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Revista Digital de El Quinto Hombre
UN HOMBRE LLAMADO...
ANTONIO
RIBERA
PROFESION:
OVNILOGO
Se ha ido mi Hermano y mi Maestro Antonio; nunca dejará de estar conmigo;
aquí va mi recuerdo de ese hermoso día en que lo conocí y me inspiró
para escribir esta Editorial en Madrid 16 de Febrero de 1976.
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por Fabio Zerpa |
Estoy en España - Barcelona.
Sábado 9 de la mañana, desayuno,
camino a Plaza Tetuán, indicadas centímetro a centímetro, igual que los
lugares que recorrería en los 34 kilómetros fuera de Barcelona, porque
Antonio Ribera es preciso en sus datos, implacablemente minucioso. Paso
Plaza Cataluña, camino callejero, me parece estar en Buenos Aires, los
planos de ambas ciudades son casi idénticos; andaba, pensaba; ¿cómo era,
Ribera? ¿Quién era?. Autor de "EL ENIGMA DE LOS PLATILLOS VOLANTES" y
de muchos libros más, traductor de Heyerdahl, conocedor de varios idiomas,
platillista, submarinista. En la década del 60 devoré su libro, el segundo
que leía sobre la temática OVNI; me gustó tanto como el primero, "PLATOS
VOLADORES EN EL ESPACIO" del mayor Keyhoe; son excelentes recopilaciones
de casos de la década 45, 55 y años posteriores.
Paseo de gracia, ¿cómo era
espiritualmente Ribera?; Universidad, ¿qué hacía actualmente, Antonio?,
Plaza Uriquinaona, ¿por qué lo critican tanto?, Calle Lauría, ¿por qué
lo admiran, también? Avenida José Antonio, ¿cómo sería físicamente? Plaza
Tetúan, ¿en qué entorno viviría?. Dar la vuelta hasta el palo del autobús,
primero en la cola; al minuto ya más de veinte personas ("ponte bien temprano
en la espera del autobús").
Diez minutos, algo más, atraca,
maniobras del chofer con insultos simpatiquísimos en catalán (el tono
me parece "genial"); pago pase (alias boleto en rioplatense); salida de Barcelona; carrera, autopistas excelentes,
que se derivan a distintos callejones montañeses, suburbios muy industriales;
niebla, quizá polución (¡Cuándo terminamos, hombre terrestre contemporáneo!);
desviamos a Caldás, ya comienzan los zigzagueos carreteriles españoles,
que se iban a repetir hasta el cansancio o hasta llegar a sentirse serpiente
humana mareada; ni hablar de Galicia o Asturias o el camino de Valencia,
en que se añora como loco el camino pampeano, largo y extendido como nuestro
suelo; el español debe aburrirse totalmente en la provincia de Buenos
Aires, y ustedes y yo girados permanentemente a derecha e izquierda tipo
Montaña mágica. Se empieza a disipar la neblina, niebla o....ya saben...,
hermosos paisajes, montañas y precipicios. Entramos en San Fliú de Codines,
la patria chica del escritor y periodista catalán.
Bajo en la parada exacta.
(¡No te vayas a equivocar con la que sigue después, hay una sola para
mi casa!); nadie esperando como habíamos combinado; espero, observo las
callecitas estrechas, la tranquilidad, el escaso ir y venir de la gente,
hay un café cerca, voy hacia él, miro dentro, nadie con cara de platillista
conocido, camino hasta un pequeño callejón simpatiquísimo, giro, vuelvo
hacia atrás, hacia la Parada ("Espérame allí, yo estaré"). De repente,
desde un callejón ascendente, baja, hombre corpulento, muy alto, camisa
afuera, cara triangular, mira a todos lados, lentes gruesos, nervioso,
impaciente, pregunta por el autobús a unas señoras, se agarra la cabeza,
mira hacia mi, sonríe, viene jovial y contentísimo, "desmañao"
con sus cabellos largos sin peinar porque no le importa y porque es calvo.
"Fabio, perdona el retraso". Abrazo intenso, sonríe permanentemente, está
muy feliz. Me hace subir a su especie de renoleta (es el coche para él,
sin implicancias de ornamento social); "Te haré conocer mis lugares";
auténtico español, se siente orgulloso, lo demuestra y lo brinda, se repetiría
por cientos en todo el territorio; recorremos, charlamos sin parar, comunicación
inmediata, admiramos el paisaje; "sabía que te iba a gustar, en tus editoriales
eres terroríficamente panteísta". El no podía dejar de mostrar eso, quería
que lo conociera, quería que viera un hermosísimo monasterio enclavado
en un precipicio, y excelente atalaya; zigzagueamos en los caminos, había
que hacer tiempo para la comida de Trini, me lo expresa directamente sin
tapujos; quiere brindarme el regalo de la Naturaleza y ofrecerle tranquilidad
de homenaje a su mujer, dueña del refugio de Antonio, un departamento
cómodo y exacto, sin opulencias; tienen tranquilidad el escritor y el
hombre.
Esa tranquilidad está apuntalada
en la africana blanca, serena, fuerte, segura, agreste como el paisaje,
pero se ríe y compra todo a su derredor. Fue su secretaria, ahora es su
segunda esposa, a quien quieren mucho los hijos anteriores, a su presencia
al lado de Antonio; Trini, cuida y es cuidada, por el hombre chico-grande,
que es capaz de poner la bandera de Cataluña en la parte delantera del
jeep de Thor Heyerdhal cuando estuvo en la Isla de Pascua, porque él lo
sentía así y tiene gran humor; el mismo ser que defiende LA PRESENCIA
FISICA del fenómeno ovni; que no le gustan las frías estadísticas a través
de informaciones que muchas veces son falsas; que no forma parte tampoco
de las observaciones mesiánicas de los últimos tiempos; el justo medio
de este hombre, teórico y práctico, que define "Con los ovni nos enfrentamos
a un fenómeno inexplicable para la ciencia contemporánea, pero real y
con una existencia objetiva, ya que las pruebas "físicas" de su existencia
son abundantes e irrefutables". "Sin embargo, al moverse el fenómeno ovni
en una tierra de nadie científica, ha sido campo abonado para vividores,
charlatanes, farsantes y seudomísticos". El hombre que admira a un colega,
el Dr. Jaques Vallée, "que estuvo sentado en ese mismo sillón donde tu
estás", lo respeta en su estudio estadístico como en las nuevas aperturas
psíquicas y psicológicas que encara ahora; que conoció al Dr. J. Allen
Hynek y también lo admira tanto como al desaparecido Dr. James Mc Donald.
También Antonio es generoso y abierto, lección para otros platillistas
escondedores y egoístas; me regala libros y diapositivas, me brindó su
casa, su comida y su amistad. Rara
avis.
Este Antonio Ribera tiene gran humor, permanentes chanzas
en la comida abundante y riquísima de Trini; también humor en la sobremesa
del escritorio, "el refugio", con café, muchos libros de todos los temas
y en distintos idiomas, ventana hacia la montaña, sol tibio, de invierno,
que da luz y calidez a la charla que ahora se hace seria, más profunda,
más cercana a los valores humanos y universales; ovni, parapsicología,
Pascua, arqueología, Daniken, Bender, etc. Tenía la máquina de escribir
allí, me hubiera sentado a escribir ya esta editorial u otra, porque los
dos nos catapultábamos para la creación. Instantes inolvidables para la
llegada de la nochecita, tenía que volver, se nos pasó la hora del último
autobús, quedar a dormir allí, me halagó mucho y además, dormir a la noche
sin polución y vida ciudadana, me parece lo más reconfortante, como la
ducha fuerte reparadora. Trini a preparar la cena, nosotros a charlar,
ver un poco de televisión, jugar con los perros, elementos fundamentales
en la vida del "refugio". "Nos parece que es prodigioso haber encontrado
esto; aquí me quedaré".
Quizá sí, quizá no; todos
adoramos esa quietud que tu encontraste. Haber encontrado, "el lugar,
el aquí" del Dr. Carlos Castaneda y de Don Juan; pero tu o yo, seguro,
que buscaremos algo que nos llevará a otros lados, tenemos siempre la
mochila de la inquietud y de la investigación; queremos buscar, indagar,
bucear; así como tu creaste tu especial operación Rapa Nui, que extrajiste
desde adentro de tu galera, de hombre emprendedor y valiente; que ahora
te critican ensañadamente, PERO LO HICISTE: "las cosas hay que hacerlas
aunque se hagan mal". Domingo Faustino Sarmiento.
Se que nunca fuiste cómodo
y que nada te fue fácil, luchaste siempre ¡¡TE FELICITO!! Se que has desatado
muchas polémicas por tus errores o no o por tu primer plano de escritor
e investigador y te has sonreído aunque muchas veces tengas dolor. ¡¡MUY
BIEN!! Sé que te seguirán criticando y aceptando, mientras tu empecinadamente
estarás creando, escribiendo o solamente haciendo, mal, o bien o regular,
pero HACIENDO, CONSTRUYENDO. ¡¡TE ADMIRO!!.
Estuvimos todo un día, dormí
en la habitación "de huéspedes", que inexorablemente tienen todas las
casa españolas (lección de hospitalidad permanente); me levantaste a las
seis de la mañana de un domingo porque tenía que ir a hacer psicofonías
con otros amigos investigadores a la otra punta de Barcelona; me acompañaste
hasta la parada del autobús; nos despedimos; nos llamamos por teléfono
(porque yo nunca paro de caminar paisajes); nos veremos nuevamente; volveré
a la Argentina; escribiste el prólogo de mi primer libro "EL OVNI Y SUS
MISTERIOS"; publiqué así la definición ovni que tanto te gusta y agrada
mucho a otros colegas; te ofrecí "CUARTA DIMENSION", que tiene las puertas
abiertas (fue creada para eso) para publicar la apertura mental de la
ciencia y la investigación; se que escribirás, cuando tu tiempo lo permita;
eres mi amigo con todos tus defectos y virtudes; lo siento así; y quizá
para que te rías con esa carcajada limpia del gran humor te digo que la
imagen del escritor de aquel segundo libro de lectura ovni, que sigo recomendando
a los alumnos (los que vienen detrás, los continuadores y los criticadores)
y que es un poco "la biblia ovni" en la Argentina, se ha aumentado ante
el conocimiento de tu personalidad real; y quizás también se aumentó cuando
leí irascibles críticas sobre tu persona, y cuando alguien se me presentó
hace unos días y me dijo: "yo soy el investigador más serio que hay en
España"; tu nunca expresaste críticas ácidas sobre nadie ni nunca te autotitulaste
así.
Por todo esto ha nacido esta
editorial; ella sale de los causes normales de mis anteriores entregas,
donde nunca personalizo sino trato de filosofar o universalizar; ella
se escribe porque ubico en ti a todos los hombres de lucha investigativa,
que buscan y rebuscan, analizan y tienen inquietudes, se colocan entre
los ortodoxos (negadores sistemáticos, el no por el no) y los envidiosos
colegas, que tratan de aplastar, hundir, no construir. Construir, ¡qué
verbo difícil de conjugación para el hombrecillo terrestre contemporáneo!.
Te personalizo a ti, para
ubicar a todos los ovnílogos en el mejor camino que podemos transitar:
TIRAR TODOS DEL CARRO PARA EL MISMO LADO, como decía Martín Fierro, el
héroe de las pampas.
Aceptemos la labor cumplida, aplaudamos y charlemos,
cambiemos opiniones, nunca discutamos, nunca ofendamos ni destruyamos;
cada uno debe tener su puesto en el engranaje, difícil de hacerlo mover
bien, pero no imposible; NO CONOZCO LO IMPOSIBLE; cada uno debe apoyar
al otro para ir llegando a los efectos finales de la gran causa; utilicemos
los medios más hidalgos, más nobles, nunca chapaleando el barro sino escalando
montañas.
Bienvenido a mi amistad; te
espero siempre a la vuelta de este destino común, que nos ha permitido
encontrarnos. Suerte. Y como siempre me despido. GRACIAS POR ESTAR, ANTONIO
RIBERA.
Chau, Antonio. Nos encontraremos en el MAR DE LA SERENIDAD
y vamos a seguir investigando juntos hechos insólitos. Espérame.
Entrega al Alcalde de Hanga Roa de la estatuilla donada por
el Alcalde de Barcelona. El acto se celebró en el despacho
del Gobernador y en presencia de éste.
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Antonio Ribera junto a enormes petroglifos de Orongo, que representan
hombres-pájaro y unas manos gigantescas.
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Será la representación de un "disco volante"
lo que A Ribera examina en una de las rocas cubiertas de petroglifos
de Orongo? O bien habrá que buscarle una explicación
más convencional?
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Cual un moderno Hamlet, A. Ribera contampla este cráneo
inciso con la figura de un ave bicéfala, antiguedad pascuense
que se encuentra en el Museo de Santiago.
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El Quinto Hombre
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