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Revista Digital de El Quinto Hombre
UN HOMBRE LLAMADO...
LEON GIECO
- Nota III
SU ENTRADA Y SALIDA DE LA DROGA - SU FILOSOFIA -
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Yo te puedo contar mi experiencia personal, que no es igual a la
de otro. Tengo una excepcional mujer que me apoyó siempre muchísimo;
esto fue lo más importante para mí.
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por Fabio Zerpa
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La primera droga en la
que entré fue el cigarrillo, porque empecé a fumar a los ocho años y también
fue la última en dejarla; es la más fuerte de todas las adicciones. Yo
hace más de quince años que dejé todo esta pesadilla, pero sigo, cada
día, teniendo ganas de fumar; eso que se compra en cualquier kiosco, de
cualquier calle del mundo, y que tiene una compañía detrás, que todavía
aceptamos que auspicie todos los acontecimientos deportivos, habidos y
por haber; tremenda hipocresía. Yo consumí marihuana, ácido lisérgico,
anfetaminas, cocaína...; ésta es una combinación perfecta con el cigarrillo,
en que al principio hay un gran goce; te sientes el dueño del mundo,
que empieza a terminar cuando ya no te satisface para nada y te sientes
mal, muy pero muy mal. Entonces dialogando un día con Mercedes Sosa (la
gran cantante argentina, dueña de una voz excepcional); ella me encuentra
mal y me recomienda Puigari, los adventistas de la provincia de Entre
Ríos, que te sacan una foto cuando entras y otra cuando sales a los 15
días; prodigioso, increíble. Los primeros días estaba tan hipersensible
que cuando miraba el atardecer me ponía a llorar; empecé a organizarme,
a bajar la cuota de todo y hoy me alimento con comida orgánica, los pollos
de campo, verduras orgánicas, arroz integral. Extraño sólo el tabaco;
lo que consumimos de él no tiene que ver nada con la planta original,
tiene miles de productos químicos. (El León se pone serio y narra la película
EL INFORMANTE, con Al Pacino y Russel Crowe, con las denuncias sobre toda
esta problemática)
León, con su familia
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¿ Por qué hay tanta hipocresía?
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Todos somos hipócritas, de una manera u otra. Hay que saber emplearla.
Cada uno tiene su lado malo, su parte negativa, el opuesto. Uno sabe que
no debe hacer determinadas cosas, porque te lo enseñan así; pero si vas
a un lugar donde te enseñan lo contrario, empiezas a hacer perversidades
y es natural para esa persona. Todos esos militares que torturaban, vejaban,
violaban a sus semejantes, no lo hacían sólo para sacar información sino
para demostrar su poder; y eso se lo enseñaron, lo educaron así. Frente
al subversivo le mostraban que su vida dependía de él; no lo mataban y
luego el cadáver se lo llevaban a la madre, diciéndole que le entregaban
a su hijo, porque él había infligido la ley, tenía un arma y ellos no
permitían la subversión; sino que lo hacían sufrir; para ellos quizá
era natural lo que hacían; les habían enseñado a tener poder y así llegar
a la perversidad; deberían haberles inculcado que el pueblo paga sus impuestos
para ser defendidos y protegidos por ellos. Depende de la escuela en la
cual te introduzcas; eso es así.
Con Dylan, su perrito
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¿Cuál es tu escuela?
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La mía es el bien, la paz, la solidaridad, el entendimiento y la comprensión
entre las personas; es buscar qué necesita mi semejante y si yo se lo
puedo dar, se lo brindo. Es saber catalogar lo que desea el otro; ante
el placer, también; qué le puedo dar yo para que se sienta bien, para
que se sienta satisfecho. Yo siempre me plantee ser un cantor o un músico
que vuelca en la canción las injusticias que permanentemente se ven en
la vida; decirle al otro adonde uno piensa que deben ir los hechos y las
circunstancias. Yo trato de ser el mismo, como cantor y como hombre, no
me visto de artista y después soy otra cosa como hombre; soy el mismo,
en todos lados, componer, ir a una villa miseria, estar en un hotel de
cinco estrellas, siempre soy, o intento siempre ser yo, el de siempre,
el de cada minuto de mi vida.
Bailando con Melchora Abalos, la bailarina
más famosa de Amaicha
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¿Sabes vivir la vida?
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Sí, siento que sí; comparto lo mejor de los momentos estando en un restaurant
de lujo, con buenos platos y buenos vinos o almorzando en una casa humilde
o en el medio del campo. El estado de uno no te lo da el Sheraton o esa
casillita del obrero de la avenida Corrientes, que hablábamos recién,
sino ese estado de fé, de esperanza, que hace formar esa aura de protección;
yo la percibo siempre y me hace sentir bien. Eso hay que saberlo hacer,
hay que fabricarlo de adentro hacia fuera, y en mi caso, sin tener ninguna
escuela, sino la intuitiva, formada con hechos que me fueron pasando y
quizá fui aprendiendo, conociendo, sabiendo; supe encontrar mi verdad
en la solidaridad Yo, como mi padre, fui alcohólico, pero nunca manifesté
violencia.
Amnesty International (River Plate,
año 89)
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¿Dónde está la violencia, cuál
es?
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Ahora que aquí en la Argentina está de moda el escrache (poner en evidencia
a una persona) a los políticos y a los economistas, a los cuales a veces
se le da un empujón o una patada en la calle. ¿Eso es violencia? Sí. Pero
no es tremenda la que hacen ellos al haber firmado tres o cuatro decretos
en que se ponía a la gente en la calle, lográndose la más alta desocupación
de nuestra Historia; no se le pegó a nadie, pero mira lo que se hizo,
dejaron miles y miles muertos de hambre, provocando además una altísima
mortalidad infantil. ¿Quién es más violento? Según UNICEF mueren cerca
de 20.000 niños argentinos, por año y por inanición.Toda la violencia
es mala; pero quién es realmente el violento; hay que pensarlo.
Plantando un árbol en el bosque
que representa
a los desaparecidos judíos, en Argentina
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Tanto tu padre como tú, fueron
alcohólicos pero no violentos.
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Si, es verdad. Yo lo adoraba a mi papá; fue mi inspiración, él cantaba
tanto tango como jazz; yo canté por él. Yo tengo más de 20 discos hechos;
desde el primero que hice, siempre se los llevaba a mi casa en Cañada
Rosquín; se lo hacía escuchar a él; le ponía los baffles en estereofónico,
lo colocaba a él en el medio, mientras hacíamos el clásico asadito; yo
lo hacía, porque lo creía un visionario; era un hombre fabuloso, inventaba
personajes (se vuelve a reír estruendosamente), lo mismo hacía con las
palabras; era muy creativo, excepcional. Mi madre fue totalmente distinta,
callada, inteligentísima, muy pero muy fuerte; era mi compinche; los dos
sabíamos todos los movimientos de cada uno, guardábamos secretos; si yo
hubiera sido distinto, rencoroso, malo o destapador de secretos (Se ríe
con ganas), hubiera sido todo diferente, no nos hubiéramos llevado todos
tan bien; me hizo hombre conocedor y el poseedor del poder de mi familia;
pero en lugar de yo destruir y pulverizar, me hizo contenedor, comprensivo
y tolerante. Antes de tiempo, me hizo ser una persona mayor y una especie
de guía
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¿Cuándo creaste SOLO LE PIDO A
DIOS?
CONTINUA
NOTA IV
El Quinto Hombre
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