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Revista Digital de El Quinto Hombre
LOS GNOMOS ¿EXISTEN O NO?
Usted, con toda seguridad, leyó alguna vez a Perrault, a Grimm,
a Lewis Carroll, a Jonathan Swift, al estupendo Andersen; usted
se sumergió en su infancia o adolescencia, en todo ese mundo tan
maravilloso como peculiar, donde transitan personajes de leyendas
y sagas folklóricas.
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por Fabio Zerpa
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Sí, seguramente
a usted le encantó todo ese increíble universo de seres "invisibles y
sutiles", y quisiera vivirlo alguna vez. ¿Me permite introducirlo nuevamente
en esa, "su" dimensión tan particular?.
Muchos paranormales "ven"
ese mundo y lo describen; nosotros, quizá, intuitivamente sabemos que
existe; entonces, cuando nos lo cuentan, nos sonreímos y quisiéramos frenéticamente
vivirlo, gozarlo, disfrutarlo. En mi niñez cuando leía el hermoso "El
anillo de los Nibelungos" me sumergía en ese mundo tan particular,
cuando los hobbits del Norte hacían sus hazañas o cuando Alicia o Blancanieves
tenían las aventuras de lograr lo imposible, ayudadas por enanos o hadas
o gnomos. Estos últimos siempre me fascinaron, y hoy quiero hablar de
ellos. ¿Saben cómo son los gnomos, que hacen y cómo viven?; si no los
conocen, los voy a ayudar.
Tenemos que ubicarnos en la
Europa del Norte, casi siempre con mucho frío y nieve, aunque también
aparecen en los veranos templados de América del Norte; pueden transitar
al lado nuestro, cuando caminamos por un bosque, y quizá sin verlos porque
somos portadores de esas anteojeras y miopías tan particulares del Hombre
contemporáneo.
Hoy sabemos, a través de muchos
estudiosos y "conocedores", que los gnomos son chiquititos, de menos de
un metro; que se diferencian de los enanos porque éstos son más altos;
los varones siempre tienen barba larga y blanca, mientras que en el sector
femenino hay largas como bellas cabelleras rubias; se los distingue mucho
de los enanos porque éstos no llevan el hermoso gorro rojo, típico del
hábitat gnomístico.
Su sistema muscular,
circulatorio, respiratorio y digestivo los hacen hasta siete veces más
fuertes que el hombre común, con una adecuación al medio ambiente y fortaleza
realmente envidiables. Tienen muy desarrollados sus sentidos, fundamentalmente
el olfato, sabiendo distinguir con una facilidad increíble cuanto olor
hay en el planeta Tierra; además su hipersensibilidad les hace conocer
el mundo interior del humano con solo mirarnos; intuición y paranormalidad
están fuertemente desarrollados.
Sin lugar a dudas, forman
parejas, y su descendencia, casi siempre, marca un par de gemelos, que
son amamantados por la madre; la vida sexual de los gnomos es lo suficientemente
larga como para mantener la especie, ya que ella dura aproximadamente
350 años.
¿Le parece asombroso, cosa
de locos?. Pero es cierto; porque "ellos" viven hasta casi llegar a los
400 años de edad, como aquel maravilloso gnomo Tomte Harondson descripto
por los holandeses Hygen y Poortviet, que había llegado nada menos que
a 379 años de edad.
Las actividades que despliegan
son diversas, porque algunos son hilanderos, otros alfareros, trabajadores
de metales, sopladores de vidrio, carpinteros, etc.; solamente le dejan
el trabajo de la minería para los enanos, más grandotes y altos.
Además, estos increíbles y
magníficos humanoides, son muy eficientes en ayudar a alguien en desgracia,
como un cervatillo o cualquier animal silvestre que se encuentre herido,
por alguna razón; y también se ayudan mucho entre sí, demostrando un compañerismo
realmente encomiable, tan distinto al quehacer humano; porque no bien
un camarada está siendo asediado por una serpiente o una avispa o una
rata o algún gato salvaje, pues allí enseguida corren presurosos para
actuar en auxilio de la víctima.
Y las amenazas y ataques son
muchos; quizá viene de ahí su no aumento de población, ya que durante
siglos los gnomos se mantienen en un mismo número aproximado, a pesar
de la venida de gemelos, bastante constante.
Quizá usted ya sabía que los
gnomos hacen su vivienda debajo de los árboles, allí en las raíces de
eucaliptos, pinos, cedros, robles, con muy buenos compartimentos y el
inefable inodoro gnomístico y la trampa para las ratas, sus grandes enemigas.
Hay diferentes
clases de gnomos, todos con las características generales que hemos descrito,
pero tienen determinadas particularidades, cuando son de jardín, de bosque,
de granja, de duna, o el "especial" de Siberia. No quieren que nunca se
los confunda con seres estúpidos, crueles y feos, como son los trolls,
porque ellos nunca son ladrones, como estos últimos; siempre los gnomos
son trabajadores y están para hacer "favores", para ayudar.
Como me cuentan amigos paranormales
de Europa, muchas veces es hermoso verlos bailar sus danzas tradicionales
con un espíritu y fuerza maravillosos, adquiridos a través de tomar aguamiel
o fermentos de frambuesa o gozar el néctar de las flores.
Ellos son muy sabios, con
la tranquilidad, paciencia y seguridad que da el saber muchas cosas con
una filosofía totalmente diferente a la nuestra, estos occidentales que
corremos neuróticamente hacia todos lados, para ir siempre "a ninguna
parte"; ellos nos miran, nos contemplan, menean sus cabezas de izquierda
a derecha, y siempre se dicen "¡qué cosas tontas que hacen los hombres!".
En esta era del consumo, del cambio de coche de año en año, de tres o
cuatro televisores para una misma casa, trajes y vestidos por decenas
para cada persona, etc., etc., evidentemente un mundo natural, fresco
y transparente, como el que viven los gnomos, es la antítesis de esta
locura contemporánea.
Pero también nosotros en aras
de la supuesta civilización hemos talado bosques, colocado caminos hormigonados
entre medio de llanuras, planicies y montañas; hemos ensuciado los antiguos
ríos y mares transparentes, donde los duendes y gnomos de agua han tenido
que emigrar; el animal más depredador del planeta Tierra está cada vez
más destruyendo la bella Naturaleza, en este mundo que nos hicieron para
habitar conjuntamente con otras especies de vida, tanto plantas, animales,
como minerales. Los gnomos lo saben; y se dirán, siempre con su sonrisa
comprensiva y una mirada de tristeza "¿a dónde vais, locos mortales?".
A usted, ¿le gustaría encontrarse
con un gnomo?; pienso que sí; invóquelos en la víspera de San Juan, el
mítico 24 de junio, cuando siempre se ven muchos OVNI, tanto en el Hemisferio
Norte como en el Hemisferio Sur; ellos, sus amigos de menos de un metro
de altura, también aparecen, casi siempre, en esa noche; tiene que ir
a un bosque, serena y tranquilamente, y se escucha un clásico "silbido", diga "¡Hola! ¿qué tal?", quizá pueda iniciar el diálogo o monólogo más
hermoso que haya tenido en su vida; se podrá sentir "reestructurado" espiritualmente
y empezará a "ver" otras cosas, otros mundos, a sentir de otra manera,
a comprender a esos Grandes Iniciados de sabiduría como Lewis Carroll,
que se escondió en "Alicia en el
País de las Maravillas" o como Johanattan Swift con su simbólico "Gulliver en el País de los Enanos" o
como los hermanos Grimm, o Andersen.
Todos ellos "sabían" lo que
describían, porque alguna vez entraron en ese Universo tan particular,
en esa dimensión desconocida para algunos y muy conocida para otros, que
abre solamente las puertas a algunos privilegiados; si usted comprende
el simbolismo de todos estos libros, cuentos y sagas infantiles, quizá
podrá empezar a entender e "iniciarse" en todo el conocimiento y el saber
milenario de las Hadas, uldras, hobbits, enanos, duendes, elfos, y por
supuesto nuestros invitados especiales de hoy: los gnomos.
Un día en los pocos momentos
de descanso que tenemos en nuestro permanente quehacer, elijo caminar
por un bosque cualquiera junto a algún paranormal; ellos me dicen de pronto
que "ven" al hada juguetona del bosque o perciben a un espíritu de aquel
río, donde hemos puesto nuestros pies descalzos para juguetear con él;
entonces lamento profundamente el no poder "ver", "ver más"; que estos
topos logicistas y razonadores en que nos hemos convertido; tener y comprender
el mundo de la Magia (con mayúscula) solamente es de privilegiados, de
poquitísimos seres humanos.
¡Ah!; no se olvide, cuando
escuche el silbidito llamador y vea un gorro rojo arriba de una cabeza
chiquitita, dele un beso en la repingada nariz, y avíseme urgente que
voy corriendo junto a Ud.
El Quinto Hombre
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