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Revista Digital de El Quinto Hombre
NUESTRO SEXTO SENTIDO
Dr. J. M. Sánchez Pérez (España)
"He dedicado toda mi vida al estudio del sistema nervioso y sus
funciones, como un énfasis en la circulación cerebral normal y patológica
y me encuentro en un punto crucial: pretendo construir una teoría física
que demuestre que pueden ser precisamente las células nerviosas y sensitivas
que inervan el sistema circulatorio, las que actúen como antena receptora
y transmisora de las percepciones extrasensoriales.
Las terminaciones nerviosas
vasculares podrían, en circunstancias especiales, percibir o reaccionar
a estímulos distintos de los ordinarios, es decir, de los conocidos causantes
de vaso-constricción y vasodilatación, dado el extraordinario y variado
número de conexiones que tienen con el resto del sistema nervioso.
Una vez más repetimos que
en el cerebro humano están programadas desde el comienzo de la vida nuestras
sensaciones de toda índole, percepciones de distintas clases y vivencias
de variados tipos, exactamente merced a los programas establecidos por
ellas en el cerebro, los cuales pueden influir en una u otra forma sobre
"la decisión" que el cerebro tome, sea ésta o no consciente. Esto es precisamente
lo que diferencia al hombre de los animales, y más aún, lo que distingue
según yo creo, al hombre del HOMBRE.
De esto se desprende que las
grandes diferencias entre las gentes dependerían, en cuanto a la percepción
extrasensorial, del número, calidad y distribución de las células nerviosas
sensitivas y de las fibras por ellas formadas en su sistema vascular,
que ya hemos dicho varía según el individuo y de su umbral de excitabilidad
regulado por homoeostasis.
Permítaseme repetir que el
sistema nervioso funciona como un todo regido y gobernado por el cerebro
cuya central es la hipófisis o cuerpo pituitario. Las conexiones tallamico-hipotalámicas
y las córtico-talámico-hipotalámicas son muy importantes y es necesario
tenerlas en cuenta en la explicación de los fenómenos paranormales.
Las fibras nerviosas sensitivas
están repartidas con mucha irregularidad en diferentes regiones del cuerpo
y también, repito, varían mucho en cantidad; según los individuos están
presentes entre las que disminuyen el calibre interior de las arterias
y arteriolas (vasoconstrictoras) y se distribuyen también entremezcladas
con las que aumentan la "luz" de los vasos sanguíneos (vasodilatadoras)
y todas ellas con conexiones aún desconocidas en su anatomía y en su fisiología,
pero desde hace mucho tiempo venimos pensando en que la red nerviosa inervadora
del sistema vascular puede ser la antena receptora de los estímulos que
dan origen a las percepciones extrasensoriales que nos manifiesta el cerebro,
y transmisora de las órdenes cerebrales al otro sujeto. Las más importantes
arterias que llevan sangre al cerebro son sin lugar a dudas las carótidas
internas, derecha e izquierda. Pues bien, precisamente en su bifurcación
existe en su parte inicial un ensanchamiento conocido por el nombre de
seno carótido que está materialmente tapizado por las terminaciones del
nervio sinusal de Hering, y donde nuestro compatriota y buen amigo Fernando
de Castro encontró un número sin precedentes de fibras nerviosas sensitivas,
donde se inicia un reflejo vasoconstrictor de las arteriolas distales,
reflejo capaz de regular la presión arterial. Análogamente, el entrañable
y fraternal Isaac Costero localizó terminaciones nerviosas sensitivas
vasculares, debajo de las uñas, principalmente de las manos.
Es de todos conocido el hecho
de que un círculo formado por personas cogidas de las manos y que se concentran
en un pensamiento determinado, éste se refuerza por la interrelación que
se establece.
Si todo ello resultara cierto,
veríamos que el cerebro bien organizado de determinados individuos podría,
utilizando la concentración, emitir a través de la red nerviosa vascular
cierta energía que sería recibida por otros individuos más sensibilizados
como receptores y cuyo cerebro estaría más apto para transformar los impulsos
recibidos por las células sensitivas del sistema vascular al cerebro,
que se encargaría de reproducirlas y hacerlas conscientes en el individuo
receptor. Así se podrían explicar entre otras, la premonición, la telepatía,
la clarividencia, la escritura automática, el habla de un idioma desconocido,
la lectura al tacto, el magnetismo, y en términos más amplios la sugestión
y la hipnosis, ya que las células nerviosas son capaces de transformar
las excitaciones recibidas en sensaciones distintas a las usuales o incluso
en funciones estimuladas éstas por hormonas; a este fenómeno se le conoce
con el nombre de transduccción y resulta extraordinariamente útil para
comprender mi tesis
La glándula pineal, llamada
así por su forma de piña y que también se la conoce con el nombre de Conarium
o Epífisis y cuyas funciones son una reminiscencia del tercer ojo de los
lacértidos antediluvianos. Esta glándula que no está conectada directamente
con la retina, en algunos mamíferos presenta una sensibilidad a la luz
que la hace poner en movimiento sus descargas hormonales. Este hecho concreto,
¿no pudiera dar una pauta para entender lo expuesto?.
El Quinto Hombre
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