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Revista Digital de El Quinto Hombre
LA RUEDA DEL TIEMPO: UNA CIENCIA LLAMADA KALACHAKRA
Dentro de los diferentes textos de este enigmático
Tíbet existe una ciencia secreta hermética, legado de Shambala,
que los más virtuosos Bodhisattvas (los seres liberados del budismo,
que a voluntad no entran en el Nirvana y permanecen encarnados para
ayudar a otros a liberarse) practican y conservan para ayudar a
la Humanidad: se llama la Kalachakra y para otros La Rueda del Tiempo.
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por Fabio Zerpa
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Esta ciencia plagada de simbolismos en sus lecciones
no ha sido jamás hecha pública ni expresada en ninguna lengua occidental;
solamente tenemos los Anales Azules o el Comentario de la Kalachakra,
escrito en 1322 por Bu Ston Rinchengrub y otras más antiguas del siglo
XI, compuestas por Ralotsava, donde podemos extraer algunos puntos iniciáticos
de esa ciencia.
Se sabe que la enseñanza se inicia con un profundo conocimiento
del sánscrito, así como de dos de las ciencias madres antiguas: la astrología
y la astronomía; pero todo enmarcado en un simbolismo lo suficientemente
oscuro para que solamente el Verdadero Discípulo pudiera entender. También
enseña el sistema cronológico sexagesimal de los doce animales y los cinco
elementos; cada año combina la presencia del ratón, el buey, el tigre,
la liebre, el dragón, la serpiente, el caballo, el morueco, el mono, el
pájaro, el perro y el cerdo combinados con la madera, fuego, tierra, hierro
y agua, para formar entre los doce animales y los cinco elementos, el
ciclo de 60 años.
Es muy significativo que los ciclos chino - tibetanos estén fundados
en la revolución del planeta Júpiter en torno a nuestro Sol en 11.86 años,
así como el calendario tibetano comienza el mismo año en que la Kalachakra,
la Rueda del Tiempo, fue introducida en ese país, año de 1026; todo hace
indicar la real importancia de dicha ciencia hermética.
Otros principios de enseñanza indicaban
dos tipos de meditación, o etapas de ella: primero, la claridad y luego
la firmeza; esa práctica de meditación servía al Adepto para componer
nuevos mantras, palabras de poder. Se practicaba esa meditación en períodos
de tres años, tres medio meses y tres días, con un sistema de yoga que
hacía experimentar un cambio completo al cuerpo físico.
También se enseña la ligazón o correspondencia entre el Sol, la
Luna y las estrellas con los chakras, los centros nerviosos del cuerpo
físico, así como dominar, en toda su potencia a la respiración para lograr
junto a la práctica del Kundalini, la mayor exteriorización del espíritu
y una amplia proyección psíquica.
Los objetivos que se querían lograr con los Adeptos están indicados en
los Anales Azules que manifiesta: "Saludo a lo que debe ser intuitivo,
trascendental, inconcebible, lo que es fuente de alegría para los hombres
sabios, para responder en medio de una asamblea resplandeciente, serena,
manifestada a algunos la Rueda de la Doctrina de la Iluminación Suprema,
hasta para los yoguis dotados de la más alta serenidad, difícil de percibir,
ardua de buscar, todopoderosa y sin causa".
Ante este texto se ve la profundidad de conocimiento que se le quería
dar al Discípulo, que era Adepto de la Kalachakra.
El secreto de esta ciencia está en que usa una fuerza universal
desconocida por el hombre, es decir, el poder inteligente encerrado en
el átomo que los Discípulos y Adeptos dominan a través de la Unidad con
la Madre Naturaleza. También los distintos actos mágicos, que vamos a
ver, y que se efectúan a través de la Kalachakra, muestran el uso de esa
fuerza universal para despertar la percepción espiritual interior, apartándose
de los sentidos del hombre, vista, oído, tacto, que solo son pantallas
físicas carentes de espiritualidad.
Las escuelas de Kalachakra estaban diseminadas en China y Tíbet,
como ser la lamasería Kumbun al nordeste de esta última región y el monasterio
de Tahi Lumpo cerca de Shigatsé.
¿Quiénes entraban a estas escuelas? Debía ser primeramente un monje
que había pasado muchos años en una lamasería llevando una vida ascética
ejemplar; se veía su foja de servicios y entonces el Prior aconsejaba
la entrada en la escuela de Kalachakra; en general siempre eran monjes
solteros (los de gorro amarillo) y no se permitía a los que contraían
matrimonio; a pesar de que muchos de ellos vivieron como sublimes ermitaños
y practicando vida de santos; también se buscaba a los monjes budistas
que estaban en oposición de la magia tántrica que propiciaba, muchas veces,
lo maléfico a través de ritos mágicos propiciatorios; la razón de ser
de la ciencia de la Kalachakra siempre ha sido la búsqueda de la alta
espiritualidad.
Un antiguo manuscrito tibetano que hemos
extraído del libro del doctor George Roerich "Fragmentos escogidos", nos
da la pauta sobre los discípulos kalachakreanos:
"Los adeptos de la Doctrina de la Kalachakra, reputados en la ciencia
de los Bodhisattvas, vivían en la India. Por aquel tiempo, el pundit Tsilu,
el gran maestro poseía un profundo conocimiento de todos los Pitakas (compilaciones),
acababa de nacer en Orissa. Los que aspiraban a convertirse en Budas en
otra vida, debían estudiar el Mantrayana y especialmente la ciencia de
los Bodhisattvas (Kalachakra). El maestro Tsilu se enteró de que esta
ciencia se conservaba en Shambala. Tsilu, caminando lentamente, llegó
a la cumbre de una montaña donde encontró a un extranjero. "¿Adónde vas?"
le preguntó el hombre. Tsilu respondió: "Hacia Shambala en busca del saber
de los Bodhisattvas". "El camino es muy difícil -observó el extranjero-
y si estás ansioso por aprender, puedes adquirir ese conocimiento aquí
mismo". El pundit Tsilu reconoció entonces que el extranjero era una reencarnación
de Manjushri (un Bodhisattva). Arrodillándose, le ofreció un mandala (diagrama
circular). El extranjero le desveló todos los preceptos secretos de los
comentarios del Libro del Poder. Tsilu partió enseguida para la India
y enseñó la doctrina de la Kalachakra al pundit Achrya-deva, nacido en
Barendra, que igualó a sus predecesores en saber y que adquirió el dominio
total de su espíritu. Algunos dicen que tuvo visiones de la diosa Tara
y que se le concedía todo cuanto deseaba. Instruido por la Blanca Tara
partió para Shambala". Todo lo que indica ese gran buceador e investigador
de lo esotérico, el Dr. Roerich, es que todos los Adeptos de la Kalachakra
buscaban como principal objetivo el encuentro con el Reino de Shambala
y su poder espiritual, dejando descripciones e indicaciones geográficas
así como directrices para la preparación espiritual de quien quisiera
abordar ese enigmático lugar.
Los monjes - discípulos de la Kalachakra
son preparados en técnicas ocultas para obtener visiones muy particulares,
así como lograr la conciencia cósmica; los ejemplos de "magia" realizada
por muchos Adeptos son bastante numerosos, de los cuales vamos a mencionar
solamente tres significativos, que menciona Andrew Thomas en su libro
"Shambala, Oasis de la Luz". Los reproducimos.
La historia de la vida del monje Grags-pa-Sen-ge incluye un episodio
en el que las llamas adquieren la forma de piedras preciosas. Este santo
personaje murió en el año1343, a los 89 años de edad; en el momento de
su cremación, sus restos tomaron milagrosamente la forma de reliquias
budistas.
La biografía de Vanaratna relata diversos fenómenos sobrenaturales,
como lluvias de flores, corrientes de agua lechosa e incluso fenómenos
de arco iris en el interior de su casa. Murió en 1468, por su propia voluntad,
sentado, muy erguido, en una alfombra, en una actitud yogui. En el momento
de su incineración, toda la región del Nepal quedó cubierta en un palio
irisado de extraños arcos iris.
Bon-don Rinpoche, otro Adepto de la Kalachakra, es conocido por
haber suscitado un milagro en el curso de una ceremonia de consagración,
cuando la llama de los cirios se transformó en diagrama y en símbolos
fulgurantes. Su historia termina con una frase significativa: "A los 51
años partió para Shambala".
También son muy conocidas las lluvias intempestivas producidas por el
oráculo de Lhassa, cuando un lama cae en trance, se pone a cantar mantras
con una voz sumamente aguda, con gestos y ademanes apropiados y la lluvia
cae.
Otra demostración clara de la Kalachakra lo protagonizó
el esoterista Nicolás Roerich, a principios de los años 20, en que viajaba
cierto día en un coche con varias personas por una carretera entre Darjeeling
y Ghum en el Himalaya, como lo cuenta en su libro "Corazón de Asia"(no
traducido al español).
El explica que el conductor de su vehículo ralentó la marcha ante
el pasaje en sentido contrario de un palanquín llevado por cuatro hombres;
detenidos pudieron ver a un lama en su silla, vestido con una indumentaria
extremadamente muy sencilla de color rojo y amarillo, portando una corona
en su cabeza, que sujetaba sus cabellos largos y muy negros; les llamó
la atención a todos que ese lama llevara una corta barba oscura que difícilmente
llevan ellos.
El ilustre personaje sonrió y saludo varias veces con la cabeza,
prosiguiendo su camino y siendo observado por los atónitos amigos de Roerich,
que empezaron a pensar quién era semejante personaje.
Los monjes de Ghum le indicaron posteriormente a Roerich que había
visto a un lama de Shambala, maestro de la Kalachakra, porque solo ellos
(el Dalai Lama y el Panchen Lama) eran llevados en palanquín. Esta ciencia,
llamada también La Rueda del Tiempo, velada de simbolismos, entendible
para los Iniciados, fue enseñada al principio por el propio Buda en la
provincia de Madrás, y de allí parte su increíble enseñanza que hoy congrega
a varios Adeptos, que siguen fielmente sus instrucciones.
La Kalachakra es la ciencia de los Bodhisattvas, los sabios que
aún están para liberar a la Humanidad, dándole una permanente ayuda.
El Quinto Hombre
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