Revista Digital de El Quinto Hombre
UN HOMBRE LLAMADO...
DON
ORIONE, EL SACERDOTE CLARIVIDENTE
Un milagro de DON
ORIONE, un sacerdote venerado en muchos países tanto sudamericanos como
europeos, hace que el actual Papa Juan Pablo II lo beatificara el 26 de
octubre de 1980; ahora se abre el camino de la santidad para este beato,
cuando el Vaticano acepte un nuevo milagro, que deben estar, con toda
seguridad dentro de la cantidad de sanaciones que realizó este beato nacido
en Pontecurond, Alejandría, Italia.
Para la Santa Sede la condición
de beatitud implica, muchas veces, junto a la caridad y laboriosidad,
el conocimiento o práctica de aptitudes fuera de lo normal, que es lo
que nosotros llamamos paranormalidad. En DON ORIONE, existieron y en gran
medida, tanto en clarividencia, precognición y sanación, cualidades tanto
de los fenómenos psigamma, psikappa y psibeta que señala la Parapsicología
Científica europea.
Aquí va el milagro aceptado;
el llamado MILADRO DE LODI. El 8 de abril de 1944 un muchacho de 14 años
que agonizaba en el Hospital de Lodi (Italia) a causa de una meningitis
tuberculosa, se sana de improviso no bien su madre invoca "al piccolo
y humilde sacerdote", muerto hace ya cuatro años, cuyas obras de caridad
se estaban extendiendo en esos momentos, a través de una labor tenaz realizada
por él y continuada luego por sus alumnos y seguidores; este es el milagro
que acepta la religiosidad para la beatificación de nuestro hombre.
De un empedrador nace un beato
Pontecurone es una pequeña aldea agrícola que se encuentra en el confín
del Piamonte y la Lombardía, en la autopista estatal del paso de Giovi,
en el preciso punto en que se unen Tortona y Voghera, en la península
itálica.
En 1872 el alejandrino Urbano
Ratazzi, autoritario aristócrata, señorea en la aldea con su influencia
política de hombre de estado; el anciano Ratazzi posee en la céntrica
calle Emilia un palacio, del que son guardianes por casi 3 lustros, los
esposos Orione; allí, en la estrecha bodega donde habitan nace el 23 de
junio de 1871 su cuarto hijo, que recibe los nombres de Juan y Luis, Juan
Luis Orione.
Ellos son gente de pueblo;
el padre Vittorio, empedrador de calles, al servicio de la pequeña empresa
de sus tíos y primos; no es católico, tolera la religiosidad de su mujer;
es hijo de su tiempo. La madre Carolina Feltri, hija de jornaleros, es
analfabeta y enérgica, incansable en las tareas agrícolas y domésticas.
Se casaron el 11 de febrero de 1858, a la hora exacta ¿presagio? Que la Virgen María aparece en Lourdes.
Carolina muere en Tortona,
en el mes de octubre de 1908; ella es la figura determinante en la formación
de nuestro Beato, porque en ella reconocerá cualidades de sí mismo: mentalidad,
carácter, fortaleza, tenacidad, rectitud, sacrificio....
Su primer sueño premonitorio y una extraña curación
En el mes de setiembre de 1855, a los 14 años Juan Luis Orione es acogido
finalmente entre los Franciscanos de Voghera, donde alimenta los primeros
ardientes propósitos de "hacerse santo de verdad" siguiendo los postulados
de SAN FRANCISCO DE ASIS.
En el mes de abril de 1886,
una peligrosa broncopulmonía acecha su vida, llevándolo casi al borde
de la tumba; mejora de una manera no muy común, después de un misterioso
sueño en el que ve en derredor suyo, a un grupo de jóvenes sacerdotes
que le sonríen y admiran. El médico le pronostica pocos meses de vida
a causa de su debilidad general y los frailes deciden enviarlo con su
familia. Este primer sueño premonitorio se cumplirá con lujo de detalles,
años después.
El sueño del Oratorio
"Un domingo soñé este grande sueño que no olvidé jamás; ví a la Virgen,
estrechando a Jesús niño con su brazo derecho; era de una belleza indescriptible,
pleno de luz y sus contornos resplandecían. De sus hombros descendía un
manto más bello que el azul del cielo; estaba vestida con una túnica blanquísima
y una faja celeste le rodeaba la cintura. Protegía el Oratorio y me miraba
con amor; después su manto azul comenzó a alargarse y hasta el cielo desapareció
ya que solo se veía el manto azul de la Madonna. Aparecieron bajo el manto,
muchas cabezas, todas de chiquillos, que jugaban y se divertían; eran
de colores diversos, blancos, negros, cobrizo y andaban perdiéndose en
la inmensidad de la llanura, en número incalculable; se multiplicaban
y parecía todo como si fuera un hormiguero.
La Madonna se volvió hacia mí, indicándomelos; y bajó
de lo alto un canto, el Magnificat; todos cantaban, cada uno en su idioma
pero todos se fundían en uno solo formando un coro admirable; la Madonna
se unió también a aquel canto. Me desperté con una paz en el, corazón
que no podía describir".
Este sueño indicó claramente una premonición sobre la
obra de la Divina Providencia, que se desarrollaría años después hasta
abarcar también las misiones, en distintos países.
El 13 de abril de 1895 se ordena sacerdote a los 23
años; su actividad entretanto tiene ya su nombre distintivo: "Obra de
la Divina Providencia". Italia, en aquellos años, estaba sacudida por
las primeras y violentas reinvidicaciones sociales (1898), con víctimas,
represiones y sangre. Don Orione se dedica a la juventud más necesitada,
y hace también su labor fuera de Tortona, en Noto de Sicilia (1898), San
Remo (1899), Orivieto y Roma (1900); ofrece asilo y calor de familia,
con escuelas y colonias agrícolas, muy en auge a los inicios de este siglo.
Para las escuelas agrícolas da vida a un cuerpo especial "eremitas de
la Divina Providencia" (julio de 1899)
El Baile en el cementerio
En Volpara Piacentina, Don Orione predicó contra el baila para la fiesta
de la Dolorosa; una parte del pueblo desertó de la Iglesia para dirigirse
al baile; él habló con vehemencia, teniendo una mano una calavera, y en
medio de un silencio impresionante, ya que magnetizaba a multitudes, repitió:
Del baile al cementerio es corto el paso"
De pronto una muchacha de 19 años llevada por primera
vez al baile, se sintió mal mientras danzaba y murió algunos días después.
El entierro pasó delante4 de la tarima armada todavía.
Las titánicas ayudas y las curaciones en las catástrofes
Los tiempos de Pio X, sucesor de León XIII (1903), Don Orione los
vive intensamente, en laboriosidad caritativa manteniéndose extraño
a lasa diatribas político-sociales, de las que es víctima.
Don Orione favorece también en sus casas, con tipografías,
talleres de carpintería y mecánica; también es precursor en este campo,
si bien combatido por la escasez de medios, pero tenaz en insistir, más
tarde se siente feliz en haberlo conseguido.
En el campo religioso organiza memorables peregrinaciones
populares a Caravaggio y al monte Figogna, cerca de Génova, con millares
de participantes. Es también en esas ocasiones, como en Messina, donde
re4aliza curaciones realmente notables.
Poco después de todo esto, estalla la Primera Guerra
Mundial (1914) y para hacer más vasta la posibilidad de responder a las
peticiones de los necesitados, el 29 de junio de 1915 da vida, entre otras
cosas, a los Pequeños Cottolengos, nombre dado espontáneamente
por el mismo pueblo. La puerta del pequeño Cottolengo no pregunta a quien
entra, si tiene nombre o religión sino tan sólo si tiene un dolor.
Meta Sudamérica
Desde Brasil, entretanto, lo llaman sus primeros misioneros, enviados
allí en diversas expediciones; en el mes de agosto de 1921 llega a Brasil
dirigiéndose finalmente a la Argentina, donde el Secretario de la Nunciatura,
su amigo Monseñor Silvani lo invita a predicar a los italianos y a poner
una tienda de su Institución.
El decenio 1924-1934 señala el ingreso de la Pequeña
Obra en naciones como Polonia, Rodas, Argentina, Brasil, Uruguay, con
múltiples Institutos.
El perrito de Santa Margarita
En 1925, llamado urgentemente a Cortona por la anciana señora Catalina
Servetti, llegando a la ciudad por la noche, se extravió. No queriendo
pedir informes a esa hora, para evitar juicios indelicados, se volvió
hacia el Santuario de Santa Margarita la Penitente, protectora de la ciudad
y la invocó diciendo así: "¡Oh!". Si quisieses mandarme tu perro...";
de pronto apareció un perrito que lo acompañó a la casa de la viejecita;
después, recibida la bendición de Don Orione, el perrito se inclinó tres
veces y desapareció.
Santa Margarita precisamente está siempre representada
con un perrito.
Nuevamente Sudamérica
En el mes de setiembre de 1934, Don Orione emprende
un segundo viaje a América del Sur. En contra de la desigualdad de las
condiciones sociales, Don Orione insiste en Uruguay, Brasil y Argentina,
en la llamada de los ricos hacia los pobres, estableciendo nuevos Pequeños
Cottolengos en Sudamérica; va a Chile sobrevolando los Andes (1936), permaneciendo
allí tres años.
Proveniente él mismo de una condición social muy baja,
ya desde los primeros años del siglo, Don Orione ha expresado en varias
ocasiones, la certeza de evoluciones sociales, aunque violentas, que abrirán
una nueva era proletaria, democrática. "Vivimos en un período de transición
de la Humanidad _ escribía en 1905- es la hora de la democracia, de la
soberanía de los poderes populares.
En 1939, uno antes de su muerte, escribía: Hemos de ser santos, pero
no de una santidad que pertenezca únicamente al culto de los fieles y
que se note solamente en la Iglesia. Hemos de ser los santos del pueblo
y de la salvación social
En otra oportunidad, en 1930, escribiendo a sus colaboradores, les
decía: " Hemos de hacer el bien, pero más, mucho más, no podremos hacerlo
todo en un día pero no hemos de morir en casa, ni en la sacristía sino
fuera de la sacristía" Palabras éstas aparentemente nada ortodoxas pensando
que fueron escritas hace 50 años.
El Adiós
Ya antes de dejar Italia en el 1934, Don Orione no se encontraba bien
de salud. Una antigua palpitación de corazón se une a la diabetes y a
un cansancio general. El 1º. De abril de 1939, de repente, parece ceder,
mientras está en Alejandría; tenía angina pectoral. Pero al alba del 9
de febrero de 1940 pide el Viático y el Oleo de los enfermos; "quiero
morir de pié, mirando el cielo y trabajando".
En la noche del día 12 a las 22.45 Don Orione se siente mal; acude
Modesto, el clérigo enfermero; una religiosa aparece en la puerta para
ofrecer su ayuda, pero Don Orione con la palidez de la muerte en el rostro,
le hace señal de no entrar. Pocos minutos de espera; el sacerdote Don
Bariani corre en busca de un médico, pero éste llega tarde; él ha reclinado
su cabeza sobre el pecho del enfermero.
Una vez en la Argentina dijo: "Mi
verdadera vocación es un secreto que quiero revelar ahora y es poder vivir
como un auténtico asno de Dios, como un auténtico borrico de la Divina
Providencia". Y de verdad que lo cumplió y con creces.
Las profecías de Don Orione
Las llamadas profecías de Don Orione fueron prácticamente dichas en
la República Argentina donde residió durante muchísimo tiempo y son de
gran dominio público; todas ellas eran expresadas con mucha tranquilidad
y serenidad, y según las circunstancias, con ademanes muy expresivos;
lo hacía fundamentalmente cuando almorzaba o cenaba con sus compañeros
de labor; había una conversación muy animada, y de pronto, se detenía,
miraba profundamente con sus ojos, y con reflejos de un alma realmente
privilegiada decía sus sentencias.
"Prepárense a bien morir porque dentro de una
semana va a morir uno de nosotros" Y alguien moría dentro del lapso
señalado. Una vez terminada una cena, en la noche en que debía fallecer
uno de los presentes, todos estaban bien, sanos y sin signos de ninguna
molestia. Todos pensaron que Don Orione se había equivocado, pero al cabo
de una hora, uno de ellos tiene un síncope cardíaco y muere inmediatamente.
"Monseñor Copello está construyendo muchas iglesias pero no morirá sin
verlas quemadas" Ese Primado de la Argentina, en 1955, gobierno del
general Perón, vió como quemaban las iglesias del Centro de Buenos Aires,
juntamente con una bandera de ese país.
"Buenos Aires arderá por los cuatro costados y correrán ríos de sangre
desde Córdoba" En esa ciudad, empezó la Revolución Libertadora, en
1955, que derrocó al General Perón para luego llegar a Buenos Aires,
donde se produjeron muchos incendios por bombarderos.
"Aquí hay olor a santo y aquí haremos un cottolengo". Acertó porque
en Claypole, provincia de Buenos Aires, Argentina, había estado evangelizando
a los indios San Francisco Solano, durante la conquista española, lugar
donde un hermano de San Francisco compró posteriormente una estancia,
donde existe hoy un famoso cottolengo de Don Orione.
"La salvación de la República Argentina vendrá del centro de la República
y mucha sangre lavara tanta culpa" Evidentemente se refiere a la ciudad
de Córdoba, epicentro de las puebladas de 1966 (dictadura del General
Onganía), la dicha Revolución Libertadora, y de otros conflictos sociales
que tuvieron epicentro en esa zona central argentina.
"Nacerá una flor, porque la paz y la felicidad renacerán para una gran
fiesta de la Santísima Virgen". En 1982 se realizó una gran ceremonia
en la ciudad de Mendoza, con una concentración popular de gran fervor
religioso que posteriormente y después de la Guerra de las Malvinas vino
la Democracia desde 1983 hasta nuestros días.
Y ahora quizá vienen dos profecías para el futuro:
Un gran civil católico gobernará al país brillantemente y habrá paz y
prosperidad por muchos años en el siglo venidero".
"Roma será bombardeada y el Papa caminará sobre sus escombros"
Estas dos últimas profecías dichas en 1935 ¿se producirán? Este sacerdote,
tan singular, tan especial, que atrajo a tantas multitudes, aún sigue
latiendo en toda su vasta obra así como sus formidables actitudes están
inscriptas con letras de oro en el camino eterno de la sabiduría.
El Quinto Hombre
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