Revista Digital de El Quinto Hombre
UNA NUEVA VISIÓN ALIMENTICIA:
EL REENCUENTRO CON NUESTROS ALIMENTOS PRIMITIVOS
Ñaki Amaru
Ing. Agr. Analía JUNOVICH.
Ing. Agr. Rita TANONI.
UN LLAMADO AL RESPETO DEL SUELO QUE PISAMOS, AL ENCUENTRO
DE LA IDENTIDAD QUE NOS ENVUELVE Y UN RECONOCIMIENTO A LOS HABITANTES
QUE, CON HUMILDAD, SUPIERON Y SABEN APRECIAR LA ABUNDANCIA QUE NOS OFRECE
LA MADRE TIERRA.
Amaranto: un cultivo cuya historia se
remonta a las civilizaciones precolombinas
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Durante los últimos años, se viene hablando
y difundiendo la necesidad de diversificar las producciones agropecuarias
en pos de obtener mayor producción o bien la exigencia de producir durante
todo el año. Se tienen en cuenta cultivos tropicales y subtropicales,
plantas aromáticas, frutales menores, cultivos forzadas bajo plástico,
plantas de origen asiático, miniproducciones apetecibles para sectores
de elevado poder adquisitivo y distribuidos en centros diferenciados de
comercialización, etc.
Pero como habitantes de este suelo, tendríamos que pensar
en algo tan simple y sencillo: "Somos lo que comemos" y estamos introduciendo en nuestra identidad,
criterios impuestos por una tendencia moderna de sustituir lo natural
y armónico, por lo sintético e importado, dejando de lado las raíces y
los gustos tradicionales de consumir lo que nuestro espacio nos ofrece
en diversidad y calidad nutricia.
Hay especies autóctonas americanas que eran productos
alimenticios en la época precolombina y que fueron eliminadas del acervo
popular por la aplastante corriente conquistadora que no pudo aceptar
las riquezas de nuestros hermanos a los que llamaron "primitivos aborígenes
americanos".
Hoy, después de más de quinientos años, empiezan a salir
a luz del nuevo milenio, ricos alimentos olvidados tales como el amaranto,
la quinoa, el lupino, la mashua, el yacón, etc., que a nuestro pesar son
considerados de "segunda", y en realidad son de tan desconocido potencial,
que podrían constituir la base alimentaria de la humanidad en integración
con otros productos. Paradójicamente, a nuestra espaldas, estos cultivos
son producidos, consumidos y reconocidos en lugares tan lejanos a su origen
como Nueva Zelandia, Finlandia, Japón, USA y Europa.
Sobre el valor nutritivo de los cultivos americanos hay
distintos criterios de opinión. Se ignora y no se valora adecuadamente,
o se exagera y considera de un excepcional contenido de nutrientes, capaz
de solucionar todos los problemas alimentarios.
En las sociedades tradicionales las plantas no se cultivaban
individualmente, sino en complejos ecosistemas agronómicos. "Pero es importante
destacar que el mundo indígena, cuando llegaron los españoles, era basto,
dinámico y amplio y no fragmentado e ignorante como nos enseñaron".
¿ Qué nos pasa a los que nacimos y habitamos este territorio,
que valoramos los estudios y experiencias de los llamados "países desarrollados"
y no apreciamos a quienes con amoroso silencio dedican sus vidas a la
investigación y a preservar la cultura y riqueza natural de este territorio
nacional ?.
Ni que hablar de hechos aberrantes como permitir que
se "robe" material genético a nuestros indios que cuidaron por milenios
los secretos encerrados en las especies animales y vegetales que habitan
en los extensos territorios de los que todos somos herederos !.
Cultivo y formas de inflorescencias de amaranto
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A pesar de la fría repuesta de la mayoría, surge una
ola de interés por los pueblos aborígenes de América y se debe a la toma
de conciencia por parte de los americanos de su vieja estirpe indígena
y de su enraizamiento en la tierra. La comunidad europea también está
mostrando este interés, intentando revivir lo que ella misma destruyó.
Ante la crisis ecológica actual, no es de extrañar que
los países con políticas reduccionistas en el manejo de germoplasma, que
son los que llevaron a la marginación de estos cultivos, sean los primeros
en querer restaurar la biodiversidad.
El número de especies declina año a año y el tesoro que
nos legaron los indios de nuestro suelo sucumbirá en un plazo perentorio.
"No nos resignemos a perder ni una hoja de esta rama
de nuestra patria. Debemos amparar y salvar esta agricultura, riqueza
potencia de un valor fuera de todo cálculo", como dijo uno de los pioneros
de la agricultura, el Ing. Agr. Lorenzo Parodi.
La tarea planetaria requiere de una sincronización armónica
entre las plantas y el ecosistema, y que con frecuencia se define como
"la planta correcta en el lugar correcto". Por esa razón, el uso integral
y adecuado de los cultivos americanos en la alimentación de la población
gana un valor estratégico.
Ante la puerta al 2000, hacer un replanteo de la importancia
permanente de las "cosechas récord", sin conjugar la potencial destrucción
del sustento-suelo, merece una reflexión.
¿ Por qué no proyectar la producción agropecuaria incluyendo,
complementando y también usando antiguas y sabias técnicas de conservación
para la obtención de los productos antes mencionados ?.
El material genético aún está presente y tenemos las
condiciones agroecológicas a disposición.
Sólo falta la predisposición para poner en marcha, lo
que hace siglos se detuvo.
El Quinto Hombre
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