Revista Digital de El Quinto Hombre

PSICOLOGIA: MITO Y SIMBOLO                                                                                          
Por Luisa del Valle

 

Corrientemente, cuando se siente hablar de "mito" se entiende por esto, una fábula simbólica, que se refiere a una realidad oculta y de éstas fábulas está llena nuestra literatura; pero en realidad, esta idea ha subentrado muy tardíamente en la historia. El mito en realidad es una narración sagrada que cuenta como - por intervención y la voluntad de seres sobrenaturales - determinadas formas de la realidad o la realidad toda, han tenido origen. Mito es la expresión del pensamiento propio de las civilizaciones arcaicas, expresión en la que se representaba la realidad viviente y la misma responde a la exigencia fundamental del hombre, o sea: Conocer su propio origen y el del ambiente que lo rodea.

El numinoso es la primera intuición de lo divino como fuerza sobrenatural, que actúa voluntaria e independientemente de todos los límites y junto con la magia forman los cimientos en los que se apoya el mito.

Viviendo en Roma he tenido la suerte y el honor de conocer a Domizia Lanzetta, una gran conocedora y estudiosa de alto nivel de la mitología. Ella es indudablemente una autodidacta; es también el mito personificado, no podría yo encuadrarla en el tiempo ni en el espacio. En este estudio profundo de la mitología que ha iniciado hace tanto tiempo ha elegido el aspecto grego-pagano. Quizá porque dentro del tiempo y del espacio ella se siente más occidental que oriental, o tal vez porque se reconoce en la idea religiosa que de esa se trasluce, "Dios - dicen los paganos - es un ser inmortal, racional, perfecto, inteligente, beato, no susceptible de mal alguno, y es todo lo que el cosmos es, sin ser antropomorfo.

En Domizia Lanzetta se hace más evidente que nunca, que el conocimiento no debemos buscarlo fuera de nosotros, sino que debemos solamente espolvorearnos bien, como se hace con las cosas abandonadas en el desván, cuando se quieren volver a usar; hasta podemos liberar ese riquísimo baúl oculto que es nuestro yo interior.
Los individuos que aspiran a un conocimiento profundo y espiritual, o sea al Verdadero Conocimiento de sí mismo, a través de los símbolos comprenden los mitos, a través de estos las divinidades y a través de estas tienen acceso a la Verdad Ultima.
Para Domizia Lanzetta fue necesaria una visión que ella tuvo a la temprana edad de tres años y que recuerda hasta hoy; para descubrir claramente que existen, dos realidades; una aparente, relativa, simbólica, maya --como dirían los induistas - y la otra; Absoluta, Real, Verdadera. La visión fue la siguiente: ella siendo bastante pequeña, paseaba con sus padres por un lugar maravilloso donde siempre le gustaba ver el ocaso del sol, allí hay un riachuelo sin orillas; por un momento, estando allí, tuvo la sensación de que todas las cosas que estaban a su alrededor, entraban en esas aguas, y así perdían su propia presencia, la propia concreción que hasta entonces tenían. Pero ... inmediatamente volvían a la superficie, con otro aspecto, siendo en esencia la misma cosa, pero transmutando su aspecto.
Esta imagen del río alquímico la acompaña desde entonces y así ella se siente llamada a interpretar la Verdad o la Realidad que estando detrás de las formas, podemos descubrir dándole nuestra propia interpretación e inmediatamente esta realidad se nos presenta delante.
Una visión por el estilo o cualquier otro hecho cargado de simbolismo como éste, puede ser factor desencadenante en la vida de cualquier individuo. Así se aprende a hacer aflorar la intuición y a usar esta gran fuerza que todos tenemos. Pero, más que hacer uso de la intuición, en esta interpretación, en este estudio profundo de los símbolos y de los mitos sobre todo, cada uno se reencuentra a sí mismo.
El reencuentro con sí mismo, es siempre algo que de algún modo se presenta como deseable, como difícil pero posible, esto es lo que nos hace intuir un encuentro con nosotros mismos. Encuentro con la Verdad que está dentro de nosotros mismos. Pero en el estudio es necesario ser serios porque debemos ser responsables de lo que decimos, no se trata simplemente de decir: "Ah... lo siento así"; "lo intuyo"; sino tenemos que poner entre comillas todas las cosas que decimos; por ej. "yo creo", "yo pienso", "a mi me parece"; en cambio es necesario estudiar, confrontar, investigar y así nuestra intuición tiene asegurada por la lógica y la razón.

Todas las religiones antiguas y modernas, las filosofías de las religiones de todos los tiempos usan los mismos símbolos o modelos o prototipos o arquetipos - como finalmente les ha dado en llama C.G. Jung - para rebelar la Verdad Ultima que se oculta siempre en lo más profundo de cada ser.
Los estudiosos de Historia de las Religiones deben reconocer en la hermenéutica gran parte de la Verdad. Los paganos fueron considerados al principio del cristianismo, como pobres tontos que creían en fabulitas infantiles; pero no es ésta la verdad; en realidad en el paganismo la religión era una cosa muy seria, difícil; no todos podían tener acceso a la Gran Verdad; porque de hecho era peligroso. Por eso existía el mito; el simbolismo, para que entendieran los que estaban en condiciones de entender.

¿Quiénes eran los poetas en el paganismo sino aquellos que comprendían el significado de los mitos?. En nuestros días es muy difícil comprender este significado porque es necesario sintonizarse con lo que podía ser la mentalidad arcaica que dio origen a esta religión. En al mentalidad arcaica "ser poseído" significaba, ser iluminado, ser lleno de espíritu superior; divino, claramente; Homero era poseído, por eso era un poeta, podía transmitir eso que a él le venia esclarecido en esta iluminación.

Otra cosa que se hace difícil para nosotros es comprender la ilogisidad del mito, no hay lógica en el mito, como no hay ni tiempo ni espacio; esto nos da la pauta de que estamos en el mundo de las ideas y causas, en el cual todo sucede, ya ha sucedido y sucederá eternamente; formalizando sus reflejos en las caducas realidades de las formas. Entre estas realidades está el mundo de los héroes única espada que el hombre tiene para unirse con la realidad divina.

¿Qué cosa es el símbolo?. El lenguaje del símbolo, en un sobre - lenguaje viejo como la humanidad misma. El símbolo es la imagen, es la expresión de aquella energía vital que se llama: arquetipo.
Por eso el símbolo quedará, luego que se haya comprendido su significado; es algo inexplicable en clave lógico - discursiva. El símbolo es un misterio que nace y pertenece al misterioso mundo de los modelos primordiales. El sentido de un discurso simbólico "se siente" no se explica. Y como un iseverg, del cual la mayor parte está debajo de la superficie del agua; así el contenido del símbolo está debajo - en su mayor parte - del nivel de la conciencia.
En sentido "Junguiano" se dice que: el símbolo es la representación de las energías creativas dl espíritu, que son eternas, trascendentales y anteriores a todas y cada una de las experiencias.
El lenguaje simbólico es propio y característico del inconsciente y este nos lleva siempre hacia una realidad universal, espiritual y por eso divina, escondida en los profundos meandros de la humanidad toda.

En todas las partes del mundo y en todos los tiempos, los símbolos fundamentales son siempre los mismos, con ellos se crean fábulas, leyendas, mitos, que cuentan siempre las mismas cosas, utilizando siempre los mismos personajes, los mismos objetos y los mismos animales.
Idénticos símbolos encontramos en las tradiciones primitivas, en las religiones antiguas, en la psicología clásica y en el psicoanálisis moderno.
Entre los ejemplos de símbolos que son también mitos ancestrales me viene a la mente el árbol de la vida, presente en la religión judía, en la cristiana, en la egipcia, en la greca, etc., etc., de hecho el árbol con sus ramas, flores y frutos es la representación de que la multiplicidad nace de la unidad.
Otro ejemplo es el Guilgamesh de los mesopotámicos, es el primer Prometeo, es el primer Heracles, el primer Noé; es en síntesis el prototipo buscador de la inmortalidad.

Profundicemos otro de los símbolos que está presente en más de una de las religiones que conocemos: El diluvio.
En muchas tradiciones se habla de una antigua catástrofe que cambió el curso de la humanidad y fijó las características actuales de ésta. Siempre en los mismos relatos se preanuncia otra catástrofe que concluirá la actual realidad humana. Es de notar cómo estos cataclismos son siempre de idéntica naturaleza, o sea: el agua y el descender a las profundidades.
Pero adentrémonos en el diluvio al que se refiere el poema de Guilgamesh. Fue protagonista Utnapishtin, y tenga el lector la agudeza de confrontar el diluvio babilonés con  aquel que refieren las escrituras bíblicas. El mito del diluvio es un símbolo del divino misterio de la inmortalidad y es una fábula iniciática, por eso así lo debemos entender.

El símbolo es propiamente una circunstancia, un hecho, un elemento que se puede pasar de generación en generación desde los albores de la humanidad hasta el presente y continuará todavía más allá de nuestra existencia.
La psicología moderna se ocupó particularmente de profundizar en teoría el simbolismo. Y un grande del pensamiento psicoanalítico - como merece ser llamado Ernest Jones - ilustre discípulo de freud, en una de sus obras publicadas en 1916 (The theory of simbolism) resume lo siguiente:
a)      El símbolo representa otra idea, de la cual toma, en el contexto un significado que en sí mismo no posee.
b)      Un símbolo representa un elemento primordial, porque tiene cualquier cosa en común con éste.
c)      El símbolo es siempre sensible y concreto, mientras la idea que representa puede ser más compleja y abstracta.
d)      En la mayor parte de sus usos, un símbolo constituye la expresión manifestada de una idea, escondida, secreta, o por lo menos reservada.
e)      El simbolismo es siempre una regresión hacia una modalidad de percepción más simple. Cuando esta regresión no supera cierto límite y queda consciente o al menos preconsciente, se obtiene una metáfora. Cuando baja la influencia de una situación inconsciente demasiado fuerte, la regresión se extiende hasta el nivel inconsciente, estamos en presencia del simbolismo en el sentido estricto de la palabra.

El camino iniciático presenta siempre una serie de símbolos en los cuales el iniciado ve en cualquier situación principios trascendentales. Así el simbolismo y la obra iniciática son inseparables y como decía "Brunetiere" el escritor católico "el símbolo es la imagen, es el pensamiento, éste nos hace comprender entre el mundo y nosotros algunas de aquellas afinidades secretas y de aquellas leyes oscuras que van más allá del alcance de la ciencia, pero que no por eso son menos ciertas. Cada símbolo en este sentido es una revelación".
Y muy justamente "Boucher" observaba que: "es solamente mediante el estudio de los símbolos que se puede llegar al esoterismo". En sentido psicológico comparamos el símbolo con un iceberg o también con cualquier objeto superficial que tiene las raíces enterradas; y así éstas se pueden ver sólo después de un trabajo de excavación, o sea, de exploración psicológica y analítica.
En sentido iniciático el símbolo podría representarse en modo homólogo e inverso; o sea, como un objeto sobre la tierra, al cual podemos acercarnos y comprender con términos humanos y dentro de ciertos límites; pero del cual, el fin último, la verdadera esencia está en lo alto. Así que para alcanzarlo hace falta un "movimiento ascencional interior" es decir la renombrada "subida" de las que hablan todas las doctrinas iniciáticas.

El Quinto Hombre