Revista Digital de El Quinto Hombre
NUESTRA CASA CÓSMICA
Por Profesor PABLO INGRASSIA (Argentina)
En este viaje
recorreremos una impresionante estructura en lento movimiento: LA GIGANTESCA
VIA LÁCTEA; nuestro hogar permanente desde los comienzos mismos de la
vida. Durante la rápida recorrida analizaremos datos sorprendentes que
nos harán conocer un poco más acerca de esta gran rueda de gas, polvo
y estrellas que alberga muchos sistemas planetarios como el nuestro y
donde debe haber vida.
A poco de haber ocurrido el Big Bang, el joven Universo
en expansión comenzó a verse poblado de gigantescas estructuras estelares
que brillaban como grandes ciudades desparramadas a lo largo de una ilimitada
llanura; eran las primeras galaxias, cada una de las cuales brillaba gracias
a los miles de millones de estrellas que las conformaba.
Nosotros los humanos somos
ciudadanos de la llama VIA LACTEA, una de las galaxias en forma de espiral
más grandes que se conocen. Con apenas cuatro enormes brazos que parten
de un núcleo muy denso, la Vía Láctea tiene el increíble diámetro de 100.000
años luz, lo que significa que la luz, viajando a la inalcanzable velocidad
de 300.000 kilómetros por segunda tarda 100.000 años en cruzarla de un
extremo a otro.
Pero cuando se trata de determinar
las dimensiones de estas gigantescas naves espaciales, debe destacarse
el unos de metros, kilómetros y millones de kilómetros acostumbrándose
a hablar de AÑOS LUZ ya que cifras pobladas de muchos ceros harían perder
la noción de lo que se está calculando.
Efectivamente, el espesor
de la Vía Láctea varía entre los 300 años luz en los extremos de los brazos
y los 10.000 en el núcleo, cuyo diámetro es de 15.000 años luz; además
es una región de altísima densidad estelar. Se calcula que nuestra galaxia
alberga más de 100.000 MILLONES DE ESTRELLAS.
Nuestro Sistema Solar está
ubicado a 45 años luz por encima del Brazo de Sagitario, en una prolongación
o pequeño brazo llamado ESPUELA DE ORIÓN. Gracias a esta ubicación sobre
el plano galáctico podemos ver la característica franja que cruza el cielo
y que precisamente fue bautizada como Vía Láctea.
La distancia de nuestro Sistema
Solar al centro de la galaxia es de 27.000 años luz y el espesor galáctico
en ese punto alcanza los 700 años luz. Las estrellas más cercanas al núcleo
completan una vuelta cada 200 millones de años, mientras que el Sistema
Solar lo hace cada 250 millones de años y aquellas estrellas ubicadas
en los extremos exteriores de los brazos lo hacen cada 270 millones de
años; vale decir que la galaxia en su totalidad no es una estructura rígida
en rotación sino que su centro gira con mayor rapidez, por lo que sus
brazos se van desarticulando y puede suceder que dentro de varios miles
de millones de años tenga un aspecto distinto.
Desde que nació el Sistema
Solar, la Vía Láctea ha dado apenas 20 vueltas; además de los cuatro brazos
espirales se detectaron otras prolongaciones conocidas como pequeños
brazos que se intercalan entre los principales, llamados BRAZO DEL ESCUDO,
BRAZO DE NORMA, BRAZO DE CARINA y otros que aún no tienen nombre, denominados
provisoriamente BRAZO EXTERIOR y BRAZO DESCONOCIDO por encontrarse del
otro lado del núcleo, imposible de analizar, hasta ahora.
La edad de la Vía Láctea se
ha estimado en 13.000 millones de años y ella forma parte del llamado
GRUPO LOCAL, que consiste en más o menos 30 galaxias abarcando una esfera
de 6 millones de años luz de diámetro.
La Vía Láctea tiene dos pequeñas
galaxias satélites que orbitan muy cerca de ella debido a la atracción
gravitatoria llamadas NUBES DE MAGALLANES; una de ellas, la NUBE MAYOR
se encuentra a 170.000 años luz y la NUBE MENOR a 230.000 años luz de
distancia. Son visibles a simple vista desde el Hemisferio Sur como dos
manchas borrosas de luz en el cielo. El Adelantado español FERNANDO DE
MAGALLANES fue quien primero tomó nota de ellas durante su viaje alrededor
del mundo, cuando navegaba por los mares australes del continente americano.
Ambas son galaxias irregulares con unos pocos millones de estrellas.
Un poco más alejada, a 2
millones de años luz se halla la GRAN GALAXIA M 31 en la constelación
de Andrómeda, siendo el objeto más alejado visible a simple vista, cuando
las condiciones de observación son óptimas, como por ejemplo en una oscura
noche sin luna, lejos de las ciudades, asi puede verse una tenue nubecita
ovalada en el cielo, que es su núcleo; y se la ve bellísima.
Para los ubicados en el Hemisferio
Sur, la época para intentar identificarla es entre mediados de noviembre
y diciembre, en dirección al norte, cerca del, horizonte.
La Galaxia de Andrómeda es
apenas más grande que la Vía Láctea siendo muy similar en apariencia y
conteniendo siete brazos en espiral. Con unos binoculares de 7 x 50 mm
se puede enfocar M33, que es otra galaxia en espiral ubicada al lado de
M31, en la constelación del Triángulo, ella se halla a 3 millones y medio
de años luz y es otro objeto interesante para observar.
Como puede verse y para tratar
de husmear en el vecindario galáctico no se necesita de grandes telescopios,
solo se requiere un buen par de binoculares, una hermosa noche, libre
de nubes molestas y mucha paciencia en el rastreo de manchitas luminosas
en contraste con el cielo oscuro; siempre debemos ayudarnos por un buen
mapa celeste.
Pensamos y hacemos la pregunta
¿Cuántos vecinos extragalácticos estarán ahora deleitándose con la observación
a simple vista de nuestra majestuosa Vía Láctea que nosotros, por ahora,
solo podemos imaginar? Porque la vida extraterrestre es infinita y nuestros
semejantes de las estrellas realmente innumerables.
El Quinto Hombre
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