Revista Digital de El Quinto Hombre
EL NO CONTACTO EXTRATERRESTRE
Por Adalberto Ujvari - Argentina
Un problema por lo general
muy difundido entre los estudiosos, investigadores e interesados por el
fenómeno de los Ovni es justamente
el de no contacto. Es decir, partiendo de la base que el de los Ovni es
un hecho concreto y real, avalado por miles de testimonios de avistaje
y contacto provenientes de todo el mundo, es muy humano preguntarse la
razón por la que aparentemente sus tripulantes están (y siempre fue igual)
tratando sistemáticamente de eludir el contacto abierto, oficial.
Dos poses de un humanoide fotografiado
en una
carretera norteamericana por un sherif
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Sobre esta cuestión se ha
teorizado mucho y la presente nota tratará de ser un nuevo aporte teórico
al problema.
En primer lugar, tendríamos
que hacer un considerable esfuerzo para intentar ubicarnos en el lugar
de quienes nos visitan. Con ello me refiero a dejar de lado nuestras ideas
terrestres y abrirnos a otros tipos de lógica para poder, al menos, analizarlas
objetivamente. Así, podremos esbozar algunas hipótesis de explicación
para el no contacto y medir cuál cual es el grado de factibilidad de cada
una de ellas.
Además, hay algunas preguntas
que mucha gente suele plantearse a raíz de la visita de los Ovni. La más
común es acerca de las intenciones que animan a sus tripulantes (y que
quizá también vivan entre nosotros. Recordar el caso de Ummo) y cual es
la probabilidad de que se manifiesten de algún modo más visible en el
futuro o intervengan de alguna manera para solucionar algunos problemas
candentes que aquejan a la humanidad.
Esta pregunta aparentemente
compleja puede ser respondida con simplicidad para - por lo menos - llevar
tranquilidad a quienes se la plantean. En cuanto a sus intenciones, lo
único que se puede asegurar plenamente es que no son agresivos, ya que
hasta ahora no se ha constatado una agresividad manifiesta por parte de
Ovni(s) o sus tripulantes (a veces sí
hubo hechos poco claros, como el caso del capitán Mantell o el de una
aldea arrasada en Africa por un supuesto Ovni pero, repito, éstos son
casos aislados y de ninguna manera constantes del fenómeno Ovni). No nos
engañemos, si hubieran querido sojuzgar nuestra civilización ya lo habrían
intentado y posiblemente conseguido hace mucho tiempo y no hubieran esperado
que alcancemos un estado de civilización en el que al menos nos podremos
defender decorosamente como es el actual.
En Sicilia (Italia) desciende un ser.
Al lado de su aparato, en una playa.
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La segunda parte de la cuestión
es uno de los flancos débiles del fenómeno de donde mucha gente suele
agarrarse inconscientemente ante la actual crisis por la pasan las religiones.
Los Ovni(s) suelen muchas veces ser sustitutos de las religiones con lo
que pasan a ser objeto de adoración mística muy peligrosa. Por eso es
tan común la "creencia" de la gente en los Ovni(s) y en el hecho de que
cuando la humanidad llegue a un punto límite, los hermanos extraterrestres
intervendrán para "salvar" a la humanidad. Este modo de mistificación
de los Ovnis(s) debe ser evitado y combatido por todos los medios, ya
que jamás podrá sustituir a las religiones.
Es muy común que cualquiera
de nosotros, inmerso en una sociedad turbulenta, plagada de injusticias
sociales, deficientemente programada, sintiendo sobre nuestras mentes
las fuertes tensiones generadas por la desarmonía existente entre las
concepciones ideológicas más puras y la praxis real, pasando aún sobre
nuestras cabezas la amenaza de un holocausto a escala planetaria y conscientes
de las tremendas dificultades que se nos presentan para alcanzar algún
tipo de equilibrio que nos permita evolucionar más armónicamente, se imagine
civilizaciones de otros planetas dentro de un estadio más avanzado y con
una sociomorfología que podría parecernos utópica y evoque fervientes
deseos de imitarla en algún caso y de admirarla incontenidamente en muchos
otros. Por eso aquella tendencia a idealizar a estos seres que nos visitarían
y tomarlos (o por lo menos intentarlo) por "salvadores" de repuesto.
Ahora, pues, plantearé las
distintas posibilidades a ser tenidas en cuenta para luego analizarlas:
1.- No desean contactarse
con nosotros "porque sí", sin razón alguna.
2.- Nos estarían estudiando
y ésa sería la causa por la que - por el momento - no consideren conveniente
perturbar el medio estudiado para poder investigarnos en toda nuestra
pureza.
3.- Nos temen y por eso eluden
el contacto o quizá no estén tanto más evolucionados que nosotros por
lo que podríamos asimilar rápidamente sus adelantos y utilizarlos en su
contra.
4.- Temen y desean evitar
una absorción de civilizaciones o también llamada "neutralización" de
la menos avanzada por parte de la más evolucionada.
Pero, antes de pasar a analizar
cada una de estas posibilidades, es conveniente dejar en claro un aspecto
que gravitará mucho sobre el análisis que sigue. Es de suponerse que si
estas naves llegan a nosotros y no nosotros a sus planetas de origen (por
razones obviamente técnicas y de evolución científica), sus adelantos
en materia de navegación interplanetaria son muy superiores a nuestro
nivel actual lo cual, por lógica consecuencia, hace también suponer que
también es una civilización más adelantada en otros aspectos filosóficos
y morales. Pasemos entonces y hecha esta salvedad al análisis de las posibilidades
anteriormente enumeradas:
1.- Esta estaría casi descartada
automáticamente por simple lógica. Nadie hace nada sin una finalidad determinada.
Toda conducta está motivada por un estímulo y tiende a satisfacer una
necesidad (objetivo). Sería ridículo suponer que seres tecnológica y moralmente
más evolucionados harían algo "porque sí". Es más, todo parecería indicar
que estos seres se rigen por una lógica esencialmente funcionalista.
2.- Esta posibilidad será
tratada en último término.
3.- Es dado suponer que aunque
no estén demasiado adelantados con respecto a nosotros, su adelanto les
permite no temer un ataque por nuestra parte con nuestras probablemente
obsoletas (para ellos) armas. La posibilidad de que podamos absorber rápidamente
sus conocimientos científicos y utilizarlos en su contra no puede ser
descartada (todo depende del grado de desarrollo científico que separe
ambas civilizaciones).
4.- Esta posibilidad no es
nada improbable. Es más, tenemos aquí mismo, en nuestro planeta varios
ejemplos de esta absorción que ya son historia. Para no irnos mucho en
detalles, se podría citar el ejemplo clásico de la aniquilación de las
culturas autóctonas de América cuando comenzó la colonización española,
inglesa y portuguesa entre otras. Creo que nadie puede negar la total
desaparición de las culturas Maya, Azteca, Inca y de otros aborígenes
de América que fueron destruidas y absorbidas por los conquistadores.
Algo así podría también ocurrir a nivel interplanetario y quizá sea ésta
una de las razones del no contacto.
2.- Quise dejar para el final
esta posibilidad - que a mi juicio - es la más interesante. Al menos la
considero la más la menos insatisfactoria de todas las hipótesis.
Supongamos ser visitados por
seres que estuvieran realizando prudentes experiencias de carácter psicosocial
para descubrir hasta que punto pueden darse a conocer sin perturbar la
red macrosocial terrestre. Supongamos que los contactos con algunos terrestres
(que - de hecho y esporádicamente - se dan) se hagan de modo que no podamos
alcanzar un elevado grado de evidencia respecto a su real presencia en
la Tierra. Sigamos suponiendo que ellos hubieran puesto en funcionamiento
un sistema de control que debería funcionar autocorrigiéndose o realimentándose
de tal forma que si la respuesta (difusión y credibilidad social excesivas)
de la realidad del fenómeno Ovni alcanzara niveles límite pudieran reintroducirse
factores reguladores negativos que frenarán el índice de credibilidad
en dicha posibilidad. Es decir, desde esta perspectiva, parecería que
no desean darnos - por el momento - pruebas definitivas de su existencia,
pero en cambio sí datos que nos sirvan para elaborar hipótesis plausibles
acerca de su probable existencia.
Casi sería monstruoso pensar
que estos seres que nos visitan son tan insensibles ante el sufrimiento
de la civilización que tienen bajo estudio que incluso son capaces de
limitarse a estudiarnos sin intervenir aun cuando ellos podrían ayudarnos
a solucionar muchos problemas. Lo que sucede en realidad, es que la simple
ejecución de un transvase informativo de tales características trae consigo
insospechados problemas difícilmente resolubles.
Un supuesto humanoide de escasa estatura
en Canadá
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Podría suponerse que la comunicación
de fórmulas eficaces para combatir un carcoma, para sintetizar económicamente
hidratos de carbono o proteínas, para eliminar los riesgos de una guerra
nuclear o controlar el código genético de los caracteres hereditarios
no podrían constituir una extorsión negativa a la evolución cultural de
nuestro planeta. Se impondrían sólo dos posibles interpretaciones a la
intransigencia de estos seres que nos visitan a revelarnos tales datos:
o todo esto de los Ovni(s) es una total y fabulosa patraña, lo cual ya
es posible descartar ante el cúmulo de pruebas que existen a favor de
la realidad del fenómeno, o estos seres integran una raza cruel y sin
sentimientos que prefiere asistir impasible al espectáculo de una humanidad
que se retuerce en sus dolores de parto sin intentar al menos mitigarlos.
Creo que el segundo juicio sería injusto y falto de una serena crítica.
Es algo evidente que cualquier aportación de carácter tecnológico que
nuestros visitantes nos quisieran hacer representaría un complejo incalculable
de datos científicos.
Tal absorción de culturas
a nivel interplanetario sería mucho más monstruosa que los males que tratase
de evitar la civilización dominante en la fase de dominación. Seguramente
los sentimientos de frustración alienarían sin remedio todas las razas
terrestres. Las perturbaciones provocadas por millones de individuos que
se rebelarían justamente por la actitud paternalista de estos extraterrestres
y que acusarían de traidores a los que se prestaran dulcemente a ser subyugados
por una cultura extraña serían inmensas. Esto obligaría a los - en principio
- pacíficos viajeros en misión de ayuda a adoptar medidas represivas y
violentas para proteger a sus amigos. No tomamos en cuenta el trauma psíquico
que alteraría a niños y adultos al tener que substituir sus principios
y factores de juicio por otros nuevos con características semánticas y
lógicas totalmente extrañas. Y todo esto con gran rapidez, si se desean
alcanzar en un breve lapso los fines que se postularon en un principio.
Si meditamos con serenidad
todos estos razonamientos podemos adicionar sin duda muchos otros inconvenientes
y concluiremos juiciosamente que la postura adoptada por estas entidades
extraterrestres está más ajustada a los imperativos de un código ético
sin duda lógico.
Resulta por tanto, utópico,
trasplantar las normas socioeconómicas por las cuales se rigen otras presuntas
civilizaciones extraterrestres al marco político de nuestra Tierra en
el estadio actual. Es peligrosísimo para los científicos asimilar bruscamente
otras concepciones de la materia o de la cuantificación del espacio o
del tiempo, sin haberlas madurado lenta y progresivamente. No nos es factible
sustituir nuestras religiones por una nueva mística si ésta no va acompañada
simultáneamente por unas bases conceptualistas de la ontología que a
su vez se apoyen en diferentes interpretaciones científicas del Universo.
Como vemos, los problemas
de adaptación de diferente índole serían múltiples. Seamos sinceros y
pensemos, si las entidades extraterrestres se nos presentaran de pronto
con un gesto enigmático y realizando algún prodigio técnico para probarnos
su identidad, nos sentiríamos fatuamente felices por haber sido testigos
del fantástico acontecimiento. Nos contentaríamos con haber sentido la
intensa emoción de participaren un hecho histórico, y pasados los primeros
momentos de sorpresa, vencido el inicial respetuoso temor que posiblemente
sin pretenderlo nos infundirían, seguramente nos precipitaríamos estúpidamente
para arrebatarles jirones de ropa o para pedirles autógrafos. ¿Es que
necesitamos de la prueba total de verlos vestidos con un traje fluorescente,
ante doscientos micrófonos y mil cámara de televisión en la Plaza de la
República enfrentados a cientos de millares de personal? Si de verdad
pensamos que estamos siendo visitados por seres procedentes de otros mundos,
muy posiblemente más inteligentes que nosotros y poseedores de un nivel
cultural superior, ¡¡seamos al menos consecuentes y no juzguemos que vayan
a presentarse ante la vista de la gente con la frivolidad de artistas
de cine!! ¿Hasta qué punto hemos ido impregnándonos con las novelas de
ciencia ficción como para esperar, con primaria y morbosa curiosidad el
momento en que dichos seres aparezcan ante nosotros? Analicémonos y reconozcamos
humildemente que lo que realmente queremos no es incrementar nuestra cultura
con lo que ellos nos puedan aportar sino procurarnos emociones fuertes
y sentirnos diferentes a los demás después de haber tenido ocasión de
ponernos en contacto con "seres extraterrestres".
Por todo esto creo que por
el momento es mejor la política que esta gente sigue de no intervenir
en nuestros asuntos en los que si nos metimos conscientemente deberemos
salir por nuestros medios, ya que si no nuestra humanidad no habrá valido
la pena y su desaparición estará justificada.
Invito a navegantes e investigadores
a realizar aportaciones a este complejo tema que siempre serán bien recibidas.
El Quinto Hombre
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