.500 años. En lo que
respecta a Neminath, su historicidad se torna día a día más comprobable
dado que se relaciona con el período de Krishna, sobre el que se versan
el Mahabharata y el Gita. En realidad, es a través de referencias sobre
Neminath en la tradición janista que el período del Mahabharata esta
siendo integrado a la historia .
El período del vigésimo tirthankara,
Munisuvritnath, es contemporáneo del Rama y Janaka, del Ramayana. Aparentemente
el tirthankara Munisuvrit intentó la reconciliación de las culturas védica
y sramanik, introduciendo un elemento de indagación intelectual para comprender
la naturaleza básica del hombre y su entorno, contrariamente a la ciega
adaptación del vedismo que se había reducido a un simple ritual de holocaustos.
Éste movimiento ganó impulso
en la época de Nemi, Aristanemi y parsvanath, destacando cada uno de ellos
diversos aspectos de pensamiento y conducta, según las circunstancias
reinantes en la etapa correspondiente. El de Mahavira fue un movimiento
completo y eficaz de resurgimiento, que estableció la superioridad de
la actividad intelectual y espiritual, y restauró la independencia y dignidad
humanas.
TRIUNFO SOBRE LAS PASIONES
Los diecinueve tirthankaras
restantes a la mitología; su biografía sigue una misma línea a través
de las cinco etapas de garbha (concepción), janma (nacimiento), tapa (renunciamiento
y penitencia), kevela jnan (omnisapiencia) y nirvana (liberación). Extrañamente,
es el caso del primer tirthankara (Risabhnatha o Adinatha) donde se encuentra
extenso material de referencia en el Rigveda, el Yajurveda y en los más
recientes Puranas. El Rigveda habla de los Risabh como un anciano sabio
que ilumino a los reyes con conocimientos espirituales.
El vigesimosegundo tirthankara
Aristanemi es también elogiado en el Rigveda como el que otorga el verdadero
bien.
Las más antiguas tradiciones
religiosas veneran al primer tirthankara no solo como yogui y gran asceta,
sino también por haber dado a la sociedad humana su estructura básica,
su división de trabajos; por haber enseñado artes y ciencias y la estrategia
de la defensa propia. El enseño a su hija Brahmi el arte de escribir;
y a su otra hija, Sundari, matemáticas, gramática y prosodia. Todo esto
corresponde a una era prehistórica; los relatos dan una idea aproximada
de la estructura de una sociedad antigua y también la naturaleza la naturaleza
exacta del camino espiritual seguido por Risabha para la emancipación
del alma.
Ese camino espiritual al nirvana
se ha conservado básicamente el mismo; la diferencia consiste en establecer
si la época y el entorno actuales dan lugar a la posibilidad del nirvana
hoy en día.
Se denomina jinas (''los virtuosos'')
a los tirthankaras y a todos aquellos que han logrado la salvación. Una
jina es aquel que ha vencido sus pasiones - ira y orgullo, propensión
a la falsedad y avaricia -; el que a logrado el equilibrio mental al punto
que el amor y el odio se parecen a dos caras de la misma moneda. No siente
atracción por lo uno ni repulsión por lo otro. El dominio de las pasiones
y de la debilidad de los sentidos sólo puede alcanzarse a través de un
largo proceso de autocontrol, ascetismo y penitencia. Aquellos que siguen
el camino de los jinas reciben el nombre de "jainistas".
MAHAVIRA: VIDA Y OBRA.
El último de los
tirthankaras, Mahavira, nació en Vaishali en el actual distrito de Muzaffarpur,
en el norte de Bihar (al este de la India), hace 2.574 años, en una era
de renacimiento intelectual para gran parte del mundo. Zoroastro en Irán
Confucio en China, Moisés en Asia Menor, Pitágoras y los filósofos jónicos
en Grecia, y exponentes de diversas escuelas filosóficas en India, fueron
las "nuevas voces" que indagaban los misterios de la mente y la materia,
el significado de la existencia humana y su destino final. Si bien la
contribución de todos los filósofos contemporáneos fue de importancia,
Mahavira fue quizás el único que dio respuesta a los intrincados cuestionamientos
filosóficos, y soluciones a las miserias sociales del mundo.
Mahavira nació de una familia
principesca de los Kshatriyas, la clase guerrera; su nombre de niño era
Vardhaman, significativamente elegido por su padre - Siddhartha - y su
madre - Trishia Priyabanini - ya que la prosperidad de la familia iba
en ascenso con el nacimiento del niño. A medida que crecía, daba pruebas
de poseer una inteligencia casi sobrenatural y gran sabiduría. Las historias
sobre su valor de muchacho son narradas en rica poesía en prakrit, sánscrito
y apabharms. Más adelante Vardaman recibió el nombre de Maharvira, un
gran héroe, porque podía dominar una serpiente venenosa y calmar un elefante
enloquecido.
En su adolescencia, Mahavira
era reservado y retraído, y ocupaba su tiempo en meditar sobre cuestiones
fundamentales de la vida y la muerte. En la mente de Magavira era claro
que simples sermones verbales no bastarían. La gente solo reconocería
la sinceridad y validez de los preceptos cuando éstos fuesen puestos en
práctica por alguien dotado de poder espiritual. También estaba convencido
de que a través de la meditación y la iluminación el hombre se podía transformar
en un sermón viviente. Los biógrafos de Mahavira están en desacuerdo con
respecto a su casamiento. La secta digambar cree que Mahavira rehusó a
casarse y permaneció en celibato. Los textos svetambar hacen referencia
a su casamiento y a su familia, formada por su hija y su yerno. Sea cual
fuere la verdad, Mahavira se embarcó en la búsqueda espiritual y, a la
edad de 30 años, renunció a la vida mundana y se convirtió en monje. Durante
doce años medito y practicó yoga en bosques para procurar el crecimiento
de su espíritu.
-
"AHIMSA" - EL PRIMER SERMÓN
Finalmente Mahavira alcanzo
la sabiduría perfecta. Todo lo referente a las profundidades del espíritu
y el mundo exterior era claro para él ahora, y estaba listo para predicar
su sermón de la felicidad eterna en un mundo cansado.
Mahavira dio su primer sermón
en el monte Vipula, cerca de Rajgrha, capital de Magadh, a una congregación
abierta a todo público, sin trabas ni excepciones. Este era su samava
saran, un lugar donde todos eran iguales y estaban en paz unos con otros.
Si se fuera a resumir la enseñanza
de Mahavira, se podría llamar ahimsa - negación de himsa que significa
"injuria" causada por pensamiento, palabra u obra -.
Cualquier dolor provocado por
alguien que perturbaba la conciencia de otro ser viviente es himsa. Este
concepto de ahimsa incluye en sí todos los aspectos imaginables de conducta
y consciencia humana para el logro de la felicidad.
Ahimsa nos manda a ser tolerantes
y considerados con los demás. Pero, ¿cómo puede uno descubrir la verdad
cuando se encuentra frente a tantas afirmaciones contradictorias? Este
era el problema práctico para Mahavira, pues se cree que en su época había
una serie de diferentes escuelas filosóficas importantes, cada una dirigida
por un brillante erudito.
Mahavira presento la filosofía
de anekant, que significa la existencia de muchos (anek) ángulos de enfoque
(anta) desde los cuales se puede percibir la verdad. En cada momento es
solo una parte de la verdad que se hace visible. Si se cambia el ángulo
de enfoque o la posición, otros aspectos se harán visibles.
Por otra parte, la dificultad
esta no solo en adquirir la percepción total al unísono, sino en describir
un estado en su totalidad, las palabras tiene una connotación limitada.
Están restringidas por su propia estructura. Por lo tanto vaktavya es
expresable, pero la verdad completa se transforma en avaktavya (lo inexplicable).
FALTA DE CODICIA
Otro de los principios básicos
de Mahavira es aparigrah, la no acumulación, el abandono de la avaricia
y el control de los indicios de posesión.
Es obligatorio para un jainista,
si se cree en los principios de Mahavira, poner un límite al uso de sus
ingresos. Todo lo que acumule por encima de esos límites deberá ser usado
voluntariamente para el bien social.
El legado de la filosofía de
Mahavira para la humanidades su enunciación del principio de la libertad
del hombre para hacer bien o mal y cosechar sus resultados. No hay Dios
creador que reparta favores castigos. Los propios karmas del hombre determinan
su gloria o ruina espiritual. Un hombre por lo tanto es creador y destructor
de su propia felicidad o desgracia. De hecho, es su propio amigo o enemigo.
Mahavira nos a legado un rico
patrimonio de literatura que ha sido enriquecida por los acharyas y eruditos
durante estos 25 siglos. El valor de la literatura radica no sólo en el
aspecto filosófico sino también en su calidad de lingüística y literaria,
y su contenido religioso y secular. Los sabios jainistas han escrito extenso
material sobre arte y filosofía jainistas, en prakrit y otros dialectos
del sánscrito.
EVIDENCIA ARQUITECTONICA
El camino de ascetismo que
siguiera Mahavira indujo a los munis y sabios a encontrar lugares más
tranquilos, generalmente cavernas, para la meditación. La evidencia más
arquitectónica más antigua del jainismo se encuentra, por lo tanto, en
las grutas de Marabar y Pujer, en el estado de Bihar; Jogimara en Madhya
Pradesh; Ginar en Gujarat; Mohiala en Maharashtra y sittanavasal en el
sur de la India, con una inscripción brahamánica del siglo III a. C. También
existen templos en cavernas que fueron esculpidos en la roca tales, como
los de Khandagiri - Udaigiri en Orissa; Udagiri en Madhaya Pradesh; Chandragiri
en Sravanbelgola en el estado de Mysore; Badami, Ajanta, Ellora, Anakai
y Dharasiva en Maharashtra. Existe evidencia histórica de que imágenes
de jinas eran adoradas en Orissa y Magadha en los siglos V, IV y III a.
C. Un torana inscripto en Marhuara pertenece al siglo II a. C. Existe
también una columna (stupa) en Kankali Tila, Mathura, que se atribuye
al año 150 a. C.
En algunos pueblos como Deogarh,
Zhicchatra, Sihole y Sravanabelgola abundan los templos de la época Grupta,
entre los siglos IV y VII d. C. Cuatrocientos años más tarde en los siglos
X yXI, se levantaron templos jainista en Khajuraho, de imponente belleza
por su iconografía y sus tallas. Los templos Delwara en Abu, de los siglos
XI y XII, son bien conocidos por su exquisita artesanía. El coloso de
Bahubali, de 57 pies de altura, en Sravanbelgola, representa la meditación
para todos los siglos venideros. Qsia, Kumharia y Ranakpur en rajasthan,
con sus magnificas mandapas, son testimonio de una riqueza pasada. El
kirti sthambha en Chittor y el brillo espejado de las columna de Halebid
representan una riqueza arquitectónica de valor inestimable. Hay manuscritos
jainistas con hermosa caligrafía en oro, decorados con pinturas que ilustran
los katha o episodios de la vida de los tirthankaras.
El jainismo, que data de los
antiguos tiempos del primer tirthankara, a través de los tiempos de Mahavira
hasta el presente, sigue siendo una religión viviente, justamente orgullosa
de su patrimonio.
El Quinto Hombre
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