Revista Digital de El Quinto Hombre
UN ENIGMA LLAMADO PLEYADES
- NOTA III
LEYENDA Y VERDAD
DEL MITO DE LAS PLEYADES
Por Sebastián Juan Pagano (Argentina)
El Cosmos es un desafío constante que atrae la atención
de todos nosotros, quizás porque somos herederos de algún legado perdido
en la noche de los tiempos y ello hace que "naturalmente" nos sintamos
atraídos por lo ignoto.
Bachtelhornli -Unterbachtel, Switzerland -
28 de marzo de 1976, 17:20 hs - Eduard Meier
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Detrás de la leyenda-
Cuando hablamos de Las Pléyades, nos referimos a un notable cúmulo estelar
en la constelación del Toro, a modo de una mancha blanquecina o nube.
Está formado por 74 mayores que se hallan a una distancia
de casi 500 años luz del planeta Tierra A simple vista, se perciben las
siete estrellas principales conocidas por la Siete Cabras. El grupo constituye
un sistema físico dotado de movimiento idéntico para todas las estrellas
que lo integran. Hay en este grupo estelar un detalle que no pasó desapercibido
en la Antigüedad; un número esotérico, el 7, que sé emparenta estrechamente
con el simbolismo bíblico de tal número y que posee una significación
de totalidad.
Pero cuando depositamos nuestra mirada en la mitología
griega referente a estas Pléyades, vemos que según la leyenda, eran siete
hermanas, hijas de Atlas y Pleione, divinizadas y transformadas en estrellas
de la agrupación de ese nombre. Perseguidas por el cazador Orión, imploraron
ayuda a Júpiter, que las transformó en palomas y las colocó en el cielo.
Maya, Electra y Taigeta fueron amadas por Júpiter; Alcione
y Celene tuvieron a Neptuno como amante y Astérope a Marte. Mérope eligió
como amante a un moral y se casó con él.
Ese mortal se llamaba Sísifo y por su actitud Mérope
fue castigada siendo por eso la menos brillante.
Berg-Romlikon, Switzerland -
12 de junio de 1975, 10:30 hs - Eduard Meier
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Las citas bíblicas
-Lo interesante de esto es que el número de letras que integran cada
nombre de Las Pléyades, configura una especie de CLAVE. Tres de ellas
contienen siete letras; Alcione, Electra y Taigeta; dos, poseen seis letras;
Mërope y Celena; Astérope tiene ocho letras y Maya solamente 4.
Si ordenamos esa numeración tenemos: 7-7-7-6-6-8-4, sale
la cifra 777, que contrapuesta al famoso 666, el número de la Bestia o
el Anticristo y que en el Libro del Apocalipsis de San Juan, significaría
LA DIVINIDAD.
La suma de todos estos números da la cifra 49, que es
el 7 al cuadrado; y si a 49 restamos
el valor de Mérope que se casó con un moral, da 43 y
nuevamente nos encontramos con el número 7.
La madre de Las Pléyades, Pleione, también posee 7 letras;
si seguimos con este razonamiento, las sorpresas también aparecerán; si
sumamos las letras de Atlas (5) y Pleione (7), da 12. Y si realizamos
la suma de 49, Las Siete Cabras más 12, nos hallamos con el número 61,
y nos da nuevamente el número mágico 7, 6 más 1. -
Las concomitancias
para tener en cuenta - Cuando decíamos que el cazador Orión las perseguía,
y entonces Las Pléyades le solicitaron su auxilio a Júpiter, éste las
transformó en PALOMAS
El simbolismo de la paloma indica al Espíritu Santo,
en la creencia cristiana; el caso de Mérope, una divinidad que elige por
esposo a un mortal, tiene que ver mucho con la encarnación de Cristo
(Dios hecho hombre que habitó entre nosotros) y con aquella parte del
libro del Génesis que habla que "Los hijos de Dios tomaron por esposas
a las hijas de los hombres". Siempre se da una constante la relación Divinidad-
Ser mortal.
Otra interpretación de esta leyenda de las Pléyades,
nos dice que posee gran similitud con el Apocalipsis de San Juan. En este
caso, Orión equivaldría al Espíritu Maligno, el Angel Malo, Luzbel, que
lucha contra las palomas, que son los Angeles Buenos, encabezados por
Miguel. Júpiter sería el Dios Creador que ampara a los buenos. Mérope
con su matrimonio con Sísifo se asemejaría a la Iglesia Militante que
vaga por el desierto y por eso, no brilla tanto como los ángeles amparados
por el Dios Padre.
Bachtelhornli -Unterbachtel, Switzerland -
28 de marzo de 1976, 09:38 hs - Eduard Meier
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Bosquejos de un
pasado - Por años, nos venimos preguntado por el valor y significado
de las leyendas y mitologías. Es evidente que un mito o una leyenda no
se dan porque sí, nomás. Hay que tener en cuenta que con el transcurso
de los milenios es posible pensar que algunos hechos auténticos han sido
deformados en la transmisión oral y finalmente, fueron plasmados como
una ficción totalmente distorsionada.
Sin embargo, del conocimiento de lo que cuenta la leyenda,
siempre algo se puede extraer; por que en ésta que nos ocupa, hay un detalle
que no se puede pasar por alto; Mérope, la divinidad casada con un mortal,
al parecer ha hecho una trasgresión grave, que en el mito se le castiga
siendo la estrella menos brillante del grupo.
Esto de Mérope es significativo, porque sonsacamos que
de la divinidad (recordemos el número 7) alguien llegó hasta la Tierra
y compartió la vida con los hombres. El paralelismo con la creencia de
la Encarnación de Cristo es muy grande.
Pero supongamos, por un instante, que no sea tan así,
sino que, de alguna manera, "Alguien" desee Las Pléyades llegó a nuestro
planeta y luego volvió a su punto de origen. Las posibilidades están dadas,
en la medida que la interpretación de la leyenda o mito se ajuste perfectamente
a algún hecho real. un hecho real. En ese aspecto, nuestro mundo presenta
tantas incógnitas referentes a su origen, que realmente abruman. ¿Acaso
alguien puede decir con exactitud cómo surgieron los sumerios o de dónde
emanó el conocimiento asombroso que denotan los vestigios de la Antigüedad?
El seguimiento
minucioso -La constatación que muchas leyendas no serán tales, sino
referencias difusas de hechos auténticos, no hace sino acicatear el espíritu
investigativo de muchos estudiosos que intuyen que detrás de la intrincada
maraña de acertijos se oculta la realidad de una verdad que acerca al
hombre hacia el encuentro con su destino
Religión, leyenda, mito, historia, integran un curioso
calidoscopio en el que cada uno de nosotros iremos viendo aconteceres,
que muchas veces nos llegan a superar, pues estarían indicando que pasado
y presente, vuelven a confundirse, a tal punto, que de súbito brota la
idea que cada vez que deseamos conocer el futuro, debemos sumergirnos
en el pasado, pues allí están todas las claves que señalarían nuestro
derrotero.
Continúa NOTA IV
El Quinto Hombre
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