Revista Digital de El Quinto Hombre
¿QUIÉN LE TEME AL PENSAMIENTO MAGICO?
Lic. Fernando Buen Abad Domínguez
México
La diferencia entre los seres humanos y los demás
animales es que nosotros dedicamos mucho tiempo a conseguir que los objetos
inanimados nos obedezcan.
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Recurrentemente las investigaciones sobre el Pensamiento
Mágico tienen como horizonte la dificultad de acceder a un recuento sistematizado
de verdades cuyo valor científico unifique criterios.
Esta no es la excepción.
El Pensamiento Mágico no es
propiedad de iluminados. No
es posesión de secretos, ni
privilegio de castas sectarias
entrenadas para apropiarse y hacer rentables, de un modo u otro, las cualidades
humanas. Es uno de esos enigmas culturales que no se agota con las respuestas.
Por eso la investigación debe ser proceso dialéctico y lúdico que toma
como materia los lenguajes complejísimos de la naturaleza y todas las
interlocuciones que el pensamiento entabla con ella, en pleno uso de las
facultades que aporta la magia creativa.
Es posible hoy estudiar el
Pensamiento Mágico para redimensionarnos todos con menos miedo a la persecución
que suele deformar lo humano en las hogueras oscurantístas.
Hay que pagar a un precio
desconocido el placer de no utilizar lo conocido. Paul Valery.
Todo parece confirmar que
existe en los procesos generales del conocimiento un componente constante
capaz de modelar la realidad al antojo de las premisas enigmáticas
desobedientes de lo lógico. Se le llama Pensamiento Mágico
por acentuar ese carácter peculiar del conocimiento que habita en nosotros
y remueve las formas más primarias de relación con la naturaleza y que
por su dinámica, posee funciones similares a las instintivas. Lo llamamos
Pensamiento Mágico porque pautamos diferencias que eriban la confusión
ideológica generada por los racionalismos, los cientificismos y los positivismos
de todos los tiempos.
Llamamos Pensamiento Mágico
a ese sistema de ordenación conceptual indefinible, indomable e irrenunciable,
donde habitan las funciones humanas más inefables como la fantasía, la
creatividad y el juego. Llamamos Pensamiento Mágico a eso que se opone
al proceso de degradación del significado total y que también animó al
conocimiento religioso y científico, sus claves, dimensiones y secretos.
En el centro del Pensamiento
Mágico está el misterio de la vida, la creación, el problema del secreto,
el poder, el conocimiento, el tiempo y la totalidad, asumidos como interrogantes
cuya respuesta no radica en un sistema de conclusiones silogísticas, sino
en recuperaciones, síntesis analógica de todos los lenguajes.
El Pensamiento Mágico también
es el deseo, motor de los procesos creativos en todas sus expresiones.
La vocación del Pensamiento Mágico es consolidarse en agente de transformación
permanente que no omite o jerarquiza ninguna de las fuentes especulativas
de la inteligencia y que sí tiene la tendencia permanente a sintetizarlas
en ejercicios de intervención dialéctica sobre la materia y la fantasía.
El Pensamiento Mágico es un
sistema de articulación que promueve investigaciones abiertas para que
la inteligencia y el espíritu reinterpreten todas las potencias y secretos
de la naturaleza. Es por su vocación ejercicio de expansión, liberación
y transformación. Aporta en el plano de los hechos, soluciones producidas
desde la capacidad más abierta del conocimiento.
Ese carácter liberador, caprichoso
e irreverente es por antonomasia el punto de oposición más insalvable
por el cual se ha generado, a lo largo de la historia, una persecución
multimodal muy cuidadosa, camuflada bajo formas de ideologización diversas.
Los magos, brujos, hechiceros,
filósofos y algunos científicos han sido satanizados, no por
un supuesto contacto con las fuerzas del mal, sino por sus
pensamientos y convocatorias irreverentes. Se oponen a todas las formas
de subordinación que tratan de dominar la existencia tergiversándola y
sometiéndola con resignaciones deterministas que convierten la esclavitud
en designio divino, moral y purificador.
El Pensamiento Mágico inquieta
la necesidad de invención, creatividad y acción.
Hay que admitir que
un común denominador un al hechicero, al poeta y al loco, el cual, no
puede ser más que la magia. La magia es la carne y la sangre de la poesía.
Es más, en una época en que la magia resumía toda la ciencia humana, la
poesía aún no se distinguía de la magia Benjamín Peret.
Mago es quién saca de su fantasía
esa síntesis objetual y conceptual que estimula la concreción de algún
cambio en el que la totalidad evoluciona. Por eso es mago
por ejemplo, el que entiende el cuerpo e identifica en él sus necesidades
de bienestar, placer y desarrollo; factores opuestos a la enfermedad,
la subestimación y la culpa tan rentables para la explotación. Por eso
fueron y son quemados en leña verde de fuego abrazador y fuego moralista,
todos aquellos descubridores de modos no autorizados para
terminar con las calamidades. Por eso se acusa de bruja o hechicera toda
voluntad de saber que no entiende por ciencia única la del imperio de
la demostración silogística-cuantitativa. Por eso es mago el que de
la nada (como se considera a la imaginación, al juego y a la fantasía)
saca el conejo que resuelve primero a esa nada de donde proviene,
y luego al todo, evidenciando analógicamente dónde está el secreto del
poder humano. Tiembla el racionalismo esquemático y reduccionista ante
los actos de la intuición fantástica, sintetizadora de todos los saberes
que son propiedad histórica del subconsciente colectivo y de las sociedades.
Hay que exorcizar sin dogmatismos
eso que llamamos Pensamiento Mágico que tanto se ha tergiversado y vulgarizado.
Su sentido y su carácter como función del conocimiento se hunde en nebulosas
ideológicas suficientemente sospechosas. Es tal la saturación provocada
por el manoseo que una de las tareas contemporáneas más difíciles consiste
en eribar de las parafernalias teórico-calumnísticas el peso real, importancia
y alcance del Pensamiento Mágico en la historia de la cultura.
El Pensamiento Mágico es una
categoría de conocimiento cuya definición se verifica el contexto, está
consustanciado en todas las formas del pensar, rebasa casi cualquier forma
de clasificación o sistematización porque se opone a la degradación de
lo fantástico y al aislamiento atomístico del conjunto de las fuerzas
que animan la vida. Probablemente su principal opositor sea eso que tenga
como principio el miedo.
Mago es un investigador que trata de hacer penetrar lo sobrenatural
en el terreno de lo natural y la magia no es después de todo, según la
expresión de Karl du Prel, más que la ciencia natural desconocida.
Pierre Piobb.
El Quinto Hombre
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